Entre primarias y egos te veas, por Froilán Barrios Nieves*

A pesar de los cuestionamientos y señalamientos a diferentes candidatos de las primarias, destaca su actitud de unirse en un espacio unitario para definir un solo representante opositor frente a la dictadura

@froilanbarriosf

Finalmente, 13 candidatos aspirantes a la presidencia por el sector opositor en nuestro país se inscribieron ante la Comisión Nacional de Primaria. Es una representación mayoritaria de las fuerzas políticas sobrevivientes frente a la tiranía, que ha degradado a los venezolanos al inframundo de la condición humana.

A pesar de los cuestionamientos y señalamientos a diferentes candidatos, destaca su actitud de unirse en un espacio unitario para definir un solo representante opositor frente a la dictadura. Esto contrasta con aquellos que huyen por la derecha al postular candidaturas propias, lo que debilita aun más la opción ansiada por la población para desalojar al tirano.

Ahora bien, no es la primera vez que se elige esta modalidad para definir candidatos. Algo tradicional y legal en varios países, pero que en Venezuela se ha convertido en una tragedia. En países como Argentina, Uruguay y Chile, mediante ley, se establece la obligatoriedad de realizar primarias para escoger las candidaturas de las agrupaciones políticas.

Desde 2006 en Venezuela, se ha propuesto escoger al candidato opositor mediante consulta al electorado y luego por consenso. En 2012 se realizaron primarias presidenciales de extraordinario aprendizaje. Y ahora, en 2023, en todas las experiencias anteriores ha estado presente la posición intervencionista del régimen, que no ha escatimado esfuerzos ni triquiñuelas para emboscar y debilitar la opción opositora.

Con toda esta experiencia anterior, es necesario desechar la maleza y concentrarse en la elección del candidato. Por tanto, resaltar críticas en torno a los egos de cada candidato es ignorar la naturaleza del político, cuyo oficio consiste en resaltar sus cualidades frente al resto, debiendo ser cuidadoso para evitar el culto a la personalidad por el daño infringido a la humanidad, como hemos visto en ejemplos a lo largo de la historia. Desde Stalin hasta Franco, desde Fidel hasta el Che Guevara, desde Chávez hasta Maduro, siendo para este último un lastre por su mala facha.

Un programa mínimo, por favor

Un campo minado a evitar es abordar temas constitucionales ante una tiranía que ha violentado los 350 artículos de la carta magna, colocándola en una posición «cómoda» para «defender» sus preceptos. Por ejemplo, es una quimera abordar el tema de la privatización de PDVSA ante una dictadura que ha sido la gestión más privatizadora de la historia, que entregó a la mayoría de las empresas mixtas la propiedad accionaria de aproximadamente el 50 %. Con ello viola la CRBV y la Ley Orgánica de Hidrocarburos.

Otro ejemplo es el tema laboral, al proponer modificar la inamovilidad o la estabilidad laboral, ante una gestión que ha lanzado al cesto de la basura los 11 artículos constitucionales del 86 al 97, cuya violación permanente es el origen de la conflictividad laboral más aguda de nuestra historia y el permanente seguimiento de la OIT al desconocimiento de los convenios laborales internacionales por parte del Estado venezolano durante el siglo XXI.

Por tanto, oportuno diseñar un programa mínimo a ser adoptado por el candidato ganador, que refleje las grandes tareas nacionales, como la recuperación de la condición digna de vida, el trabajo decente, la autonomía de los poderes públicos, la liberación de los presos políticos, la libertad de expresión, la reapertura de los medios de comunicación, el respeto a la autonomía universitaria y el diálogo social.

Es el momento de jugadas bien pensadas, sin vender los principios, para conquistar al elector y disipar los temores. En política, los errores se pagan caros, como hemos visto en las recientes elecciones españolas, donde el Partido Popular de Feijoo se alió con VOX, quien se peleó con los migrantes, contra el aborto y contra las minorías de género, convirtiéndose en la grieta que horadó la fórmula opositora.

La tiranía madurista está desesperada y entre sus energúmenos destaca la propuesta de la diputada del PPT, tildada justamente como «fascista y aberrante», al pretender revocar la nacionalidad a opositores por estar de acuerdo con las sanciones, siguiendo el guion de Daniel Ortega en Nicaragua.

Demás está decir que la responsabilidad es de todos. La meta debe ser no perder el último tren al que se aferran millones de venezolanos, sedientos del fin de la dictadura, quienes no entenderían cómo ese liderazgo participante en estas primarias desperdicia, por rencillas rastreras, una vez más la gran oportunidad de desalojarlos del poder.

*Movimiento Laborista.

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