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Exagentes de Inteligencia, vínculos con el Kremlin y labores de propaganda: así es la intrincada red prorrusa en Alemania

Exagentes de Inteligencia, vínculos con el Kremlin y labores de propaganda: así es la intrincada red prorrusa en Alemania

«Yo nací en Ucrania, en la Unión Soviética, y eso quiere decir que mi capital es Moscú. Desde 1996 vivo en Alemania y mi capital es ahora Berlín. Lo único que quiero es que Moscú y Berlín estén conectadas en paz». Así resume su filosofía Elena Kolbasnikova , una de las cabezas visibles de las manifestaciones organizadas en diferentes ciudades alemanas en las que se defiende el fin de las sanciones europeas a Rusia, la vuelta a las fuentes de energía baratas como el gas ruso o la negativa a enviar armas a Ucrania. A veces toman forma de marchas pacifistas, otras de protestas de consumidores e incluso de sentimiento de hermandad entre rusos y alemanes, dos pueblos estrechamente relacionados desde que Catalina la Grande impulsó la inmigración alemana hacia Rusia. Tras la reunificación alemana, cuando se permitió a sus descendientes reclamar la ciudadanía, cerca de dos millones de ruso-alemanes han regresado a la tierra de sus antepasados y forman una comunidad de fuertes lazos internos y que, según las encuestas, vota mayoritariamente al partido Alternativa para Alemania (AfD). Son la base desde la que Kolbasnikova se dirige al resto de los alemanes. El 27 de marzo organizó un acto de la Sociedad Cosaca, que juró lealtad a los zares y hoy es fiel a Putin; el 8 de mayo, una marcha conmemorativa del Día de la Victoria de los Aliados sobre los nazis; el 12 de junio, reunió a 1.500 personas en la celebración del Día de Rusia en Düsseldorf; y el 4 de septiembre, lideró una manifestación en Colonia, en la que unas 2.000 personas pidieron al Gobierno de Olaf Scholz que cese en su apoyo a Ucrania. «¡Los rusos y los alemanes somos hermanos, tenemos que estar juntos!», defiende Kolbasnikova, apasionada. Pero su idea de hermandad ruso-alemana no es precisamente desinteresada. Su marido es Max Schlund, oficial de aviación ruso que originalmente se llamaba Rostislav Tesluik y que se cambió el nombre cuando se trasladó a Alemania hace diez años. Según la agencia Reuters, Schlund ha viajado a Moscú financiado por una agencia rusa para asistir a una conferencia en la que Vladímir Putin era el orador principal. La agencia Rossotrudnichestvo, para la que trabaja, está sujeta a sanciones por parte de la Unión Europea por dirigir una red de «agentes de influencia que difunden las narrativas del Kremlin». Noticia Relacionada estandar Si El Grupo Mozart, la formación militar occidental en Ucrania que combate al Grupo Wagner Javier Ansorena Decenas de militares occidentales han entrenado ya a más de 2.500 militares ucranianos en zonas próximas al frente En esa conferencia, junto a Schlund apareció Andréi Kharkovsky, destacado miembro de la Sociedad Cosaca. Reuters ha relacionado también a Oleg Eremenko, ejecutivo de una constructora de Berlín y exoficial de la agencia de Inteligencia rusa GRU, como parte de ese círculo, y también ha conectado con los tres rusos recientemente condenados por un tribunal holandés, por haber suministrado el misil que derribó un avión de pasajeros de Malasia sobre Ucrania en 2014. Contacto institucional En la organización y promoción de las manifestaciones a favor de Rusia en Alemania participan además Wjatscheslaw Seewald , con una popular cuenta de Telegram denominada ‘Club de fans de Putin’; Jan Riedel Riedel , el presidente de German-Russian Souls; y Andréi Jarkovski , que hace las veces de administrador. La periodista Sabine Cygan, de la MDR, ha investigado los apoyos mediáticos del discurso prorruso en Alemania y ha detectado grupos de Telegram que revelan una larga preparación anterior a la guerra y que han tomado el relevo de la retórica de la televisión rusa RT, asumiendo y propagando conceptos como ‘desnazificación’, ‘derrocamiento del régimen fascista’ y ‘Gobierno nacionalista ilegal de