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el problema es que también pone al petróleo en peligro

el problema es que también pone al petróleo en peligro

La guerra entre Rusia y Ucrania tiene un frente definido y claro que se lleva todos los focos y que tiene su epicentro en tierras ucranianas, donde los soldados, blindados, etc. de ambos ejércitos se enfrentan. Sin embargo, hay otra ‘guerra’ más sigilosa y sibilina que pasa algo más desapercibida, pero que puede cambiarlo todo.

Ucrania sigue buscando puntos débiles en territorio ruso aprovechando sus aviones no tripulados. Primero, Kiev logró inutilizar parte de las refinerías rusas, encontrando un punto débil importante. Pero Moscú reaccionó rápidamentelevantando telarañas metálicas en sus refinerías que atrapan a los drones ucranianos. Todo parecía perdido para Kiev con esas medidas defensivas y el rechazo de EEUU a estos ataques. Pero nada más lejos de la realidad. Los drones ucranianos han encontrado otro punto débil: los grandes depósitos de combustible que se encuentran en las afueras de las ciudades rusas. Así ha llegado el nuevo ataque exitoso de Ucrania a la infraestructura petrolera de Moscú.

Drones ucranianos golpearon en la noche del martes al miércoles dos depósitos de combustible de la región de Smolensk, en el oeste de la Federación Rusa, echando a perder unos 26.000 metros cúbicos de combustible, según han declarado fuentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) a medios locales. Tras estos ataques, el precio del petróleo ha vuelto a tensarse, aunque levemente. El barril de Brent, de referencia en Europa, acumula dos jornadas de subidas que han vuelto a aupar a este crudo a los 88 dólares por unidad. Una crisis en el mercado del crudo y de los combustibles es algo que EEUU y las potencias occidentales quieren evitar a toda cosa. En Washington preocupa especialmente un repunte de la gasolina con las elecciones presidenciales de noviembre a tiro.

Las autoridades rusas habían asegurado horas antes que sus fuerzas habían derribado ocho drones ucranianos sobre Smolensk y otras tres regiones rusas. Sin embargo, los sistemas de defensa ruso no han logrado derribar a todos estos aviones no tripulados. No es sencillo defender el cielo del país con la mayor superficie terrestre del mundo, demasiado cielo para cubrir. «Sorprendentemente, Rusia no puede contrarrestar un arma tan relativamente sencilla como los drones», admitía recientemente en el Financial Times Sergey Vakulenko, ex director de estrategia de Gazprom Neft y miembro senior de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.

El gobernador de Smolensk, Vasili Anojín, ha declarado que el ataque sobre la región provocó víctimas e incendios en instalaciones civiles de energía y combustible. Según las fuentes anónimas ucranianas citadas por varios medios de Kiev, los dos depósitos de combustible alcanzados están situados en las localidades de Yartsevo y Razdorovo, ambas en la citada región de Smolensk.

Un ataque con drones exitoso

Hay pruebas de que el ataque ha tenido cierto éxito: vídeos supuestamente tomados en Yartsevo la madrugada del miérceles muestran un gran incendio en lo que sería la infraestructura atacada. En las últimas semanas, Ucrania ha atacado infraestructuras petroleras rusas situadas a centenares de kilómetros de la frontera en repetidas ocasiones, con el objetivo de limitar el suministro de combustible a las tropas rusas y reducir los ingresos que las exportaciones de este producto le suponen a la Federación Rusa.

«Rusia es una gasolinera con un ejército, y tenemos la intención de destruir esa gasolinera», parafraseaba hace poco al que fuera candidato presidencial de EEUU John McCain en una entrevista Francisco Serra-Martins, cofundador y director ejecutivo del fabricante de drones Terminal Autonomy, una empresa estadounidense con instalaciones de producción en Ucrania que fue fundada el año pasado. «Vamos a centrarnos en lo que más afecta: los recursos financieros».

