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Los argentinos eligen presidente en medio de una enorme tensión política y emocional | elperiodico.com

Los argentinos eligen presidente en medio de una enorme tensión política y emocional

¿Salto al vacío o un mal menor? ¿Javier Milei o Sergio Massa? Los argentinos tenían en sus manos la hoja de ruta del país que emergerá a partir del 10 de diciembre cuando el impopular presidente Alberto Fernández abandone el poder. Este domingo 19 de noviembre no se parece a ninguna jornada electoral. La tensión no solo flota en el aire con el peso de un crucero desde hace días. Hay tantos ciudadanos nerviosos que comenzaron a faltar los ansiolíticos y otros tranquilizantes en las farmacias de la ciudad de Buenos Aires. El candidato de La Libertad Avanza (LLA), apoyado por los derechistas tradicionales, y el ministro de Economía de un país con casi 150% de inflación anual, llegaron a esta instancia cabeza a cabeza. Lo que se ha puesto en juego son dos tipos diferentes de miedos: a la ultraderecha o a la continuidad del peronismo. Massa y Milei llegaron a esta instancia en una situación de virtual empate técnico, al menos para los encuestadores, que han hecho del error de apreciación un deporte, pero no han perdido su condición de augures.

En algo parecen coincidir los sondeos y la percepción de los analistas. Los indecisos definirán estos comicios en el mismo escenario de la votación. Muchos ciudadanos han preferido llegar a los centros de votación en silencio, sin responder siquiera a sus relaciones cercanas, temiendo el reproche o la ruptura de los vínculos. La Argentina está partida en dos por razones que ya exceden la polaridad kirchnerismo-antikirchnerismo. Y ese ruido es atronador en cualquier momento.

Acusaciones de fraude

«Hemos hecho todo el esfuerzo que se podía hacer. Ahora, que hablen las urnas», dijo Milei tras salir de la escuela capitalina donde sufragó. «Estamos muy satisfechos pese a la campaña del miedo y sucia que nos hicieron. Ahora es el momento que la gente se exprese», añadió. Al estilo del trumpismo y Jair Bolsonaro la ultraderecha agitó  hasta el mismo viernes el fantasma de un «fraude colosal» y recibió una advertencia de la justicia electoral por su falta de evidencias.

«Nos acusaron de hacer fraude y quienes rompen papeletas o intentan romper la transparencia de este proceso electoral democrático son aquellos que nos acusaron. Queremos decir que aunque las papeletas estén rotas, son válidas», dijo Malena Galmarini, esposa de Massa, después de denunciar actos vandálicos aislados.

El voto de Massa

«Definimos qué país vamos a transitar los próximos cuatro años», señaló por su parte Massa. «Empezamos una nueva etapa en la Argentina y eso requiere, además de la buena voluntad, inteligencia y capacidad, pero por sobre todas (necesita) del diálogo y de los consensos para que nuestra patria recorra un camino mucho más virtuoso en el futuro”, agregó. Massa dijo esperar el resultado “con tranquilidad, con esperanza y que el futuro nos encuentre mejor y más unidos”.

De acuerdo con el comentarista político Horacio Verbitsky, aunque las papeletas digan Unión por la Patria, en el caso del peronismo y LLA, 35,4 millones de electores deciden «entre el Alivio y la Pesadilla». El futuro mandatario tomarás las riendas de un país arruinado, con más de 40% de pobres, a cuatro décadas del recambio institucional que, de la mano de Raúl Alfonsín, puso en marcha la transición democrática después de siete años de una dictadura militar que ha comenzado a ser reivindicada por la ultraderecha, en particular la candidata a vicepresidente, Victoria Villarruel. La abogada no perdió oportunidad de criticar la política de derechos humanos después de ejercer su derecho al voto. «Es desubicado pintar en un jardín de infantes carteles sobre los treinta mil desaparecidos y el Nunca Más. Es como ir a un cementerio y pintar al Oso Barney», dijo esta hija de un oficial del Ejército que participó de la represión durante los años setenta y se negó a jurar por la Carta Magna mientras gobernaba Alfonsín.

El peso del pasado

El juicio sobre el pasado ha adquirido un peso inédito en los procesos electorales argentinos a pesar de que dos generaciones de hombres y mujeres no habían nacido cuando el último dictador, Benito Bignone entregó sus atributos de mando al primer presidente democrático. En aquel 1983, Milei solo contaba con 13 años, dos más que su rival. Lo que tienen en común los candidatos es que representan un corte con el protagonismo de la generación anterior, la de los expresidentes Cristina Fernández de Kirchner, de 70 años, y el magnate Mauricio Macri, seis años menor que ella.

Jorge Fontevechia, director del diario Perfil, recordó que en las vísperas de la contienda se produjeron dos señales que parecieron «llegar del cielo» para los creyentes católicos. En el Teatro Colón, el público abucheó a Milei durante una velada operística. Milei, quien ha hecho gala de su desprecio de la cultura, tuvo que escuchar algo más que Madame Butterfly, de Giacomo Puccini. «Nunca más» y «tú eres la dictadura» le gritaron en un entreacto. «Como si la parte de la sociedad argentina más cosmopolita no quisiera repetir errores del pasado”. Fontevechia dijo comprender “perfectamente” a una madre y a un padre que “trabajando ambos no puedan satisfacer todas las necesidades económicas de su familia a causa de la creciente inflación, que puedan resultarles una abstracción los valores del consenso democrático o un problema solo para aquellos que ya tienen solucionados los problemas más básicos». Ellos han quedado reducidos al discurso facilista de Milei, quien ha prometido “soluciones fáciles y rápidas”.

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Para Verbitsky, ninguno de los contendientes de hoy hubiera llegado a la instancia decisiva. Massa, debido a la situación económica, y Milei en virtud de sus propuestas que incluyen dinamitar el Banco Central, delegar la soberanía monetaria del país al Departamento del Tesoro norteamericano, además de tolerar la venta de órganos y la portación libre de armas.

Joaquín Morales Solá, columnista del diario La Nación remarcó que, más allá de conocer el nombre del ganador, «lo que se avecina es un período presidencial de notable fragilidad parlamentaria». El próximo mandatario deberá aprender o renovar «la aptitud para la permanente negociación política».

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com

Publicado el: 2023-11-19 12:49:30
En la sección: El Periódico – internacional

Publicado en Internacionales