Kiev’. También ha comprobado que esta propaganda ha calado en los círculos que durante la pandemia se organizaron en torno a protestas contra las restricciones. El objetivo es que Alemania reconsidere su apoyo a Ucrania y ponga fin a las multimillonarias ayudas al Gobierno de Kiev. Las encuestas apuntan a un relativo éxito. Un sondeo de la Fundación Bertelsmann de septiembre mostró que solo el 48 por ciento de los alemanes está a favor de entregar armas a Ucrania. En junio era todavía el 56 por ciento. Su campo de actividad no se limita a las manifestaciones callejeras, sino que busca el contacto institucional. En redes sociales, constan fotografías en las que Oleg Eremenko aparece en abril 2021 junto a la presidenta regional de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Manuela Schwesig , socialdemócrata, durante un evento conmemorativo del final de la Segunda Guerra Mundial en Greifswald. Eremenko inauguró allí una placa conmemorativa a su abuelo, Nikolái Liashchenko, general de división del Ejército Rojo y Héroe de la Unión Soviética. En su discurso, Schwesig afirmó que «estamos agradecidos con Rusia por la liberación del nazismo y el momento de humanidad en Greifswald», en referencia a que el abuelo Lyashchenko negoció la rendición de la ciudad, evitando la batalla en las últimas semanas de la guerra. Alemania es el motor europeo y su reconciliación con Moscú quebraría la unidad europea a favor de Ucrania El portavoz de Schwesig, Andreas Timm, ha aclarado que «en la invitación al evento por parte de la ciudad de Greifswald no había constancia de la presencia de Emerenko» y que «más tarde fue únicamente presentado como nieto del comandante soviético». Sin embargo, cabe recordar que la estrecha colaboración mantenida entre el Gobierno regional de Schwesig y la compañía de gasoductos Nord Stream 2 AG, así como con el consorcio ruso Gazprom, han llevado al semanario ‘Der Spiegel’ a hablar de ella como la «títere del presidente Putin» y «ejecutora involuntaria de los intereses rusos». Su papel en la Fundación Klima- und Umweltschutz MV está siendo investigado por una comisión parlamentaria. Las consignas de la ministra federal del Interior también están siendo seriamente cuestionadas. En enero de 2021, cuatro semanas antes de la invasión rusa de Ucrania, la también socialdemócrata Nancy Faeser suspendió en la práctica la caza de espías rusos . La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas en alemán) transmitió a su personal la orden de dejar de perseguir ‘casos de cuatro gatos’ (‘keine Vierer-Fälle’) y centrarse en la persecución de la extrema derecha y el grupo conspirador Reichsburger . El semanario ‘Focus’ publicó esta orden interna en el marco de las informaciones relacionadas con la detención en diciembre de un agente alemán del Servicio Federal de Inteligencia (BND, por sus siglas en alemán) que estaba espiando para Rusia. Se trataba de Carsten L. , un espía de alto nivel en el corazón del servicio de Inteligencia exterior alemán que, dese una posición de liderazgo en el departamento de Reconocimiento Técnico y con acceso a la información de servicios de Inteligencia amigos, estaba proporcionando a Putin secretos de Estado occidentales. El palo y la zanahoria Hay mucho en juego. Alemania es el motor europeo y su reconciliación con Moscú quebraría la unidad europea a favor de Ucrania. Rusia se esfuerza por abrir una brecha en el apoyo a Kiev apelando a la hermandad ruso-alemana, pero también esgrimiendo el palo en combinación con la zanahoria. 1 Gestiona una popular cuenta de Telegram denominada ‘Club de Fans de Putin’, pero antes de que existiesen las redes sociales ya fue muy activo en la reivindicación de la emisión de la cadena de televisión RT en Alemania «para que los rusos dispongamos finalmente de información de primera mano, desde Rusia y en ruso». Ha participado activamente en los actos de la ‘Coalición anti censura’ en Suiza. En 2014 denunció en uno de esos actos la «violencia gubernamental en Ucrania, dirigida y financiada por parte de occidente y que se presenta como lucha antiterrorista cuando en realidad se trata de operaciones terroristas del Estado ucraniano». Se presenta como «experto en comportamientos de poder», iniciador de la petición ciudadana de una emisión de Rusia Today en alemán y como defensor del «fin de los informes unilaterales». Estas acusaciones a los medios alemanes son suscritas por reconocidos intelectuales como el filósofo Richard David Precht o el sociólogo y psicólogo social Harald Welzer. Wjatscheslaw Seewald 2 «Serví, eso es todo», resta importancia a su trabajo para el GRU, «ahora estoy en Alemania en un, digamos, estatus civil». Según una investigación de ‘Tagesspiegel’, su conexión con Alemania es dilatada. Nació en Berlín hace 45 años. Hoy es miembro de la asociación Desant de paracaidistas rusos y miembros de la unidad especial Spetsnas, los marines y las tropas fronterizas que ofrecen en Alemania formación en artes marciales a sus miembros. Además, tiene una empresa de construcción en Berlín a través de la que mantiene contactos con la sociedad civil y las autoridades. En agosto del año pasado, participó en un acto del Partido Comunista Alemán (DKP), en una mesa redonda sobre ‘Paz con Rusia’ junto al que fuera fiscal general de la RDA, Hans Bauer. Allí previno contra el regreso del fascismo y criticó que los niños sean criados «con odio» en Alemania, porque «en colegios y jardines de infancia se les enseña que Putin es un malvado y que los rusos son los peores». Oleg Eremenk 3 Exoficial de la Fuerza Aérea rusa que vive en Alemania desde 2012, oficialmente promoviendo el ruso y cultivando la cooperación cultural para «transmitir una imagen completa y actualizada de Rusia» como agente de Rossotrudnichestvo, sancionada por la UE por «promover e implementar acciones y políticas que socaven o amenacen la integridad territorial, la soberanía, la estabilidad y la independencia» de países. Según el perfil de la red rusa Vkontakte, estudió en la Academia Militar Zhukovsky y desde 2007 ha trabajado para empresas de seguridad privadas. En 2022 compró un apartamento en Moscú. El pasado otoño viajó al Donbass ocupado para distribuir suministros a civiles y combatientes. Según ‘The Insider’, el viaje fue organizado por el Frente Popular de Toda Rusia (ONF), fundado por Putin. El general musulmán de etnia chechena y fidelísimo de Putin, Ramzan Ajmatovich Kadírov, ha elogiado a la pareja como «embajadores de la buena voluntad» y situados «del lado de la verdad». Maxim Schlund El semanario ‘Der Spiegel’ ha desvelado que varias fuentes de Inteligencia occidentales, que sometieron a escuchas las comunicaciones rusas durante unas maniobras, interceptaron comunicaciones en las que se ensayaba un ataque nuclear contra Alemania. Los objetivos eran Berlín, la base militar de Ramsteim y el depósito americano de armamento nuclear en Büchel. No es descabellado pensar que los rusos supieran que los estaban escuchando. En los medios de comunicación moscovitas, la amenaza se propaga en términos muy explícitos. El confidente de Putin, Vladímir Soloviev, ha pedido abiertamente en su programa de televisión un ataque militar contra Alemania, al tiempo que cuestionaba la reunificación alemana tras la caída del Muro de Berlín. «Tenemos que decir que entendemos las declaraciones de Strack Zimmermann, de Baerbock y de todos los demás como una declaración oficial de guerra contra Rusia», afirmaba en referencia a la defensa del envío de armas a Kiev por parte de la diputada liberal, de la presidenta de la Comisión de Defensa del Bundestag y de la ministra verde de Exteriores. «Tenemos que atacar preventivamente contra los centros de toma de decisiones», añadía. «Y decir que no sabemos quién fue, que fueron los alemanes quienes se bombardearon a sí mismos», continuaba, « no reconozcamos la reunificación de Alemania , exijamos el retorno de nuestra esfera de influencia y reconozcamos la existencia de la RDA».

Fuente de TenemosNoticias.com: www.abc.es

Publicado el: 2023-01-09 22:56:02
En la sección: Internacional

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