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Leonor Zalabata: entrevista con la embajadora sobre la mujer indígena – Otras Ciudades – Colombia

Leonor Zalabata: entrevista con la embajadora sobre la mujer indígena - Otras Ciudades - Colombia


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Leonor Zalabata, embajadora ante la ONU, habla sobre vulneraciones que sufren muchas indígenas.











Leonor Zalabata, líder arhuaca y embajadora de Colombia ante la ONU, habla sobre los retos y vulneraciones que sufren muchas de las mujeres indígenas en Colombia.

Leonor Zalabata es la primera persona indígena que obtiene un cargo diplomático en Colombia. Miembro de la comunidad arhuaca de la Sierra Nevada de Santa Marta, fue designada por el presidente Gustavo Petro como embajadora ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Es una mujer que honra la herencia de sus ancestros, que le rinden culto a la naturaleza y que honran el valor de la palabra. Habla pausado. Es una líder de su comunidad y ahora representa a Colombia ante la dignidad más importante en la defensa de derechos humanos del mundo. Allí liderará la agenda internacional del país, enfocada en la reivindicación de las minorías a las que pertenece, bajo las banderas de justicia ambiental y social, que ha ondeado durante el transcurso de su liderazgo político.


¿Cuál es su percepción sobre las realidades de las mujeres indígenas hoy en Colombia?

Quiero destacar que Colombia es un país pluricultural, como se ha demostrado en los dos centenarios de historia que llevamos, y así también lo ratificó la Constitución del 91. Esa biodiversidad de los territorios indígenas y rurales hace de Colombia algo muy especial. Esto nos incluye también a las mujeres indígenas. Las culturas hablan de un enfoque diferencial de la mujer indígena, y creo que este tipo de políticas deben encaminarse y darnos el estatus cultural que tenemos las mujeres indígenas en el país.


Paralelo al estatus cultural que menciona, la mujer indígena ha sido relegada del orden nacional y enfrenta vulnerabilidades de todo tipo, muchas de ellas dentro de las comunidades. Actualmente hay 115 pueblos indígenas y cada uno ofrece más o menos oportunidades de empoderamiento, ¿a qué se debe esta diferencia?

Yo creo que las mujeres indígenas, como todas las mujeres, no necesitamos empoderarnos, sino tener el poder y tomar decisiones que, como a cualquier persona perteneciente a una sociedad, le permitan avanzar y desarrollarse plenamente. Y eso es lo que es posible en este momento: poder tomar decisiones, poder evitar esa exclusión permanente e histórica que desde la cultura y desde una visión económica y política se ha ejercido. Los pueblos indígenas hacemos parte de esta exclusión, como lo es todo lo diverso, lo étnico, que siempre han vivido en una marginación que es importante superar para alcanzar la paz de un país que puede vivir con más dignidad de la que hoy representamos.


Leonor ha presidido la lucha indígena por la protección ambiental de los territorios y su cultura desde hace más de 30 años, agenda que piensa implementar en Nueva York como embajadora ante la ONU.

Rodrigo Sepúlveda

¿En qué momento se abre esta brecha de exclusión que para la mujer indígena es mucho mayor por el hecho de ser mujer, ser indígena y vivir en situación de pobreza? Así mismo, ¿qué hace que se perpetúe?

Esto es histórico: la invasión de nuestros territorios, de nuestras culturas, el desconocimiento real de las tradiciones, de nuestras formas de existir, de vivir… Estos valores los hemos tenido que transformar en una cuestión permanente de resistencia. Superar esta situación es devolverles la dignidad a las comunidades indígenas, en las que las mujeres tenemos un papel relevante porque parimos los hijos, los criamos, y luego los hombres no son independientes de nosotras, sino que vivimos para compartir con ellos y estar en un mundo de igual a igual.​


Las violencias sexuales son una de las difíciles realidades que enfrentan las mujeres indígenas en los territorios. El conflicto armado fue uno de los principales artífices, pero actualmente también se llevan a cabo dentro de los resguardos por miembros de la comunidad. Como mujer, ¿qué identifica de este panorama?

Nosotros tenemos problemas graves, entre ellos la violencia sexual hacia los niños, las mujeres y la población diversa. El hecho es que no hemos sido ajenos a la evolución positiva o negativa del país, y el problema de las violaciones y los abusos tiene que ver con el tema del acceso a la justicia como un derecho humano. Ese acceso a la justicia debería mejorarse y lograr que las personas nos tratemos de igual a igual y poder alcanzar ese enfoque de inclusión que es necesario a través de la participación. Porque en Colombia la violencia sexual es un tema con un alto índice en nuestras sociedades, no solamente las indígenas, pero que sin duda terminamos transgredidos por estas realidades.​


Embajadora, permítame insistirle en este tema de violencias sexuales, porque sí existe una mayor tendencia en las mujeres y niñas indígenas con respecto al promedio nacional. Y muchos de los abusos son llevados a cabo por miembros de las mismas comunidades. Además, ya que habla del acceso a la justicia, existe una jurisdicción especial bajo la que se ampara la población étnica, entonces, ¿cómo proteger a las mujeres sin violar la independencia y autonomía de los pueblos?

