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Proba-3 se divide en dos satélites en el espacio

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Desde que las dos naves de la misión Proba-3 fueron lanzadas juntas al espacio el 5 de diciembre de 2024, han permanecido unidas. Eso ha cambiado el 14 de enero de 2025 (o 15 de enero dependiendo de la zona horaria).

 

Siguiendo el plan previsto, estas naves de la Agencia Espacial Europea (ESA) se separaron con éxito mientras volaban a 60.000 kilómetros de la Tierra y con una velocidad de 1 kilómetro por segundo. Realizar este tipo de separación entre naves en el espacio, en comparación con la separación entre nave y lanzador, es muy inusual.

 

La separación las ha dejado preparadas para iniciar sus maniobras, mediante las cuales coordinarán sus posiciones para que una provoque eclipses artificiales en la otra.

 

En sus posiciones idóneas, la nave Occulter (Ocultador) de Proba-3 volará a unos 150 metros de distancia de la segunda nave, Coronagraph (Coronógrafo). La pareja se alineará con el Sol con tanta precisión que el ocultador proyectará una sombra sobre la cara del coronógrafo, ocultando el disco del Sol para que la corona solar sea visible. Las dos naves actuarán como si fueran un enorme instrumento de 150 metros de largo.

 

Los eclipses de sol ofrecen una breve pero muy reveladora visión de la fantasmagórica corona solar que rodea al Sol, la cual normalmente no se puede observar debido al brillo del disco solar. Gracias a los eclipses artificiales de la nave Occulter sobre la Coronagraph, se podrá estudiar la corona solar de manera más continuada. Estos eclipses podrán ser largos y frecuentes, hasta seis horas seguidas por cada órbita de 19 horas y 36 minutos.

 

Recreación artística de las dos naves de Proba-3 volando separadas por unos 150 metros. (Imagen: ESA / P. Carril)

 

Los eclipses solares se producen debido a una notable coincidencia cósmica: el Sol es unas 400 veces más grande que la Luna de la Tierra, pero también está unas 400 veces más lejos. Esto significa que cuando los dos cuerpos están exactamente alineados en el espacio, la Luna cubre la cara ardiente del Sol, revelando la corona solar, que se extiende a millones de kilómetros de nuestra estrella.

 

Esta región de nuestro sistema solar que tan poco ha sido observada es de interés tanto científico como práctico: la corona, sometida a una temperatura que es un millón de grados más alta que la reinante en la superficie del Sol, da lugar al viento solar y a otros fenómenos, incluyendo violentas eyecciones conocidas como “eyecciones de masa coronal” que influyen mucho en la meteorología espacial, generando las tormentas solares, las cuales pueden afectar tanto a los satélites en órbita como a las redes de suministro eléctrico y de comunicaciones terrestres.

 

Para observar la corona, los telescopios con coronógrafo, en tierra y en órbita, pueden incorporar “discos de ocultación”, escudos cuidadosamente diseñados para cubrir el Sol dentro de su campo de visión, imitando un eclipse solar. Pero su eficacia se ve limitada por un fenómeno llamado “difracción”, en el que la luz dispersa se filtra por los bordes de los coronógrafos. La forma de minimizar este efecto es alejar mucho el disco de ocultación del coronógrafo de observación, pero los límites prácticos en el tamaño de las naves hacían que esa solución fuera poco viable.

 

Hasta ahora… Cuando ambas naves vuelen en la formación idónea, y con una exactitud milimétrica, el instrumento principal ASPIICS (Association of Spacecraft for Polarimetric and Imaging Investigation of the Corona of the Sun) de Proba-3 recolectará datos de esa región esquiva alrededor del Sol, ubicada a una distancia de este equivalente a entre 1,1 y 3 radios solares.

 

Esta precisión se obtendrá combinando un conjunto de tecnologías de posicionamiento cada vez más precisas: navegación por satélite; enlaces por radio entre satélites, cámaras de luz visible centradas en LEDs y, por último, un rayo láser reflejado entre las naves espaciales.

 

Si todo va bien, la pareja Proba-3 comenzará su labor científica de manera plenamente operativa en marzo.

 

Diversas empresas de 14 naciones que son miembros de la ESA, incluyendo Canadá, han contribuido a la misión, dirigida para la ESA por la empresa española Sener. (Fuente: ESA / NCYT de Amazings)

 

 

Fuente de TenemosNoticias.com: noticiasdelaciencia.com

Publicado el: 2025-01-17 05:45:00
En la sección: Ciencia Amazings® / NCYT®

Publicado en Ciencia

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