Niñas y adolescentes venezolanas se enfrentan al machismo, el cuidado del hogar y la violencia

Según el informe «Somos Noticia: Capítulo Violencia» de Cecodap entre diciembre de 2022 y septiembre de 2023 se registraron r¿13 feminicidios

A lo mejor les toca hacer de todo: cocinar, cuidar a los hermanos más pequeños. Y vivir de todo: estudiar entre tobos de agua y ollas en la cocina, soportar a un padrastro que las toca. Sueñan con ser Shakira pero su realidad es de bolero. Niñas y adolescentes venezolanas experimentan las consecuencias del machismo, el patriarcado, el abuso sexual, los problemas económicos.

La migración masiva de venezolanas y venezolanos ha obligado a niñas a asumir labores «que se le podrían adjudicar a un adulto», refiere María Victoria Coutsogiannis, psicóloga del servicio de atención psicológica de Cecodap.

Este 11 de octubre se celebra el Día Internacional de la Niña. Los datos de Naciones Unidas revelan que, en todo el mundo, «las niñas de entre 5 y 14 años dedican 160 millones de horas diarias más al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los niños de la misma edad». Otros datos indican que casi 1 de cada 5 niñas «no termina el primer ciclo de secundaria y casi 4 de cada 10 niñas no terminan el segundo ciclo de secundaria en la actualidad».

Lo que hemos encontrado sobre las niñas y adolescentes en el país es alarmante, expone Abel Saraiba, coordinador adjunto de Cecodap, quien indica que hay «un conjunto de coyunturas que les ponen la cancha cuesta arriba a las adolescentes». No es que alguien se deprime por sus hormonas, sino que las condiciones del entorno alteran su estado de ánimo.

De toda la población evaluada en el servicio de atención psicológica de Cecodap son justamente las adolescentes las que más les preocupan, porque lideran «la incidencia en alteraciones del estado de ánimo y en ideación suicida». En el grupo de adolescentes recibidos por alteraciones del estado de ánimo 45% de las adolescentes ha pesado quitarse la vida. «Tenemos una cultura machista, un sistema patriarcal, condiciones cotidianas de violencia basada en género» y parentalización: «A las adolescentes se les asigna el cuidado de hermanos menores, la realización de labores en el hogar que no se exigen a los varones».

La pandemia afectó mucho su día a día «en cuanto a qué se espera de ellas, el regreso a la sociedad después de haber estado metidas en sus casas», analiza Coutsogiannis. El encierro les dificultó aprender nociones básicas como «saber manejarse corporalmente, la lectura de la otra persona, cómo me mido en un ambiente social, qué hago fuera de casa»; y cuando se les exigió regresar a la sociedad «hubo muchas fallas, motivos de consulta como ‘mi hija no quiere saludar, mi hija no quiere salir’, y se nos olvida que se les enseñó a niñas y adolescentes que salir estaba mal, que hablar con otro estaba mal, que uno tiene que resguardarse y ensimismarse».

El abuso sexual no ha cesado. «Siguen siendo personas del entorno cercano», como padres, abuelos, padrastros, «quienes ejercen en buena medida la violencia sexual», detalla Saraiba. La incidencia de personas extrañas es casi nula.

La violencia forma parte de sus vidas. Según el informe «Somos Noticia: Capítulo Violencia» de Cecodap entre diciembre de 2022 y septiembre de 2023 se registraron 14 suicidios y 13 feminicidios.

Estos números deben cambiar. Como lo afirma la Unesco a propósito del Día Internacional de la Niña, «si se las apoya y educa eficazmente, las niñas tienen el potencial de cambiar el mundo: como niñas empoderadas de hoy y como trabajadoras, empresarias, mentoras, cabezas de familia, líderes políticas y madres de mañana».