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Fiscalía se escribe con P

RICARDO SARASTY

Recordando estos últimos gobiernos en ninguno como el actual se insiste tanto desde los centros de poder económico, político y religioso, en salvaguardar la democracia manteniendo la separación de poderes.

Suena redundante pero así se habla ya para solicitar o para exigir y lo único que se advierte al escuchar este clamor es que aquellos que ponen de manifiesta su preocupación por una posible intromisión de los funcionarios de una de las ramas del gobierno en las tareas de las otras ramas parecen padecer de un mal que les impide ver de cerca, sobre los propios terrenos desde donde lanzan sus alertas.

De no ser así el propio fiscal ya hubiese tenido que abstenerse de participar en foros y debates dejando colgado en la casa el traje de candidato a la presidencia para hablar en el lenguaje propio de los que investigan, porque el fiscal no es juez, aunque en ese rol también parece actuar en el escenario que no le corresponde, pero lo hace llevado por su afán de descalificar lo hecho en la rama del ejecutivo, utilizando las herramientas de la fiscalía para ello, sin que le importe mucho viciar las pruebas, sesgar las declaraciones obtenidas en los interrogatorios y. lo más peligroso `para la democracia que tanto dice defender, convertir los interrogatorios en argumento de sus discursos políticos.

Esta practicas poco o en nada honestas de un fiscal convertido por los medios informáticos adversarios del gobierno en superfiscal, no solo son un claro atentado en contra de la democracia al buscar convertir su cargo en centro gravitacional del Estado, si no que también ponen en entre dicho la dignidad del aparato judicial, pues bien se ve que también obra para el servicio de los que lo aúpan desde las otras ramas del legislativo y los llamados gremios, atentos a que el largo brazo de la justicia se quede corto cuando se dirija hacia ellos y bien corto.

Así las cosas no se puede escribir fiscal con letra f del castellano sino con la p, pero no porque se acuda a la ph latina, sino porque su trabajo, desde cuando el presidente Petro llego a la casa de Nariño, es el de perseguirlo, presionando a que se hurgue en todo cuanto le rodea, plantear falsos dilemas ante cualquier actuación del presidente y buscar posesionarse  como jefe de la oposición como un politiquero más.

Todo alentado por unos congresistas ubicados en el lado opuesto al gobierno que se olvidaron de sus funciones legislativas para entrar de manera agresiva a descalificar al poder ejecutivo con el solo propósito de obstaculizar cualquier accionar en el que ellos y sus representados ven en peligro sus intereses de clase e individuales.

Decir que no se han percatado del riesgo en el que han puesto la democracia, a la vez que hablan de defenderla, sería no mostrarlos en su cinismo.

Bien saben que es lo que quieren, son tan consientes de lo peligroso de sus triquiñuelas   como lo fueron sus abuelos en el siglo pasado cuando incendiaron el país defendiendo sus feudos, feudos que ahora sus nietos buscan recuperar y por los que se creen herederos monárquicos.

Si el fiscal anterior se caracterizó por su descarada arbitrariedad y salió sin poder demostrar cuando de limpio hubo en sus investigaciones, al actual se le puede señalar de haber convertido el ente acusador en un medio para sus fines. Prepotente, protervo, parcial y politiquero, son palabras que se escriben con la p de presidenciable, que es como se ve ahora y de seguro llevado en andas por ese grupo de personas que ven con beneplácito sus desafíos al presidente, aunque la soberbia no le permite percatarse de lo efímero del poder y que sin despacho será otro más. @Risar0   

Fuente de TenemosNoticias.com: www.diariodelsur.com.co

Publicado el: 2023-08-19 13:56:15
En la sección: Diario del Sur

Publicado en Ciencia