El calabacín pertenece a la familia de las cucurbitáceas, como la sandía, el pepino, la calabaza o el melón. Es una de las verduras con menos calorías. Aunque es una hortaliza que en España cultivamos a lo largo de todo el año, la época óptima de consumo del calabacín suelen ser los meses de verano e incluso los de principio del otoño.
Con esta verdura se pueden elaborar muchas y fáciles recetas. El calabacín combina muy bien con ingredientes de todo tipo, en platos que ayudan a seguir una dieta sana. Son muchas las recetas que se pueden hacer con el calabacín como ingrediente principal.
Solemos cocinarlo (a la plancha o cocido para luego hacer una crema), pero el calabacín también puede disfrutarse crudo. Todo es cuestión de limpiarlo bien y cortarlo bien finito (una mandolina es perfecta para ello).
Con piel o sin piel
Pero, ¿dónde acaba esa limpieza? Sí, lavamos los calabacines, les quitamos las partes feas (golpes, manchas o rayadas) y… ¿Seguimos quitándole la piel? Haremos mal.
Es verdad que algunos cocineros prefieren quitarla para tener un producto uniforme y, por lo tanto, la misma textura al cocinarlo. La piel es más dura que el interior y sin ella igualamos su textura y sabor. Por último, los defensores de pelar el calabacín dicen que la piel es ligeramente más amarga que la parte interna.
Piel uniforme, viva y brillante
Pero un calabacín sin piel es menos calabacín. Su piel es comestible y bien saludable: contiene nutrientes y fibra. Y al contrario, si los cocinamos con piel será más fácil mantener su forma y textura. Cuestión, pues de gustos, pero con piel estaremos alimentándonos mejor.

Hay que saber escoger calabacines. La piel debe ser uniforme, viva y brillante (un color apagado nos indica que se está deshidratando). Y hay que descartar los muy grandes, que son los más viejos (el calabacín blanco siempre será más grueso).
Propiedades del calabacín
Dijimos fibra. El aporte de fibra del calabacín (de su piel) ayuda a regular el tránsito intestinal y ejerce un efecto de saciedad. Es un alimento de fácil digestión y con suave efecto laxante, por ello contribuye a reducir los problemas como la gastritis.
Posee un alto contenido de potasio y escaso de sodio por lo que tiene una acción diurética. El calabacín es rico en vitaminas, especialmente en vitamina C y en mucílagos (un tipo de fibra soluble). Además, apenas contiene azúcares, grasas saturadas o sodio, mientras que el índice de colesterol es cero.
Como ocurre con la mayoría de hortalizas y verduras, el calabacín tiene un escaso aporte calórico, aproximadamente 14 kcal por cada 100 gramos consumidos, y está compuesto principalmente por agua (96%), según la Federación Española de Nutrición (FEN). Esto hace que sea ideal para bajar de peso al tener propiedades diuréticas.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2024-08-22 12:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía