Navidad triste en Beln: sin peregrinos, sin rbol y con los hoteles, tiendas y restaurantes cerrados | elmundo.es

«No recuerdo un vaco as, nunca fue as, ni siquiera en la poca de las dos Intifadas», aseguran sus habitantes

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Navidad sin alegra, sin rbol, sin coros ni peregrinos. La Baslica de la Natividad est absolutamente vaca. Frente a la entrada de la cripta de la Gruta normalmente habra cola, pero estos das no hay absolutamente nadie. Las tiendas estn desiertas, casi sin decoracin, tampoco hay apenas trfico y el imponente muro gris impuesto por Israel hace casi dos dcadas a lo largo de este tramo de la Cisjordania ocupada filtra los vehculos hacia Jerusaln. En la iglesia luterana, un pequeo beln representa a un nio Jess tendido entre los escombros que te llevan automticamente al drama palestino bajo las bombas israeles en la Franja de Gaza. En resumen: Navidad sin Navidad en esta ciudad corazn de la cristiandad.

«No recuerdo un vaco as, nunca fue as, ni siquiera en la poca de las dos Intifadas. El ao pasado, los das de Navidad, ms de 4.000 peregrinos se inclinaban a diario en el callejn de la Humildad que da acceso a la Baslica de la Natividad. Hoy es cero y seguir sindolo. Mi tienda, que vende artculos religiosos y especialmente belenes tallados en madera de olivo, aqu, en la plaza del Pesebre, vio su ltimo cliente hace quiz dos meses», dice Rony Tabash, de 42 aos, que charla con los pocos policas de la Autoridad Nacional Palestina y taxistas en paro para pasar el rato. Muchos pequeos comercios permanecen cerrados, al igual que varios hoteles y restaurantes. Para ellos, la poca tradicionalmente ms rentable del ao se ha convertido en la prueba de fuego de la crisis.

«Nuestra ciudad est acostumbrada a recibir una media de casi 30.000 peregrinos en el periodo comprendido entre principios de diciembre y las semanas posteriores a la Navidad ortodoxa, despus del 7 de enero. Pero estos das yo dira que su nmero no pasa de un par de centenares. Un desastre, sobre todo si se tiene en cuenta que ms del 70% de nuestra economa depende del turismo religioso. No hay dinero, son fiestas de pobreza y poca esperanza, porque la situacin sigue siendo muy difcil. Nuestro municipio ha decidido limitar todas las celebraciones en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas palestinos de Gaza. No tenemos rbol de Navidad y nuestro beln ser un Jess tendido entre los escombros. Slo habr las ceremonias religiosas tradicionales, incluida la misa de medianoche. Pero los controles israeles estos das son muy estrictos para poder siquiera circular», nos cuenta Hanna Hanania, alcaldesa de 44 aos.

«De 33.000 habitantes, los cristianos rondamos el 25%. Nuestro xodo es un fenmeno que se remonta al nacimiento de Israel en 1948, cuando representbamos aqu la mayora absoluta», aade la alcaldesa, quien es una figura importante en el gobierno de Abu Mazen y accede de buen grado a hablar de la situacin. «El atentado de Hamas del 7 de octubre nunca se habra producido si hubiera continuado el proyecto de crear un Estado palestino en Cisjordania y Gaza. Hoy en da, nuestro Ejecutivo slo podra plantearse asumir el gobierno de Gaza si se acordara un plan de paz claro que implicara a nuestro Estado libre e independiente», sentencia.

Ni siquiera entre los comerciantes cristianos se oye una condena clara de Hamas. «La situacin debe entenderse a la luz de la ocupacin del territorio palestino», afirma pesimista Mitra Raheb, sacerdote y rector de la Universidad local Al-Kalima. Le preocupa el colapso demogrfico: «En 1910, durante el periodo otomano, los cristianos representaban el 11% de la poblacin, descendieron al 8% durante el Mandato Britnico y se desplomaron al 2,8% tras el nacimiento de Israel. Hoy son alrededor del 1,5%. En Gaza, la pequea comunidad de menos de 1.000 personas est destinada a desaparecer, y me temo que tambin aqu se reanudar la emigracin a Europa y Amrica».