Las barbacoas son para el verano. Con el buen tiempo las barbacoas se multiplican por toda España. Calor sobre calor (eso lo sufre el chef y su pinche). Pero es que cualquier comida nos sabe mejor si la comemos al aire libre. Tanto la preparación de las brasas y como dar cuenta después de lo que vamos colocando sobre la parrilla se convierten en una fiesta.
Y aquí empezamos a hablar de carne… ¡pues no! Una barbacoa es sólo calor que usamos para cocinar y por lo tanto nos puede servir para casi cualquier alimento. Verduras y hortalizas, por supuesto; las brasas le dan un toque delicioso. Para frutas, sí, para frutas (aquí te lo contamos). Y para pescados y mariscos, las «marbacoas».
La ventaja de estas últimas es que además de divertidas y deliciosas, con ese sabor de las cosas que se comen al sol, son más sanas que las barbacoas de carne. Sí, hay que comer menos carne y más pescado.
De entre estos últimos no todos se llevan bien con las brasas. Otros, en cambio, a la perfección, como las sardinas, que al espeto, como las cocinan en las playas andaluzas, son un bocado de dioses.
Otro caso es el del salmón. El pescado rosa se entiende muy bien con la parrilla. Además, el salmón es ese primer pescado que gusta a los que no les gusta el pescado (perfecto para iniciar a los peques de la casa).
Cómo hacer salmón en una «marbacoa»

Lo primero, siempre, es no quitar ni la piel ni las escamas, especialmente si vamos a preparar un lomo entero de salmón. Dejarlo con piel y escamas va a servir para crear una capa de protección de la carne frente a la intensidad del fuego. O sea, nos va a ayudar a que el salmón quede más jugoso.
En todos los casos, hay que poner el salmón sobre la parrilla con el lado de la piel hacia abajo. La parte central del lomo es gruesa y eso nos permite ponerlo entero sobre la parrilla. La parte alta del lomo puede valer para hacer unos tacos y con ellas brochetas.
Que no se te quemen los pinchos
Si en nuestra «marbacoa» usamos pinchos de metal, ningún problema; pero si son de madera, un truco. Antes de utilizarlos debemos sumergirlos en agua durante unos 30 minutos. De ese modo no se quemarán en la parrilla.
Más cuidado hay que tener con otros cortes como la cola o la ventresca del salmón; la primera por delgada y la segunda por ser la parte más jugosa. En ambos casos, menos tiempo o brasas menos intensas.
Todos los cortes los salpimentamos antes de poner en la parrilla. Y sea la pieza de salmón que tengamos, hay que esperar a que la temperatura de la barbacoa sea la óptima (si son brasas deben estar al rojo vivo).
Un ligero ahumado
Ahumar ligeramente nuestro salmón es más fácil de lo que parece. Hung Fai, chef embajador de Mar de Noruega, sugiere añadir elementos que ahúman ligeramente el pescado y le dan un toque de sabor. Por ejemplo, con virutas de madera en un recipiente metálico perforado colocado sobre la parrilla o una tabla de cedro sobre la que colocamos el salmón en la parrilla y que, al quemarse en la barbacoa, le da ese punto ahumado.
Propiedades del salmón
Se trata de un pescado azul y de agua dulce o agua salada. No es el pescado más sano, pero es un alimento razonablemente saludable por su alto contenido en proteínas (18,4 gramos por cada 100 de producto) y ácidos grasos omega-3, con un contenido moderado en grasas.
Este pescado aporta unos once gramos de grasa por cada cien gramos de carne, un contenido similar al de las sardinas, el jurel o el atún. La grasa del salmón es rica en ácidos grasos omega-3, que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos. Sin embargo, según estudios, los salmones de criadero pueden tener altos contenidos de dioxinas.
Curioso: por tanta proteína (y, por tanto, también de triptófano), el salmón es uno de los alimentos que más sueño producen.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.20minutos.es
Publicado el: 2024-08-13 06:00:00
En la sección: 20MINUTOS.ES – Gastronomía