La historia del profesor Gustavo Cáceres Guzmán en Cartagena es la de un soñador, apegado una fe inquebrantable y siempre pensando en el servicio a los demás, en especial de los más necesitados.
(Además: Sirenato de la Cumbia prende la fiesta en Carnaval del Atlántico)
Es una historia que comenzó hace 20 años, cuando tenía 13 años de edad, y cerraron el colegio oficial Gabriel García Márquez del barrio Olaya Herrera, un sector marginal de Cartagena, donde creció.
Recuerda que le contó a la profesora Nuri Gulfo, directora del colegio San José Obrero, donde él estudiaba. Ella fue la primera persona que creyó en aquel niño de tan solo 13 años de edad, con un espíritu y un liderazgo de adulto. La profesora le regaló pupitres y tableros para que abriera un colegio en el barrio.
(También: Alarma por voraz incendio que amenaza a comunidades indígenas en Cauca)
Para completar el sueño, su abuela Telma le prestó un apartamento que estaba arrendando y fue así como nació el Colegio Comunitario Juan XXIII, nombre de la calle del barrio Olaya donde vive, y Gustavo se convirtió en ese momento en el profesor más joven de Cartagena.
Esta es la institución educativa La Promesa de Dios.
Cortesía Gustavo Cáceres Guzmán
“A los 13 años yo ayudaba a los niños del barrio con las tareas. Luego llegaron otros jóvenes del sector”, cuenta. El colegio llegó a tener unos 100 niños. “Iba a mis clases en la mañana y por la tarde me encargaba ayudar con las tareas a los niños del barrio”.
Un líder comunitario
Gustavo, quien es licenciado en filosofía y trabaja con fundaciones de atención a la niñez, cuenta que a los 12 años era el presidente de la Junta de Acción Comunal de niños del barrio Olaya Herrera, y gracias a su liderazgo logró que la alcaldía Menor de Cartagena le pavimentara la calle de su cuadra. “Eso trajo mucha felicidad”.
Se realizaron acciones para que los niños atendidos en la escuela comunitaria fueran atendidas en escuelas oficiales de sectores aledaños”
También radicó en la Secretaría de Educación un proyecto que le entregó la ‘seño Nuri’ para la restructuración del colegio San José que se estaba cayendo. “Allá fui a la secretaria de Educación y metí el proyecto”.
El colegio comunitario tuvo un crecimiento rápido por lo que fue asumido por el sector oficial, pero se lo llevaron del sector. “Se realizaron acciones para que los niños atendidos en la escuela comunitaria fueran atendidas en escuelas oficiales de sectores aledaños”.
El sueño cumplido
Pero el deseo y el anhelo de entregarle al barrio Olaya Herrera, golpeado por la violencia, el maltrato infantil, el abandono y la desnutrición, llevaron a Gustavo a seguir luchando para traer un colegio digno a su comunidad.
Fue así como siguió tocando puertas y con el apoyo de vecinos, amigos, recursos propios y algunos empresarios montó hoy la institución educativa La Promesa de Dios, que recibe a 150 niños que ahora reciben clases de alta calidad.
Los niños del barrio Olaya Herrera cuenta con una institución educativa digna.
Cortesía Gustavo Cáceres Guzmán
“Es un joven que desde niño le tocó pasar muchas necesidades, esto lo hizo fuerte, perseverante, luchador, por eso quiere brindarle lo mejor a los niños y jóvenes del sector, que miren a través de su ejemplo, que cuando se tiene la voluntad de salir adelante, las metas se pueden alcanzar”, dice Luisa Fernanda Nuevo, sicóloga del colegio.
Un empresario de Bucaramanga le donó aires acondicionados y televisores para todos salones.
El colegio tiene jornada única, de 7 a.m. a 3 p.m. aquí los niños reciben desayuno y almuerzo, además de refuerzo y acompañamiento escolar, para que hagan las tareas en el colegio. “Así pueden regresar a su casa a jugar, a ser niños”, dice.
“A través de la gestiones de muchos muchas personas de buen corazón que nos colaboraron, podemos entregarle a esta comunidad una escuela digna y pidiéndole a Dios que nos envíe personas seguir avanzando en este proyecto para seguir alegrándole la vida a muchos niños que no tienen la culpa de nacer en condiciones deprimentes”, manifiesta Gustavo.
El profesor Gustavo Cáceres no oculta el orgullo que siente al poder ayudar a los niños de su barrio.
Cortesía Gustavo Cáceres Guzmán
(Lea: Político víctima de atraco en el que murió un hombre pide que investiguen)
Las bendiciones han llegado a este rincón olvidado de Cartagena de la mano de este profesor, quien ha conseguido traerles condiciones dignas de estudio a niños pobres donde la educación y el buen ejemplo de personas como Gustavo Cáceres son el aliciente para buscar mejores oportunidades en la vida.
LEONARDO HERRERA DELGANS
Periodista de EL TIEMPO
@leoher69
Escríbeme a [email protected]
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2023-02-04 14:14:09
En la sección: EL TIEMPO.COM – Colombia