En respuesta a la política arancelaria de Estados Unidos que calcula que afectará a un 70% de las exportaciones europeas a territorio estaounidense, la Unión Europea apuesta por una estrategia que pasa a corto plazo por responder con represalias, a medio con buscar una salida negociada a la guerra comercial, y a largo, por diversificar sus relaciones económicas y fortalecerlas con socios de todo el mundo.
En el jardín de la Rosaleda de la Casa Blanca, el pasado miércoles, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hizo efectiva su amenaza de incrementar los aranceles sobre las importaciones de todo el mundo. «Es nuestra declaración de independencia», dijo el republicano. ‘El Día de la Liberación’, lo llamó Trump. «Aunque yo no me siento muy liberado», reconoció un alto cargo de la Comisión Europea.
Washington aumentará los aranceles a las importaciones a los productos prodecentes de la Unión Europea en un 20%. Esto se suma a los aranceles del 25% sobre el acero, el aluminio y los coches. En total, Bruselas calcula que estas barreras afectan al 70% de las exportaciones comunitarias a EEUU, por un valor de 380.000 millones de euros. Estados Unidos es el principal socio comercial de la Unión Europea.
El ADN europeo
La Unión Europea se considera a sí misma una de las economías más abiertas del mundo. Según la Comisión, el bloque cuenta con algún tiempo de acuerdo comercial con más de 70 países, y más del 70% de productos que llegan a territorio comunitario, lo hacen libres de aranceles. Por eso, el primer instinto de los europeos es evitar una guerra comercial. La UE responderá a los aranceles sobre el aluminio y el acero la próxima semana, pero después, se sentará a negociar.
«No nos precipitaremos. Queremos dar a las negociaciones todas las posibilidades de llegar con éxito a un acuerdo que beneficie a ambas partes», aseguró Maroš Šefčovič, comisario de Comercio el pasado miércoles. Pero el esloveno recorcó también que la UE «no depende de un solo mercado». Šefčovič aseguró que aprovecharán el momento «para diversificar nuestros acuerdos comerciales por todo el mundo».
Eliminar barreras «está en nuestro ADN», aseguró una alta fuente comunitaria el pasado miércoles. «Ya tenemos la red de acuerdos comerciales más amplia y de más rápido crecimiento del mundo», insistió, «si hay alguien que sabe cómo hacer tratos y cómo hacer buenos tratos, somos nosotros». La política comercial es uno de los emblemas del bloque. En plena guerra con Estados Unidos, Bruselas apuesta por reforzarla.
«Ahora, es el momento de seguir adelante con los acuerdos con [los países del] Mercosur, México y avanzar decididamente en las negociaciones con India y otros socios clave», dijo Antonio Costa, presidente del Consejo Europeo, la mañana después del ‘Día de la Liberación’. Donde Estados Unidos busca imponer nuevas barreras al comercio, Europa busca eliminarlas.
En los últimos meses, la Comisión ha acelerado el trabajo, relanzado las negociaciones con los países del Golfo o abriendo conversaciones con Indonesia o Malasia, avanzando en las discusiones con Tailandia… La Comisión concluyó un acuerdo comercial con los países del Mercosur el pasado mes de diciembre. Durante una visita a la India, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que el objetivo era cerrar un trato con el país de aquí a finales de año. Y en los últimos meses, Bruselas ha buscado también limar asperazas con China.
China
La Unión Europea ve a China como un socio importante, pero también como un competidor feroz. Los europeos definen al país como «simultáneamente un socio, un competidor y un rival sistémico.» China es el segundo socio comercial de la Unión, solo por detrás de Estados Unidos, pero la relación entre ambos es muy desigual. Bruselas critica a menudo lo que considera una relación «desequilibrada» y reclama para sus empresas mayor acceso a los mercados e igualdad de condiciones.
La Comisión alega que los retos económicos son cada vez más grandes, pero los obtáculos legales permanecen. También preocupan los subsidios masivos, en particular a la industria, y su impacto en los mercados. La Comisión decidió incrementar los aranceles a los coches eléctricos importados al entender que esta práctica suponía una amenaza para los productores europeos. El comisario de Comercio viajó en marzo a China para abrir un diálogo con las autoridades en este área, pero también para también con vistas a revistar el acuerdo de aduanas sobre productos agroalimetarios.
