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Armamos el frente opositor más poderoso

Armamos el frente opositor más poderoso

El diputado y candidato presidencial respaldado por la Acción Democrática judicializada asegura que su objetivo es conseguir “un gran clima de entendimiento” que le permita hablar a opositores y chavistas por igual y avanzar hacía la recuperación social, política y económica de Venezuela. 

Caracas. Con la bandera del diálogo y la conciliación enarbolada, el adeco Luis Eduardo Martínez, respaldado por la Acción Democrática judicializada, se propone eliminar del imaginario colectivo la etiqueta de traidor que algunos le impusieron y, en cambio, convertirse en el presidente de los venezolanos al lograr la construcción del “frente opositor más poderoso”.  

En entrevista con Crónica Uno, el candidato presidencial aseguró que él y sus aliados trabajan en armar “lo que va a ser el frente opositor más poderoso, porque va a agrupar a casi todas las variaciones políticas partidistas”.

La promesa de Martínez, diputado de la Asamblea Nacional (AN) elegida en 2020, de mayoría oficialista, es conseguir “un gran clima de entendimiento”. Que permita hablarle a opositores y chavistas por igual y avanzar hacía la recuperación social, política y económica que, consideró, urge en Venezuela. 

Por ello se dice deslastrado de cualquier atadura que le impida sentarse con todos los bandos por igual y exponer sus ideas. Incluso si para esto tenga que hacer alianzas con los partidos que conforman la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y que lo tildan de “alacrán”. 

Define su candidatura como la del diálogo y la conciliación. Fotografía: Tairy Gamboa
Conciliación

¿De dónde surgen sus aspiraciones presidenciales?

Hace 10 años, cuando estaba dedicado al quehacer universitario, una estudiante de la universidad que dirijo fue asesinada en una calle de Valencia cuando protestaba por democracia: Génesis Cristina Carmona Tovar. Días después, un amigo de mis hijos que visitaba la casa también fue asesinado.

Yo entendí que no podía quedarme en mi casa mientras los muchachos arriesgaban la vida. Eso marcó una pauta en esta decisión de apartarme buena parte de mi tiempo de la gestión universitaria para trabajar en la cuestión política, en el cambio en el país.

—¿Cuáles cree que son las capacidades o aptitudes que le servirán para ser el presidente de la República que necesita Venezuela en este momento?

Tengo una vasta experiencia en el sector público y privado: fui gobernador, diputado, concejal. Adicionalmente, está mi capacidad de conciliar, de consensuar, de garantizar que en la Venezuela que viene nadie va a ser perseguido y habrá un gran clima de entendimiento, que es fundamental en el país en los próximos años.

Rescatar servicios

—¿Cuáles serían las áreas en las que pondría mayor énfasis y en las que más trabajaría en su eventual gobierno?

Como concepto, en la recuperación económica con inclusión social. Estoy convencido de que podemos conducir el país a lo que hemos denominado un milagro económico con tasas de crecimiento del PIB promedio de 10 % interanual en los próximos seis años.

Para soporte de ese crecimiento es indispensable una mejora inmediata de sueldos, salarios, jubilaciones y pensiones, la recuperación de la actividad petrolera y minera, la aprobación al máximo del sector agropecuario, la puesta en marcha de un programa de capacitación y formación de altísima calidad. Hay que darle prioridad a la educación, también a los sistemas de salud, rescatar los servicios públicos, especialmente el servicio eléctrico que es clave si queremos que Venezuela se desarrolle.

Luis Eduardo Martínez
Insiste en que no le afectan los comentarios de quienes lo tildan de alacrán. Fotografía: Tairy Gamboa

Y para poner en marcha eso, ¿cómo planea conquistar primero a los seguidores del chavismo y en segundo lugar a las personas que siguen a la oposición de la que usted se deslindó?

—En el primer caso, garantizándoles el mayor respeto, la mayor seguridad, la mayor consideración, pero demostrándoles que un gobierno de nosotros será infinitamente mejor que el de Nicolás Maduro. Tendrán la calidad de vida que hoy no tienen.

