Lluc Crusellas, el chocolatero español más joven en ser coronado como el mejor del mundo, no está de acuerdo con la mala reputación que tiene el chocolate. «Una tableta de 70% de cacao lleva menos azúcar que una Coca-Cola», señala el pastelero catalán de 28 años en una entrevista con Efe en Shanghái, China.
Crusellas lamenta que esta etiqueta perjudique tanto al chocolate cuando hay muchos otros productos en el mercado con mayor contenido de azúcar. Para él, la clave está en explicar adecuadamente las propiedades nutricionales y energéticas del chocolate sin engañar a la gente. «Al final, es un fruto seco. En una tableta es un fruto seco con azúcar, y esto -con moderación, como todo- beneficia al cuerpo», afirma.
El joven chocolatero de Santa Eulàlia de Riuprimer (Barcelona) cree que la pastelería necesita educar mucho más al consumidor. Pone como ejemplo el buen trabajo que ha hecho la cocina a nivel mundial con iniciativas como la Guía Michelin, que permite identificar y distinguir los buenos restaurantes de los malos. «Poco a poco estamos en ello. ¿Cómo? Pues haciendo productos lo mejor que podamos y comunicando lo mejor posible», apunta.
El chocolate merece tener valor
A pesar del encarecimiento del chocolate, que Crusellas atribuye en parte a la especulación, el pastelero cree que una subida controlada de precios hará que el producto sea más exclusivo y que la gente lo disfrute mucho más. Y es que, según él, «se hacen muchas aberraciones, quizá demasiadas» con el chocolate, tanto por comercializar sucedáneos con grasas diferentes al cacao para abaratar costes, como por la bajísima calidad del empleado en snacks envasados de grandes superficies.
«Es mejor comer otra cosa que hacerla mal. El chocolate merece tener valor», sentencia Crusellas, quien a pesar de trabajarlo durante años, sigue disfrutándolo: «Es verdad que ya lo veo más como un producto, pero me gusta, como mucho chocolate. Uno no se aburre».
El regreso de la bombonería y los clásicos

Más allá de modas pasajeras en redes sociales, Crusellas opina que la bombonería está volviendo a coger mucha fuerza, incluso aunque las tabletas estén más interiorizadas en el día a día de los consumidores. Y siempre están los clásicos: si tuviera que quedarse con una sola receta, el chocolatero elegiría el ‘coulant’, aunque matiza entre risas: «Cuando está bien hecha, es increíble, con mucho sabor a chocolate. Pero muchas veces tú pides un ‘coulant’ y te llevan una magdalena cruda o mal cocida».
La experiencia con el cacao asiático
Durante su visita a Shanghái como jurado en la preselección china para el próximo World Chocolate Masters, Crusellas quedó gratamente sorprendido por la combinación perfecta de chocolate e ingredientes locales en una de las pruebas. Probó cítricos desconocidos para él, muy diferentes a los habituales en occidente, y cree que a los chocolateros chinos no les falta mucho para estar al nivel de sus colegas occidentales, destacando especialmente su destreza artística.
Aunque es su primera visita a China, Crusellas tiene mucha experiencia con el cacao asiático, uno de sus favoritos. A diferencia de África o Sudamérica, la humedad obliga a utilizar fuego para secarlo, lo que le confiere «un ahumado agradable, a madera y caramelo». También probó el cacao chino, de un país sin tradición chocolatera pero con algunas plantaciones en el sur: «Es muy diferente. Tiene un sabor afrutado muy fuerte, quizá demasiado o no estamos acostumbrados a tanto, con unas notas como a melón», explica el maestro chocolatero.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2024-11-22 11:26:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía