Tras 60 años de haber ocurrido, el asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963, sigue siendo relevante para la sociedad actual. Incluso escritores y artistas lo han replicado para alimentar sus narrativas y crear conciencia sobre lo ocurrido.
Por ello, el asesinato de Kennedy, se ha convertido en un suceso icónico en la historia reciente de Estados Unidos. Sin embargo, aunque hayan pasado seis décadas desde entonces, siguen vigentes los rumores y las teorías sobre las causalidades del magnicidio.
De alguna forma, Kennedy no solo logró cambiar la historia de su país gracias a sus labores políticas, sino que su muerte también conmovió profundamente a los estadounidenses, provocando una serie de cambios en la seguridad norteamericana y las decisiones políticas de Estados Unidos.
John F. Kennedy fue el segundo de nueve hijos en una familia multimillonaria, católica y demócrata. De acuerdo con Britannica, su padre llegó a ser jefe de la Comisión de Bolsa y Valores y embajador de Estados Unidos en el Reino Unido. Por otra parte, su abuelo materno John F. Fitzgerald fue alcalde de Boston, Massachusetts.
Entonces, desde pequeño John F. Kennedy creció envuelto en un contexto lleno de personajes políticos importantes de Estados Unidos. Eventualmente, John sirvió a su país por primera vez en 1941 cuando se apuntó a la Marina, ahí fue enviado al Pacífico Sur y casi muere cuando un destructor japonés atacó su embarcación.
Antes de su campaña, John sostuvo una postura liberal pragmática durante tres mandatos en la Cámara de Representantes entre 1947 y 1953. Además, como senador, Kennedy consiguió mucha repercusión por el apoyo a políticas que, hasta ese entonces, no habían sido aprobadas. También abogó por mejores condiciones laborales, más viviendas públicas, precios más bajos y mejor seguridad social para los ancianos.
Kennedy dando un discurso en 1961. / Wikimedia Commons
«Kennedy no decepcionó a su familia; de hecho, nunca perdió una elección. Su primera oportunidad llegó en 1946, cuando se postuló para el Congreso. Aunque aún estaba físicamente débil debido a sus heridas de guerra, hizo campaña de manera agresiva», menciona su biografía en Britannica.
La presidencia de Kennedy, condicionada por su asesinato
Tiempo después de haber incursionado en la vida política, Kennedy apostó por convertirse en el siguiente presidente de Estados Unidos, sucediendo a Eisenhower. En 1960, cuando ya era reconocido como un joven interesando en cambiar el rumbo de su país, empezó su campaña presidencial con el partido demócrata.
En ella, uno de los principales argumentos en su contra era su devoción católica. Sin embargo, en su discurso sostuvo que la religión y el estado deberían funcionar por separado. Su carisma y políticas económicas elitistas, lo volvieron un candidato muy popular. Además, propuso un recorte de impuestos y una amplia medida de derechos civiles, pero no fueron aprobados hasta después de su muerte.
«Kennedy ganó las elecciones generales, derrotando estrechamente al candidato republicano, el vicepresidente Richard M. Nixon, por un margen de menos de 120,000 votos de los aproximadamente 70,000,000 votos emitidos», menciona Britannica.
Finalmente, un disparo en la cabeza acabó con la vida de Kennedy durante un desfile en Dallas. Lee Harvey Oswald, a quien dos días después asesinaron en una comisaría, fue acusado de haber cometido el crimen y aunque aún no estén del todo claro los detalles, se presume que actuó individualmente.
John F. Kennedy antes de su asesinato. / Wikimedia Commons
Este texto fue escrito por Iñaki Arriola, periodista mexicano interesado en la cultura urbana, el arte y su convivencia con la naturaleza. Colabora como redactor en National Geographic en Español.