Y en el caso del resto de la oposición venezolana, a quienes también les tengo un gran aprecio, mostrando que el camino correcto es que marchemos juntos, pero privilegiando la paz y los entendimientos. Que no es la vida de los enfrentamientos, la que nos va a conducir a un país diferente.

Alacrán no

—A usted y a los diputados opositores que están en la Asamblea Nacional de 2020 los califican de “alacranes”, de traidores. ¿Usted cree que eso puede o ha permeado de alguna manera su candidatura?, ¿cómo ha manejado este asunto?

—En algún momento se hará pública una encuesta de una prestigiosa consultora americana. El candidato que tiene el menor rechazo de todo los que hasta ahora se han presentado soy yo, eso dice mucho de que estas campañas no han permeado en mi caso. 

Además, crece todavía más la intención de votar. Hace unas dos semanas la intención de votar estaba en un 75 %, en este estudio el 79,7 % dice que va a votar y eso es muy bueno. Rompe con la cultura abstencionista que se había instaurado en Venezuela en los últimos años, producto de unas campañas que se montaron y que también fueron un gravísimo error.

—¿Cuál es su mensaje o su respuesta a las personas que podrían ser sus posibles votantes y creen o han escuchado que lo tildan de traidor?

Lo que señalan es producto de nuestra defensa del voto, nuestra defensa de que la única vía era electoral. Las acusaciones son producto de que rechazamos las sanciones económicas extranjeras, las invasiones, pero que todo el mundo se da cuenta y cuesta mucho decir, teníamos la razón. 

Mucha gente hoy se da cuenta de que la única vía es electoral, es decir, ante lo que nos acusaban, hoy todos coinciden en que hay que votar y por eso hay tantos candidatos y por eso hay tanta fuerza.

Sí, a nosotros nos etiquetaron negativamente porque queríamos que se votara y se saliera de esta situación en paz, sin conflicto y hoy la gran mayoría de los venezolanos coinciden en eso.

El 75 % rechaza las sanciones extranjera, el 80 %  el lenguaje ofensivo y el 82 %  las peleas entre los distintos opositores. Eso muestra que los equivocados eran otros y ojalá que, viendo este tipo de estudios de opinión, recapaciten y encontremos un camino en el que podamos marchar juntos por Venezuela.

Luis Eduardo Martínez
El diputado condena las inhabilitaciones y los ataques contra la dirigencia opositora. Fotografía: Tairy Gamboa
Gran alianza

—¿Cómo califica su actuación como diputado en la Asamblea Nacional, considerando que hay quienes lo han cuestionado por haber favorecido al Gobierno facilitando algunas decisiones?

Yo soy vicepresidente de la Comisión de Diálogo, Paz y Reconciliación, el primer vicepresidente elegido por unanimidad, a pesar de que somos muy pocos los opositores en la AN, pero además es mi naturaleza.

Yo estoy en la Asamblea no para oponerme per se, estoy en la Asamblea para trabajar por el pueblo que me eligió y por las mejores causas de Venezuela.

Hay leyes que hemos rechazado. Por ejemplo, yo rechazo rotundamente la Ley contra el Fascismo. Hay un conjunto de leyes que hemos rechazado, todas las leyes del Estado comunal. Las rechazamos porque creemos que el Estado venezolano tiene que ser moderno, descentralizado, de vanguardia.

Hay leyes que hemos aprobado, por ejemplo, las leyes tendientes a garantizar el respeto a los derechos de los niños, de las mujeres, por la igualdad de género. Hay leyes que obligatoriamente se tienen que aprobar como el presupuesto de la nación, de lo lo contrario, entonces entraríamos en una fase de parálisis que no interesa a nadie.

Cero conflicto

—¿Cómo evalúa las alianzas y movimientos en torno a las candidaturas de las últimas semanas y cuáles son las próximas adhesiones que se esperan?

