la carne versátil y deliciosa que te va a ayudar a no ganar peso

Cuando pensamos en cenas saludables y ligeras, lo más común es elegir las típicas pechugas de pollo a la plancha. Este plato puede terminar convirtiéndose en una opción aburrida sobre todo cuando lo repetimos a menudo. Pero hay otra carne que le gana al pollo por su alto valor nutritivo: el pavo. Por alguna razón, lo común es consumirla en forma de fiambre que se vende envasada en cualquier charcutería, pero no se suele comprar como pechuga entera. 

Carne blanca con más proteínas que el pollo

Como una carne que consigues en cualquier supermercado o carnicería, el pavo se puede comprar en forma de pechuga entera o fileteada. Según datos del FoodData Central de la USDA de Estados Unidos, la pechuga de pavo sin piel tiene más proteínas que la de pollo, exponen que por cada 100 gramos de carne encontramos 30,1 gramos de proteínas frente a los 22,2 gramos del pollo. Además, tiene menos grasas con 2,8 gramos respecto a los 6,2 gramos de la pechuga de pollo. También contiene más hierro y magnesio, destacando especialmente por aportar mayores cantidades de selenio que el pollo. 

¿Cuál es la mejor opción para cocinar la carne de pavo?

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La opción más sencilla para cocinar esta carne es a la plancha, pero se debe tener en cuenta que, al igual que el pollo, puede quedar muy seca si te pasas del punto adecuado y además es recomendable agregarle un buen aderezo para conseguir una preparación jugosa y con mucho sabor. 

Una excelente opción es acompañarlas de diferentes tipos de salsas. Una de ellas podría ser a base de naranja y jengibre, aprovechando el final de la temporada de los cítricos. Para lograr la textura perfecta de esta preparación, puedes hacerla dejando que se reduzca por sí sola en un sartén a fuego medio, o agregando un poco de maicena diluida para que espese. Agregarle un punto de miel le da un toque dulce que equilibra el  picor del jengibre. 

Si eres de los que les gusta más el picante, puedes servir las pechugas de pavo con la salsa y acompañarlo con unos copos de chile o una guindilla fresca cortada en rodajas finas, además de una buena cantidad de pimienta negra recién molida. Cilantro o cebollino también van muy bien para coronar esta receta.