La Constitución reconoce unos derechos que no han tenido un desarrollo legal y es allí donde hay un vacío enorme de las políticas para los pueblos indígenas en el país. No se trata de empoderar a las mujeres, sino darles el poder para que podamos actuar de acuerdo con nuestras culturas, y en Colombia no existe todavía el fortalecimiento real que deberían tener las autoridades indígenas. Es decir, no existen los mecanismos apropiados para las autoridades en la toma de decisiones. Esto no es solamente una retórica, sino una práctica real en la que el fortalecimiento de las autoridades indígenas no es suficiente. Y frente a esto debemos considerar la importancia que tienen las violencias sexuales, porque no son solo un problema de mujeres, sino de los hombres, la masculinidad y sus comportamientos, por lo que las mujeres necesitamos poder para decidir tomar las riendas de la solución de estos problemas y poder avanzar en una línea de acuerdo con lo que pensamos como género. Al país le hace falta fortalecer las zonas rurales y las autoridades indígenas.​


Otras realidades que también atentan contra el desarrollo de la mujer son el embarazo adolescente y las uniones tempranas o matrimonio infantil, que, al igual que las violencias sexuales, también tienen una tasa más alta en las comunidades indígenas. ¿De qué forma influyen los aspectos culturales de cada pueblo en estas realidades y cómo hacer para transformarlo?

Los matrimonios a temprana edad y embarazo adolescente deberían superarse porque como personas necesitamos el tiempo para poder desarrollar nuestros propios propósitos e ir descubriendo en la medida de la vida lo que necesitamos para la convivencia. La seguridad está dada en esta capacidad de relacionarnos de igual a igual, con el derecho que tenemos todos de tener una libertad, una dignidad, y podamos avanzar en hermandad. Hay elementos importantes para superar hoy en día, y la evolución de la humanidad debería ajustarse más a las condiciones reales de las personas, el respeto y las consideraciones mínimas para convivir con los espacios, que es algo inherente a la vida de cada persona. Creo que en esto tenemos que ser un poquito más profundos. No creo que se puedan tratar los problemas de una manera tan superficial, tan coyuntural, sino que hay una estructura que permite que esto siga sucediendo, y es esto lo que debe mirarse: la educación, la convivencia, el desarrollo legal de un país como Colombia que dice ser un país social de derechos.​


 

Embajadora, usted toca un tema importante y es la evolución de las culturas indígenas a la par de los valores de la sociedad. Con respecto al embarazo adolescente y matrimonio infantil, antes eran mucho más comúnes, pero ahora se ha evidenciado una disminución de los casos. ¿Cómo seguir propiciando esta evolución, pero desde la etnicidad e identidad de los pueblos, preservando también el patrimonio cultural que ellos tienen?

Yo creo que la Constitución fue muy clara en eso. El artículo 7 dice que el Gobierno debe proteger estas formas distintas de cultura, estas maneras de convivir y de situarse en espacios, no solamente como indígenas en nuestros territorios, sino cómo nos relacionamos con el sistema. Esto es necesario, porque en la medida en que fortalezcamos nuestras culturas, la etnicidad que es diferente: los rom, los raizales, los afrodescendientes y las minorías sexuales, que deben estar en la esfera del poder, se podrán encontrar las salidas que proponen las comunidades. Este es el cambio fundamental que necesitamos para que el país supere estas cuestiones. Los pueblos indígenas tenemos una historia que hemos sostenido para poder existir hoy, y este es el cambio que debe adoptar el país también. Colombia necesita el agua de nuestros territorios, el conocimiento tradicional que tenemos para la construcción de la paz; los pueblos indígenas le hemos aportado a la humanidad valores, y por ende hacemos parte de esa paz que Colombia necesita.


La actual embajadora es ahora, quizás, la voz más fuerte de representación de la mujer indígena en Colombia. Los derechos de esta población han sido su enfoque durante décadas de activismo.

Juan B. Díaz

Embajadora, el actual gobierno, con su nombramiento, el de Giovani Yule y el de Patricia Tobón, en la Unidad de Víctimas y Restitución de Tierras, le apuesta a una representación étnica dentro de las decisiones de talante nacional…

De lo que sí pueden estar seguros los colombianos sobre esta decisión es de que tenemos el conocimiento necesario de nuestras situaciones reales y prácticas, en las que hemos participado, y no estamos haciendo una teoría que no conocemos, sino que somos líderes indígenas que hemos estado al frente de los reclamos de los pueblos y las comunidades.
En Colombia, no solo los indígenas vivimos una situación adversa; también, muchos colombianos, a los que nos llaman pobres. Somos un cordón enorme. Y yo creo que hacer parte de este cordón de exclusión, de precariedades, nos permite decirle al mundo lo que necesitamos y buscar que la cooperación internacional y la voluntad política se vuelquen a favor de estos sectores.


El presidente Petro, en su discurso en la ONU, planteó unos puntos muy claros sobre los cuales se desarrollará su agenda internacional. ¿Cómo aportará desde Nueva York a estos propósitos?

Estaremos siempre fieles a las políticas que prometió en campaña el señor Presidente. Esta postura representa ese programa en el que creímos los colombianos para mejorar las condiciones en las que vivimos. Y tiene que ver precisamente con la necesidad, por ejemplo, de que la Amazonia, el Pacífico y la Sierra Nevada, donde hay crisis climática y una situación de poder, se defienda mejor la naturaleza. Así mismo, pretender una paz total es el camino para la dignidad de todos los ciudadanos. El Presidente planteó una propuesta que orienta el camino por seguir para esa justicia social, justicia ambiental y paz total, y no seremos ajenos realmente a lo que los colombianos quisieron que se implementara.

Sara Quevedo
EL TIEMPO
@quevedo_sara18


https://www.eltiempo.com/infografias/2022/10/mujeres_indigenas/2.boton_final.html?90final5



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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2022-11-06 20:52:54
En la sección: EL TIEMPO.COM – Colombia

Publicado en Colombia