—En mi candidatura coincide todo el espectro político de Venezuela. En el extremo izquierdo está Bandera Roja,  en el otro extremo o en la derecha está el partido Derecha Democrática Popular y en el centro izquierda está Acción Democrática.

Digo con esto que hemos sido capaces de armar una gran alianza con todo el espectro político. Esto es posible, fundamentalmente,  por nuestra naturaleza, por nuestra manera de ser, de conciliar, de no conflictuar.

Así seguimos armando lo que va a ser el frente opositor más poderoso. Va a agrupar a casi todas las variaciones políticas partidistas. Y es demostración de cuánto nos esforzamos para hablarle a todos los sectores políticos partidistas del país.

—Usted manifiesta tener apertura a conversar, pero ¿ha notado apertura del lado de la oposición que le adversa?

Eso es lo más importante, si tuviéramos objetivos distintos entonces sería mucho más difícil, pero si todos estamos de acuerdo en que hay que salir de este Gobierno, que tiene que salir esta pesadilla, todo se facilita.

Nos conocemos, no desde ahora, desde hace muchos años. Es es un país pequeño y en buena medida los dirigentes políticos opositores hemos sido y somos buenos amigos.

Respeto y diferencias

—¿Cómo están sus relaciones con María Corina Machado?

—María Corina, mujer valiente, además lo he dicho una y otra vez, yo he amanecido conversando solo con dos mujeres en mi vida. Una es mi esposa y la otra es María Corina cuando iba de viaje a Maturín. María Corina estuvo en mi casa varias veces, la atendimos con mucho gusto.

Debo decir que hay una relación de respeto y de aprecio. Esperemos que, a pesar de que tenemos visiones distintas en algunos puntos, coincidamos en ese objetivo superior de salir del Gobierno.

Eso no quiere decir que coincidimos en todo. La parte petrolera la hemos discutido muchísimo cordialmente, pues no creo en la privatización de la industria. O en cómo afronta el enfrentamiento con el Gobierno diferimos también. Cuando ella creía que no había que votar, yo creía que había que hacerlo. Ahora, menos mal, que todos coincidimos en que hay que votar, ahora esa es la gran coincidencia de todos.

Asegura estar abierto a conversar con la dirigencia de la Plataforma Unitaria Democrática. Fotografía: Tairy Gamboa
Entenderse con el oficialismo

—¿Cómo cree que sería la relación de un eventual gobierno suyo con el chavismo como oposición?

—De muchísimo respeto, de muchísima comprensión y de muchísimo entendimiento. En Venezuela no es posible, por lo menos en una primera etapa, gobernar sin un entendimiento con la fuerza hoy oficialista.

El presidente de la República se encontrará con una Asamblea Nacional con 257 diputados oficialistas, mañana opositores. Y van a quedarse por lo menos un año en ejercicio. Con un Poder Judicial con una composición que todos conocemos y que va a tener por lo menos ocho años de vigencia. Un Poder Ciudadano que probablemente se elija dentro de unos días y que va a tener entonces ocho años más de vigencia. Y con un Poder Electoral que tiene por lo menos seis años más de vigencia. Además, un Alto Mando Militar y una oficialidad formada bajo una visión que va a tener muchos años por delante.

Aquí no es posible gobernar si no hay un proceso de entendimiento y de respeto con las fuerzas hoy oficiales.

—¿Cuál es el mensaje que usted quisiera que la ciudadanía preservara de usted, sobre todo la gente que lo adversa?

—Que tenemos que hacer un gran esfuerzo para dejar atrás odios y disponernos a construir un país juntos, es la única manera de hacerlo posible.

Venezuela se ha marcado por dos siglos de peleas, de confrontaciones, de enfrentamientos y mira dónde estamos, mientras otros países tienen hoy una situación privilegiada.

Venezuela es un país rico, pero con un pueblo pobre muy pobre, cada día más pobre como resultado de las peleas. Tenemos que dejar de pelear y ponernos a trabajar.

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Fuente de TenemosNoticias.com: cronica.uno

Publicado el: 2024-05-05 10:20:00
En la sección: Política

Publicado en Política

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