«Estamos viviendo un estado prcticamente de guerra, en contra del terrorismo. Es el momento de combatirles». Corte de pelo marcial y esttica de combate, pero con estilo. Daniel Noboa (36 aos), el presidente ms joven de las Amricas, combina desde el lunes pasado sus trajes modernos de hombre de Estado con cazadoras negras y formas recias que acompaan su discurso de mano dura, nada complaciente.
Por algo ha declarado la guerra interna al narcotrfico y al crimen organizado, esos «terroristas» que parecen ocultarse en todos los lados y que con sus nombres estrambticos aterrorizan a sus gentes.
Una guerra que no se parece en nada a la que finaliz hace 29 aos contra Per, pero que reclama un liderazgo an ms fuerte. A Noboa se le ha acabado eso de correr por la playa a pecho descubierto, como si fuera Vladimir Putin, para adoptar un tono muy Volodmir Zelenski, cmico y estrella televisiva reconvertido en el lder de hierro que enfrenta la invasin de la superpotencia rusa.
Algunos creen que este poltico, que se define como «socialdemcrata moderado», se quiere convertir en el Bukele del Cono Sur. Se equivocan, pese a las semejanzas existentes en la apuesta por las megacrceles ya construidas en Centroamrica y en Mxico.
Noboa quiere imponer su propio estilo, alejado de los tonos autocrticos del salvadoreo, incluso burlndose de los bukelelovers (trmino usado por el presidente), pero sabedor de que las sociedades latinoamericanas estn hartas de la violencia y la impunidad. Por lo tanto, en las Antpodas del Lasso 2.0 (como le llaman sus enemigos, versin moderna del anterior presidente), a quien se le acus de ser contemplativo en la lucha contra el narcotrfico.
Palabras y acciones que van en el mismo camino, de hecho el hijo del principal magnate bananero del pas ya ha anunciado que no acudir este fin de semana a la toma de posesin de Bernardo Arvalo en Guatemala ni la semana que viene viajar a Europa para participar, tal y como haba previsto, en el Foro de Davos.
Duro y encarador, como esos boxeadores que en el ring no dan un paso atrs a sabiendas de que para dar un gancho final debe recibir antes unos cuantos golpes. Por algo Noboa es ntimo amigo, incluso le apoyo de forma abierta en campaa, del campen local de artes marciales mixtas, Marlon Chito Vera, tan contundente a la hora de animar a su «hermano» como con los puos: «Tiene que ser una fumigacin inmediata. Solo as los buenos tendrn paz maana!», dispar en sus redes al proclamarse el estado de excepcin.
Ya en su da, el propio presidente reconoci que era hombre de pocas palabras, pero que estas eran «cortas y espesas». Como los puetazos. Y desde que enfrent el desafo contra el Estado, tambin son muy punzantes.
«Ahora no quieren salir»
«Tienen rehenes en las crceles, pero los secuestradores hablan de derechos humanos. Estamos locos? Asustados? Yo les digo a esos lderes (capos), salgan a las calles, les doy un indulto. Enfrenten a los militares, pero ahora no quieren salir. Eso no haba pasado nunca, estn acostumbrados a aterrorizar al gobierno, a la ciudadana. Ahora ese miedo tiene que estar en ellos«, encar el presidente a los lderes narcos, tras convertirse en la diana de todos los mensajes mafiosos.
Cuando el lder de la Alianza Democrtica Nacional (ADN) tom el mando del pas a finales de noviembre saba a lo que se enfrentaba. Los Choneros, Los Lobos, Los Lagartos, Chone Killers, el Cuartel de las Feas, los Caballeros Oscuros y el resto de bandas gozaban de impunidad y negociaban con los carteles mexicanos mientras se mataban entre ellos y a todos los que se les cruzaban en su camino. Entre ellos Fernando Villavicencio, el periodista anticorrupcin que como candidato presidencial haba prometido dar la misma batalla que ahora encara Noboa.
«Ceder ante el mal, jams! Luchar incansablemente, siempre!», profiri el primer mandatario para levantar el nimo de sus tropas y de sus gentes. Segn el propio gobierno, el 95% de la poblacin apoya el estado de excepcin, algo que se siente a diario en las calles del pas. O se senta, porque el ltimo proyecto de ley que de forma urgente ha presentado el gobierno contempla la subida del IVA del 12% al 15%. El objetivo es financiar la guerra, pero la medida es claramente impopular.
Noboa pretende de esta forma conseguir mil millones de dlares durante este ao, porque sabe que es ahora, en 2024, cuando se juega todas sus posibilidades para ser reelegido el ao que viene. En esta legislatura exprs, llena de retos, ha movido ficha para que los ecuatorianos voten a finales de abril en referndum y consulta popular varios cambios en la Constitucin, incluido la extradicin de los capos del narco.
Para llevar adelante su plan, Noboa debe mantener el apoyo poltico conseguido hasta el momento, casi unnime en el Parlamento, que slo hace unos meses quera destituir por la va de juicio poltico a su antecesor. De momento, la revolucin ciudadana de Rafael Correa ya se ha desmarcado, al igual que los socialcristianos, lo que convierte este trmite legislativo en el ms complicado de su presidencia.
«Un decreto de guerra siempre va a unir a un pas. Pero ms all de lo simblico, Noboa no ha conducido la unidad hacia lo tangible, lo que ha provocado que en la primera decisin incmoda (la subida del IVA) no tenga apoyo incondicional como s tuvieron en episodios anteriores. O no hay un plan estratgico claro o este no se ha contado», destaca el analista Matas Abad para EL MUNDO.
El mandatario tambin ha repartido golpes entre sus enemigos polticos, algunos injustificados. Tampoco ha gustado en la prensa cmo fustig a TeleAmazonas, incluso con una peticin de investigacin, por transmitir en directo lo que ocurra el martes durante la toma armada y violenta del canal TC Televisin por un grupo de kamikazes de la banda de Los Tiguerones. En definitiva, por hacer su trabajo.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2024-01-12 14:46:47
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