Más allá del aspecto económico, el papel de China como facilitador de la guerra en Ucrania o por sus propias tendencias imperialistas, las relaciones con Pekín son complejas. Pero en este contexto, Von der Leyen ha tendido la mano al gigante asiático. Durante un discurso en el Foro Económico de Davos, la presidenta dijo que este año se cumplen 50 años de relaciones diplomáticas entre la UE y China. «Lo veo como una oportunidad para comprometernos y profundizar nuestra relación», dijo la presidenta de la Comisión, «y cuando sea posible, incluso para ampliar nuestros lazos comerciales y de inversión.» Al mismo tiempo, insistió en que esa relación tenía que ser «más justa y equilibrada».
Apenas unos días después, frente a los embajadores de los 27 países de la UE, la presidenta definió la relación con China como una «de las más complejas e importantes», «determinante» para la prosperidad económica y la seguridad nacional». Von der Leyen también definió a China como «un socio comercial vital». Después de su fracasado viaje a Washington, Šefčovič se fue a Pekín.
India
El primer viaje al extranjero del nuevo colegio de comisarios de Ursula von der Leyen fue a la India. En una rueda de prensa conjunta, la presidenta de la Comisión y el primer ministro indio, Narendra Modi, anunciaron la voluntad de concluir un acuerdo comercial antes de que acabe 2025. De lograrlo, Bruselas cerraría otra negociación que se alarga desde hace dos décadas.
El objetivo es reducir los aranceles en areas clave para la UE como las bebidas espirituosas o los coches, un sector particularmente importante en el contexto actual, pero también barreras no arancelarias como por ejemplo sobre los modelos de contratación pública. El tiempo apremia, pero Bruselas busca un trato equilibrado. «El contenido es siempre más importante que la velocidad», aseguró entonces una alta fuente comunitaria.
La UE es el principal socio comercial de la India, «pero podemos hacer mucho más para mejorar el acceso a los mercados y abordar las barreras al comercio», aseguró Von der Leyen desde Delhi. «Un acuerdo de libre comercio entre la UE y la India sería el mayor acuerdo de este tipo en todo el mundo», dijo la presienta. «Soy muy consciente de que no será fácil. Pero también sé que el tiempo y la determinación cuentan, y que esta asociación llega en el momento oportuno para ambos», insistió la alemana.
Mercosur
Después de más de 20 años de negociaciones, el pasado 6 de diciembre, apenas uno mes después de la victoria de Donald Trump en las elecciones, la Unión Europea y los países del Mercosur cerraron un acuerdo de asociación. «El principio de una nueva historia», dijo la presidenta de la Comisión.
Para el Mercosur, los europeos son sus segundos socios comerciales más importantes, solo por detrás de China, y por delante de Estados Unidos. De ahí que el acuerdo comercial con los países del Mercosur es clave por su peso económico y geoestratégico. Ese acuerdo permitirá crear un espacio de libre comercio entre ambas regiones que en la práctica, permitirá eliminar los aranceles en un 91% de los intercambios.
El texto también elimina o reduce otras barreras no arancelarias para facilitar el comercio entre la UE y estos países. Además, incluye pactos específicos para incrementar las importaciones de materiales estratégicos para las transformaciones verde y digital, y fortalecer la cooperación en areas como por ejemplo, la reforma de las normas que regulan el comercio mundial.
Sin embargo, el acuerdo está todavía pendiente de ratificación. Su consecución derivó en protestas multitudinarias de los agricultores en toda Europa, que temen el impacto del mismo para su sector. La Comisión aseguró que había introducido límites a las importaciones en sectores sensibles y que los estándares fitosanitarios «no son negociables». Pero países como Francia o Polonia se opone, y otros como Italia muestran sus reticencias.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com
Publicado el: 2025-04-06 00:00:00
En la sección: El Periódico – internacional