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Más de la mitad de la biodiversidad terrestre está bajo tierra

Más de la mitad de la biodiversidad terrestre está bajo tierra

La mayoría de la gente entendemos la biodiversidad como el conjunto de seres vivos que podemos observar. Plantas, animales y, si acaso, algunos hongos incluyen la mayoría de las especies que cualquiera podría mencionar. Entre los animales, seguramente los mamíferos, aves y reptiles son más fáciles de nombrar que los insectos y estos más que otros invertebrados, como los onicoforos, los nemerteos, los rotíferos o los kinorrincos —por citar algunos desconocidos para el gran público—. De los microorganismos, solo reconocemos unas pocas especies de levaduras, algas, protozoos y bacterias, principalmente por su íntima asociación con el ser humano, ya sea por utilidad, por toxicidad o por patogenicidad.

Pero, hay mucha más biodiversidad ahí fuera y la mayor parte permanece oculta a nuestros ojos.

Comuúmente, la biodiversidad suele imaginarse solo como la vida que se puede ver. — ugurhan / iStock

El suelo, un hábitat subestimado

El suelo, ese tapiz aparentemente inmutable sobre el que caminamos los seres vivos, a menudo ha sido subestimado por muchos y, sin embargo, es un componente crítico de nuestro planeta. Hay que diferenciar el concepto ecológico de ‘suelo’ del que se tiene en un contexto más popular. En lenguaje coloquial, el suelo es la superficie que pisamos, ya sea la tierra en un campo de cultivo, la hojarasca del bosque, el asfalto de una carretera o el parqué flotante del salón. Pero en términos ecológicos, el suelo es algo mucho más concreto y complejo.

Tal y como lo define la edafología — ciencia que estudia el suelo y sus procesos—, el suelo es una capa de material fértil, de grosor variable, que tiene como límite inferior la roca, y como límite superior la atmósfera. En el suelo se dan lugar muchos de los fenómenos que tienen lugar en un ecosistema, y de hecho, condiciona la naturaleza del mismo. Entendido desde el punto de vista ecológico, y tanto física como conceptualmente, el suelo forma parte de la base de los ecosistemas.

Si bien, esta explicación ya proporciona un enfoque sobre la relevancia del suelo, un estudio publicado recientemente en la prestigiosa revista científica estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences revela que el suelo es más importante de lo que se pensaba y que alberga una sorprendente diversidad de vida con un gran impacto en la biodiversidad terrestre. Este hallazgo, llevado a cabo por el investigador Mark A. Anthony y colaboradores de la División de Investigación en Agroecología y Medio Ambiente Agroscope, en Zúrich, cuestiona las estimaciones anteriores —incluso los científicos estaban subestimando el peso del suelo en la biodiversidad global— y lleva a repensar la relación del ser humano con el suelo que pisa.

La edafología es la ciencia que estudia el suelo y sus procesos. — Richard Ha / iStock

Nuestro entendimiento sobre el suelo ha evolucionado con la ayuda de estudios exhaustivos. Atrás quedaron las estimaciones que situaban la dependencia de las especies terrestres en el suelo en un porcentaje del 25 % aproximadamente. Ahora se estima que cerca del 59 % de todas las especies terrestres, desde las más diminutas a las más grandes, tienen una conexión intrincada con este hábitat.

La gran biodiversidad del suelo

El verdadero impacto del suelo como hábitat se revela cuando exploramos la diversidad de vida que alberga. El suelo es un escenario dinámico que alberga una inmensa variedad de formas de vida, desde los microorganismos invisibles a simple vista hasta los mamíferos más grandes.

En particular, los científicos han identificado que ciertos grupos de organismos son especialmente diversos en el suelo. Los enquitréidos, un grupo de gusanos anélidos diminutos, lideran la lista con el 98,6 % de especies confiando en el suelo para su supervivencia. Les siguen de cerca los hongos, con el 90 % de sus especies que lo habitan. Plantas e insectos, con un 85,5 % y un 84,2 %, respectivamente, también encuentran refugio en el suelo . En cuanto a las plantas, la rareza radica en lo opuesto: en torno al 14,5 % no tienen relación con el suelo, algo sorprendente. La mayoría de estos casos extraños se reconocen como plantas epífitas —plantas que habitan sobre otras plantas—, como las plantas de aire del género Tillandsia.

Enquitréido de la especie Echytraeus albidus a microscopio óptico de contraste de fases. — J.Reischig / Wikimedia

Todos estos organismos no solo residen en el suelo, sino que además desempeñan un papel fundamental en los ecosistemas terrestres. A ellos, se añade un número desconocido de bacterias que intervienen en la descomposición y la formación misma del suelo. Para los profesores Kenneth J. Locey y Jay T. Lennon, de la Universidad de Indiana, es posible que exista más de un billón de especies microbianas desconocidas y la mayoría vivirían en el suelo.

Así pues, el suelo, lejos de ser simplemente la tierra bajo nuestros pies, se revela como un hábitat crucial para el mantenimiento de los ecosistemas, y en el hábitat propio de una gran parte de la biodiversidad terrestre. Este hecho subraya la necesidad apremiante de proteger, preservar y restaurar el suelo y su diversidad en medio de la crisis actual de la biodiversidad.

Referencias:

  • Anthony, M. A. et al. 2023. Enumerating soil biodiversity. Proceedings of the National Academy of Sciences, 120(33), e2304663120. DOI: 10.1073/pnas.2304663120
  • Locey, K. J. et al. 2016. Scaling laws predict global microbial diversity. Proceedings of the National Academy of Sciences, 113(21), 5970-5975. DOI: 10.1073/pnas.1521291113

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.es

Publicado el: 2023-10-02 13:00:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades