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científicos españoles descubren un nuevo impacto de los microplásticos

científicos españoles descubren un nuevo impacto de los microplásticos

Cada vez es más evidente que la contaminación por residuos plásticos es casi omnipresente. Se han encontrado microplásticos en el agua de mar, en el hielo de la Antártida, en la atmósfera, en la lluvia, en plantas, animales e incluso en órganos y en la sangre humana. Las dos formas de plásticos más abundantes son el plástico particulado y las fibras.

Las partículas son más propensas a penetrar en la red trófica y acumularse en los seres vivos. Las más grandes pueden ser ingeridas por los animales, y las más pequeñas, de talla microscópica, se infiltran en las células de las plantas a través de las raíces. Por otro lado, las fibras, aunque menos abundantes, presentan un impacto más evidente especialmente en la fauna porque se enredan. No es raro encontrar filamentos enredados en las branquias de peces o, aún más común, en las patas de gorriones, palomas y otras aves, especialmente las que viven en áreas urbanas. Lo mismo se ha observado en tiburones, tortugas y mamíferos marinos. El enredo con plásticos, con efectos graves e incluso letales, es uno de los mayores riesgos asociados con este tipo de contaminantes.

Pero como sucede con los plásticos particulados, entre las fibras también hay mucha variedad de tamaño; las más grandes pueden afectar a los vertebrados, dificultando su movilidad o sus funciones vitales y las más diminutas tienen efectos similares en los insectos y otros invertebrados. Recientemente, un grupo de investigadores españoles ha reportado, por primera vez, la observación científica de insectos, concretamente hormigas, enredados en fibras plásticas.

Ejemplar de Tetramorium caldarium en La Palma — Armand Rausell-Moreno

Una recolección meticulosa en La Palma

El equipo de investigadores está compuesto por Álvaro Luna, profesor en la Universidad Europea de Madrid y autor de Un mundo de plástico; J. Manuel Vidal-Cordero, de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) autor de Las Hormigas; y Armand Rausell-Moreno, galardonado con el Premio GBIF Jóvenes Investigadores 2022. El estudio ha sido publicado en la revista científica especializada Ecological Entomology.

El trabajo de campo se llevó a cabo en la isla de La Palma, durante la primera quincena de mayo de 2022. Se tomaron muestras de 40 localizaciones distintas, que cubrían la mayor parte de los hábitats de la isla, levantando rocas o trozos de madera muerta, para comprobar la presencia tanto de hormigas, como de hormigueros, y se recogieron individuos mientras forrajeaban en busca de alimento.

Ejemplar de Lasius enredado en una fibra sintética — Armand Rausell-Moreno

Pero para realizar el estudio, era necesario recopilar las muestras con máximo escrúpulo, con el fin de evitar la contaminación. Dada la presencia de los microplásticos, los métodos tradicionales de captura de insectos, como el aspirador, podían facilitar la entrada de fibras libres en la muestra recogida y generar enredos posteriores, falseando los resultados. Además, cualquier filamento adherido a la piel o procedente de la ropa de los investigadores pondría en riesgo la investigación. Por ello, los científicos recurrieron a un método de muestreo que minimizaba el contacto con la hormiga, y con ello, la contaminación.

Una vez localizada una hormiga, colocaban un pequeño recipiente para muestras —un tubo Eppendorf— con la tapa abierta, interrumpiendo su camino justo delante de ella. La mayoría de las hormigas, en su exploración en busca de comida, entraban en el tubo por sí mismas. A continuación, la muestra se conservaba en etanol y se cerraba.

Resumen gráfico de la investigación de Luna y colaboradores — Armand Rausell-Moreno

Las hormigas enredadas en plásticos

De las 40 localizaciones solo se lograron 113 ejemplares. De ellas, tres estaban enredadas en fibras de aspecto sintético, una impresión inicial que fue posteriormente confirmada para dos de los casos, mediante análisis de laboratorios. A primera vista, estos datos pueden parecer muy escasos, una muestra muy pequeña —así lo reconocen los investigadores—, pero no deja de ser significativo.

Un aspecto a tener en cuenta es que, ya que las hormigas fueron recogidas de forma pasiva, solo aquellas que estaban vivas y disponían de suficiente movilidad podían adentrarse en los tubos Eppendorf. Una hormiga incapaz de moverse no podría haber sido capturada, por lo que la muestra del estudio, con toda probabilidad, es una subestimación del problema. Es probable que los enredos se produjeran de forma accidental, al caminar buscando alimento y entrar en contacto con las fibras, aunque los autores reconocen que podrían haber sucedido por confusión, al pensar la hormiga que se tratase de alimento o se recogiesen como posible material de construcción.

Para los investigadores, no se puede descartar que este efecto sea mucho más generalizado de lo que muestra este pequeño informe científico. Tras la comunicación del hallazgo, anunciado en septiembre de 2023, durante el VI Congreso Internacional de Biodiversidad y Conservación de la Naturaleza celebrado en Huelva, varios entomólogos informaron a los autores de que ellos mismos habían encontrado hormigas enredadas en fibras sintéticas, incluso el doctor Vidal-Cordero también se percató de ello durante estudios previos en el sur de España. Este estudio se convierte, pues, en el primer informe científico sobre un suceso que entre los mirmecólogos parece ya bien conocido.

Isla de La Palma, donde se ha realizado el estudio Armand Rausell-Moreno

Una nueva forma de estudiar los impactos de microplásticos

La mayor parte de los estudios sobre presencia de microplásticos en el suelo tuvieron lugar en territorios agrícolas. Pero en esta investigación, las hormigas fueron recolectadas en entornos naturales con muy poca influencia humana; en concreto, una de las hormigas enredadas se recogió en una zona de matorral de retama de cumbre, especie protegida, endémica de las islas de La Palma y Tenerife, uno de los paisajes menos transformados de la isla, aunque con cierta afluencia de turistas.

Para los autores, la cercanía de carreteras es, probablemente, la fuente de estos contaminantes, que actúan como medio de difusión de estos materiales. No obstante, el estudio demuestra que la contaminación por plásticos es una amenaza generalizada para los ecosistemas terrestres, que llega mucho más allá de donde normalmente se sospecha, y en muchos casos es ignorada o pasada por alto.

Además, si bien el estudio no documentó daños inmediatos a las hormigas involucradas, no puede descartarse la posibilidad de efectos negativos a largo plazo, tanto para los individuos directamente afectados como para el ecosistema en su conjunto. Esto incluye la alteración de los comportamientos naturales, impactos en la salud de los invertebrados y cambios en la dinámica del ecosistema debido a la modificación de las interacciones ecológicas.

Ejemplar de Monomorium enredado en una fibra sintética — Armand Rausell-Moreno

Es fundamental, reconocen los investigadores, realizar investigaciones adicionales para evaluar la prevalencia del enredo de hormigas y otros invertebrados terrestres en plásticos, así como para entender las consecuencias ecológicas de estos encuentros. Estos estudios deberían extenderse a varios hábitats y geografías diferentes para obtener una comprensión completa de la escala y el impacto de la contaminación por plásticos en los ecosistemas terrestres.

Este artículo ha sido revisado por el Dr. J.Manuel Vidal-Cordero, coautor del estudio.

Referencias:

  • Luna, Á. et al. 2024. Plastics and insects: Records of ants entangled in synthetic fibres. Ecological Entomology, 49(1), 145-148. DOI: 10.1111/een.13284
  • Rausell-Moreno, A. et al. 2023. What’s going on with ants of La Palma? DOI: 10.13140/RG.2.2.17957.47844

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2024-03-11 16:30:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

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