Los analistas afirman que los ataques con aviones no tripulados están demostrando que los objetivos petrolíferos y gasísticos de importancia económica no están fuera de alcance, incluso lejos de las líneas del frente de la guerra. Sergey Radchenko, profesor de la Johns Hopkins School of Advanced International Studies, ha afirmado a la prensa internacional que «aquí es donde los ataques pretenden hacer daño». Radchenko distingue entre este tipo de objetivos y los ataques que han llamado la atención, pero han tenido un impacto estratégico menor. Según el experto, Ucrania ha podido enviar gradualmente aviones no tripulados «cada vez más al interior de Rusia» y, con ello, puede estar intentando que Rusia se lo piense dos veces antes de actuar al otro lado de la frontera.

Lo cierto es que, en lo que va transcurrido de 2024, Ucrania ha podido atacar con sus drones múltiples instalaciones industriales y energéticas y las exportaciones rusas de gasóleo se están desplomando como consecuencia de ello. El refinado de petróleo ruso se acerca a su nivel más bajo en 11 meses, ya que las reparaciones de las plantas afectadas por los ataques de drones se ralentizan y, además, las inundaciones registradas en algunos puntos dificultan las operaciones.

Estas acciones ucranianas han seguido provocando malestar en Washington, que ha pedido a Kiev que abandone estas tácticas por temor a que hagan aumentar el precio del petróleo a nivel mundial y empujen a Rusia a intensificar sus ataques contra Ucrania.

«A Washington también le preocupa que si Ucrania sigue atacando las instalaciones rusas, incluidas muchas que se encuentran a cientos de kilómetros de la frontera, Rusia podría tomar represalias atacando la infraestructura energética de la que depende Occidente, algo que escalaría el nivel de la guerra hasta cotas insospechadas y dispararía el precio del petróleo y los refinados. Esto incluye el oleoducto CPC que transporta petróleo desde Kazajistán a través de Rusia hasta el mercado mundial. Empresas occidentales como ExxonMobil y Chevron utilizan el oleoducto, que Moscú cerró brevemente en 2022», avisa Giovanni Staunovo, analista de materias primas de UBS.

El apoyo de EEUU a Ucrania

Pese a estas quejas, el apoyo de EEUU a Ucrania ha vuelto a ganar enteros esta semana. El Pentágono informó este miércoles del envío de una nueva ronda de ayuda militar a las Fuerzas Armadas de Ucrania valorada en mil millones de dólares -unos 935 millones de euros- apenas unos minutos después de que el presidente Joe Biden aprobara finalmente el multimillonario paquete de asistencia para Ucrania, Israel y Taiwán, y que había estado bloqueado por el Congreso durante meses.

Según ha detallado la Administración estadounidense, este nuevo paquete incluye misiles de defensa aérea, proyectiles de artillería, vehículos blindados y armamento anticarro, así como municiones y armamento más ligero para que Ucrania refuerce sus líneas defensivas, proteja sus ciudades y haga frente a los ataques rusos.

Con una votación de 311 votos a favor y 112 en contra -con los republicanos divididos y los demócratas, muchos de los cuales ondeaban banderas ucranianas, a favor-, la Cámara puso fin a meses de debates sobre el destino de la ayuda y la convirtió en ley. «El Kremlin saludó el retraso -y la incertidumbre sobre el futuro de la ayuda- como una victoria, porque sin las armas estadounidenses, Ucrania probablemente sería conquistada», analiza John E. Herbst, estrega del think tank Atlantic Council, especializado en relaciones internaciones.

«Rusia ha aprovechado los retrasos para lanzar una serie de duras ofensivas en el este de Ucrania y una nueva gran campaña de bombardeos contra la infraestructura civil de Ucrania. Los mandos ucranianos utilizarán la ayuda con mayor urgencia para tapar las crecientes lagunas en las menguantes defensas aéreas del país, protegiendo tanto a las tropas como a los civiles», cierra Peter Dickinson, analista geopolítico en Ucrania ligado también al think tank.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2024-04-25 10:14:12
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas

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