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Idealistas sin género que desafían las normas y habitan su propio cielo

Idealistas sin género que desafían las normas y habitan su propio cielo

La palabra nefelibata describe a una persona que camina entre nubes, alguien cuyo espíritu y mente se deslizan suavemente entre sueños y realidades alternativas. Procedente del griego “nephéle” (nube) y “bátes” (caminar), nefelibata evoca a quien desafía lo cotidiano y tangible. Un nefelibata elige transitar por el reino de la imaginación, la fantasía y el idealismo. Más que un simple soñador, una persona nefelibata posee una forma única de percibir la vida, priorizando las ideas y los ideales sobre la realidad pragmática.

‘Nefelibata’: Idealistas sin género que desafían las normas y habitan su propio cielo. Fuente: Mindjourney / Eugenio Fdz.

Una curiosidad interesante es que «nefelibata» es un sustantivo de género común, es decir, tiene la misma forma para referirse a hombres y a mujeres. El género se marca solo a través del artículo que lo acompaña: «un nefelibata» para el masculino y «una nefelibata» para el femenino. 

'Inmarcesible': La eternidad de lo que nunca se marchita. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

Eugenio M. Fernández Aguilar

Nefelibatas en la Literatura

En el sentido literal, un nefelibata es quien “camina entre nubes”. Como se ha adelantado, son quienes eligen vivir en su propio mundo, nutriéndose de pensamientos, ideas y emociones y, a menudo, desatendiendo los límites de la realidad práctica o de las normas sociales establecidas. Carne de Literatura y Filosofía.

Este término ha sido usado para describir a escritores, poetas y artistas de espíritu libre, especialmente desde que Rubén Darío lo introdujo en su obra modernista, en 1907. Al describir a los modernistas como nefelibatas, Darío resaltaba su rechazo por las corrientes literarias de su tiempo, especialmente el realismo y el naturalismo, y su inclinación hacia lo sublime y lo imaginativo. La singularidad de una persona nefelibata radica en su habilidad para ver el mundo a través de una lente poética, un impulso para transformar experiencias cotidianas en una fuente inagotable de creatividad y de belleza.

No fue hasta 1984 que la Real Academia Española introdujo la palabra nefelibata en su conocido diccionario.

Que ando, nefelibata, por las nubes… Entiendo.
Que no soy hombre práctico en la vida… ¡Estupendo!
Sí, lo confieso: soy inútil. No trabajo
por arrancar a otro su pitanza; no bajo
a hacer la vida sórdida de ciertos previsores.
Y no ahorro ni en seda, 
ni en champaña, ni en flores.
«Epístola», Rubén Darío

«Que ando, nefelibata, por las nubes…». Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

¿Ser nefelibata es una cualidad positiva o negativa?

Ser un nefelibata es una característica compleja, con sus aspectos positivos y negativos, como ocurre con cualquier rasgo humano. En el lado positivo, los nefelibatas son personas profundamente creativas, sensibles y apasionadas por sus ideas. Su capacidad para imaginar y ver más allá de lo inmediato les permite encontrar belleza y significado en lugares donde otros no ven nada extraordinario. Para ellos, los límites de lo cotidiano no son más que una invitación a explorar otras realidades. En su mente, pueden conjugar ideas abstractas, conceptos innovadores y pensamientos elevados, dotándolos de una perspectiva única que inspira a quienes los rodean.

La creatividad y sensibilidad de los nefelibatas los convierten en personas a menudo admiradas, y su disposición para desafiar las normas y abrirse a nuevas perspectivas puede ser tremendamente enriquecedora para quienes están en contacto con ellos. Como exploradores de su propio mundo interior, suelen brindar a la sociedad visiones alternativas y formas de pensamiento menos convencionales que amplían la percepción colectiva. La historia de la literatura, la pintura, y otros campos artísticos está llena de nefelibatas cuyas obras nos permiten escapar de lo mundano y abrazar la imaginación, desde los poetas modernistas hasta los surrealistas.

Ser nefelibata no es ni positivo ni negativo a priori. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

Sin embargo, la tendencia del nefelibata a habitar en su mundo de ideas y sueños puede traer inconvenientes significativos cuando se enfrenta a la realidad práctica. Su inclinación hacia la idealización y la abstracción a menudo los aparta de las tareas más cotidianas y de las exigencias inmediatas de la vida. La realidad práctica, con sus normas, rutinas y responsabilidades, puede ser vista por ellos como algo tedioso, llegando incluso a ignorarla en algunos aspectos. Esta desconexión de la realidad concreta puede generarles dificultades para adaptarse a entornos estructurados, lo cual puede complicar aspectos básicos como el trabajo, la gestión del tiempo y la estabilidad financiera o personal.

Para muchos nefelibatas, el desafío radica en encontrar un equilibrio entre su mundo ideal y el real, de modo que puedan seguir nutriéndose de su creatividad sin desatender sus responsabilidades. Este equilibrio no siempre es fácil de lograr; la capacidad de soñar sin restricciones es invaluable, pero la vida diaria exige compromisos y adaptación a ciertas normas, que en ocasiones son esenciales para el bienestar. Para un nefelibata, aprender a integrar la creatividad y la responsabilidad puede ser una tarea desafiante pero enriquecedora. Muchos encuentran su mejor versión cuando logran canalizar su inspiración de manera práctica, permitiéndoles vivir de su arte o utilizar su sensibilidad en profesiones que les ofrezcan estructura sin sofocar su creatividad.

A nivel social, la naturaleza de los nefelibatas también puede generar cierta incomprensión. Las personas prácticas o realistas pueden ver en ellos una desconexión que resulta frustrante o difícil de entender. Sin embargo, el nefelibata, si es capaz de desarrollar la resiliencia y el autocontrol, puede convertir su sensibilidad y sus sueños en una fuente de fuerza y creatividad. En este sentido, una vida equilibrada como nefelibata implica reconocer la importancia de ambas realidades y saber cuándo es momento de soñar y cuándo es necesario atender a lo práctico.

Los nefelibatas encuentran su mejor versión cuando logran canalizar su inspiración de manera práctica. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.


Eugenio M. Fernández Aguilar

Lecciones de una persona nefelibata

Las personas nefelibatas, como se ha dicho, pueden ser vista con cierto recelo por su vida alejada del sentido práctico. Sin embargo, nos pueden dejar alguna lecciones:

  • Fomentan la imaginación: La vida diaria puede volverse rutinaria y predecible. Los nefelibatas nos enseñan a ver el mundo de forma diferente, a encontrar belleza en lo inusual y a apreciar los detalles. Fomentar la imaginación puede ayudarnos a encontrar nuevas soluciones y a abordar problemas de manera creativa.
  • Aceptación del idealismo: Aunque puede parecer ingenuo, el idealismo es una fuente importante de motivación. Los nefelibatas nos enseñan que es valioso soñar, creer en lo imposible y visualizar un futuro mejor.
  • Equilibrio entre el sueño y la realidad: Aprender a equilibrar la imaginación y la realidad práctica es una lección esencial. Aunque no es necesario perder el contacto con nuestro mundo interior, debemos encontrar formas de integrar esos sueños en nuestra vida cotidiana.
  • Felicidad con nosotros mismos: Los nefelibatas suelen ir contra la corriente, siguiendo su propio camino sin importar las expectativas externas. Esto nos recuerda la importancia de ser auténticos y de vivir de acuerdo a nuestros propios valores y aspiraciones.

Cruza el puente hacia la mente de los nefelibatas, donde la realidad se encuentra con los sueños y lo imposible se hace realidad. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com

Publicado el: 2024-10-11 11:00:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades

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