Elon Musk reveló cómo se decidirá la próxima gran batalla entre potencias

Mientras el mundo observa el auge imparable de la Inteligencia Artificial, Elon Musk vuelve a encender el debate global con una declaración que no deja a nadie indiferente. El empresario anticipa un nuevo tipo de enfrentamiento mundial, muy distinto a lo que imaginamos. No se trata de bombas ni ejércitos, sino de algo mucho más silencioso… y peligroso.

El poder detrás de la próxima guerra no será militar

La Inteligencia Artificial se ha convertido en el eje central de la competencia global entre potencias. Elon Musk, una de las figuras más influyentes en tecnología, explicó recientemente que el futuro de los conflictos internacionales no dependerá de las armas, sino de quién domine la producción de chips de IA.

Durante una entrevista con el senador estadounidense Ted Cruz, el empresario —actual aliado cercano de Donald Trump— abordó cómo la tecnología está redefiniendo el equilibrio de poder mundial. Musk fue tajante al afirmar que Estados Unidos tiene la oportunidad de liderar si controla esta industria clave. Pero si China toma la delantera, el panorama podría cambiar drásticamente.

Según Musk, las tensiones no solo se librarán en los laboratorios o centros de datos, sino también en las cadenas de suministro. Hoy, la mayoría de los chips avanzados se fabrican en Taiwán, y una eventual invasión china podría aislar al resto del planeta del acceso a estos componentes esenciales.

¿Y si las máquinas toman el control? Musk pone fecha a un posible apocalipsis

Pero su análisis no terminó ahí. En un tono más sombrío, Elon Musk también se refirió a los riesgos existenciales que plantea la Inteligencia Artificial. Al ser consultado por Cruz sobre la posibilidad de que una IA hostil se convierta en una amenaza para la humanidad —como en la saga Terminator—, el magnate sorprendió con su sinceridad.

Aseguró que existe “un 10%, tal vez un 20%” de posibilidades de que una IA fuera de control represente un peligro real en los próximos diez años. Sin embargo, intentó equilibrar su mensaje agregando que también hay “un 80% o 90% de probabilidad de que las cosas salgan bien”.

Musk sugiere que el futuro dependerá de cómo se administre esta tecnología, y de qué nación tenga el poder de hacerlo. Lejos de discursos apocalípticos, invita a mirar el vaso medio lleno, aunque sin perder de vista lo que está en juego.