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los nueve límites planetarios para un futuro sostenible

los nueve límites planetarios para un futuro sostenible

En medio de un vasto infinito casi estéril, el planeta Tierra destaca como un oasis de vida. Hasta donde sabemos, el único planeta capaz de albergarla, y si bien no es imposible que haya otros planetas con vida ahí fuera, sí sabemos que, al menos de momento, están fuera de nuestro alcance. Como decía Carl Sagan, la Tierra es el único hogar que hemos conocido.

El 23 de septiembre de 2009, el investigador Johan Rockström y sus colaboradores, del Instituto Medioambiental de Estocolmo (Suecia) publicaron un artículo científico en la prestigiosa revista Nature, que abordaba lo que denominaron los nueve límites planetarios. Nueve variables que actúan como guardianas, protegen la estabilidad de los ecosistemas y sustentan las condiciones que permiten a la humanidad desarrollarse y mantenerse. Nueve límites que no deberían ser superados, por el bien de la preservación de la especie humana.

La acidificación de los océanos es un limite que no hemos alcanzado aún. — Damocean/iStock

Moviéndonos dentro de los límites

El conjunto de ecosistemas tienen cierta capacidad de resiliencia, es decir, son capaces de soportar un nivel moderado de perturbaciones y recuperarse. Pero si esas perturbaciones traspasan un determinado umbral, el desastre puede ser irreversible. Por lo tanto, es esencial estudiar los límites planetarios y la forma en que nos movemos dentro de ellos no solo para el mantenimiento de los ecosistemas y la biodiversidad, sino como un acto de supervivencia humana.

La última revisión sobre los nueve límites planetarios fue publicada el pasado septiembre de 2023, en la revista Science. En ella, la prestigiosa investigadora Katherine Richardson, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), y sus colaboradores exploraron los nueve límites planetarios conocidos y descritos por Rockström, y el impacto de la humanidad sobre cada uno. Y descubrieron que hay tres límites aún no superados.

La variable que presenta el mejor resultado actualmente es la relacionada con el agotamiento de la capa de ozono estratosférico, más conocido como el agujero de la capa de ozono. Una parte de la atmósfera fundamental para filtrar la radiación ultravioleta que tan dañina resulta para la vida. Aunque muestra una ligera recuperación, este límite nos recuerda la importancia de preservar este escudo protector.

Más cerca del límite, pero dentro de la zona de seguridad, se encuentra también la acidificación de los océanos. Mantener esta variable dentro de unos valores seguros es crucial para la vida marina. La acidificación oceánica, resultado de la absorción de dióxido de carbono, amenaza los ecosistemas marinos y la biodiversidad.

Por último, en situación más preocupante, pero aún dentro de los límites, se encuentra la presencia de aerosoles en la atmósfera. Este límite busca mantener el equilibrio en la carga atmosférica para preservar la calidad del aire. Esta variable, de excederse, puede tener impactos muy negativos en el clima y la salud humana.

Los nueve límites planetarios y nuestra posición respecto a ellos. — Richardson et al., 2023

Seis variables fuera del límite

En la publicación original de 2009, el equipo de Rockström ya advertía que tres de los límites habían sido superados. Actualmente, en 2023, ya son seis. Esto significa que hoy la Tierra se encuentra fuera del espacio operativo seguro para la humanidad para estas seis variables. Estos límites traspasados demandan nuestra atención y exigen una acción inmediata y colectiva.

El límite más obvio y bien conocido es el cambio climático. Ya se marcaba como superado en la publicación de Rockström, y desde entonces el problema no ha hecho más que empeorar. El aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero ha provocado un cambio climático que está transformando nuestros ecosistemas en forma acelerada. La temperatura global aumenta, los eventos climáticos extremos se intensifican y los patrones climáticos se desequilibran.

Otro límite ya superado en 2009 era el relacionado con los ciclos biogeoquímicos, y especialmente el ciclo del nitrógeno. Aunque la última revisión de 2023 también marca como superado el límite del fósforo. La agricultura intensiva y el uso excesivo de fertilizantes han desencadenado la alteración de los ciclos de ambos elementos, con el resultado de la contaminación del agua y la pérdida de biodiversidad acuática.

Íntimamente relacionado con los dos anteriores se encuentra la integridad de la biosfera. Este límite era el más excedido de todos, según la publicación de 2009, y actualmente permanece en ese puesto. Al fin y al cabo, hay muchos eventos que se relacionan con la extinción de especies, desde el cambio climático hasta la introducción de especies invasoras. Si no se hace nada por remediarlo, el colapso de la biodiversidad puede ser inminente.

El resto de los límites descritos por Rockström se consideraban no superados en 2009 —o aún no se habían analizado—, pero en la publicación de Richardson de 2023 ya aparecen como superados. Estas tres variables son: el uso del agua dulce, excedido por la sobreexplotación de recursos hídricos, la contaminación y la alteración de los ciclos climáticos; los cambios en el uso del suelo, especialmente causado por la expansión descontrolada de la agricultura, la urbanización y la deforestación; y las denominadas como «entidades nuevas», que incluyen contaminantes sintéticos, como los microplásticos, residuos radiactivos y otros marcadores del Antropoceno.

Las especies invasoras representan uno de los mayores impactos a la integridad de la biosfera. — Ornitolog82/iStock

¿Qué podemos hacer ahora?

Frente al gran desafío que plantean los nueve límites planetarios, y especialmente, los seis ya superados, surge la pregunta: ¿qué podemos hacer ahora para revertir el curso y construir un futuro sostenible? Aunque la magnitud de la tarea puede parecer abrumadora, la acción colectiva y la conciencia global son las herramientas clave que podemos emplear para restaurar el equilibrio perdido.

Los investigadores destacan siete motores que, combinados, establecen una maquinaria que, bien empleada, podría no solo evitar que se superen esos tres límites , sino además revertir, a medio o largo plazo, la tendencia de los seis límites excedidos. En la lista se encuentran algunas medidas ya conocidas, como la conservación y restauración de ecosistemas, la participación ciudadana, la educación en valores ambientales y, por supuesto, la cooperación global.

La tecnología tiene mucho que aportar, especialmente en dos sentidos: una innovación tecnológica responsable que considere desde la captura de carbono hasta la agricultura de precisión; y una transición energética real que se dirija globalmente a un nivel de emisiones cero. Sin embargo, la experiencia nos dice que este tipo de medidas son inútiles si no se plantea un cambio drástico en el sistema económico.

Transformar nuestro enfoque económico es, probablemente, el punto más crítico. Es necesario buscar modelos que valoren el bienestar social y ambiental como parte del progreso, y que hagan posible la redistribución de la riqueza, de cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades.

Aunque hemos cruzado umbrales críticos, el futuro aún está en nuestras manos. Podemos iniciar un viaje hacia la restauración de la armonía planetaria, si adoptamos cambios importantes en nuestra forma de vivir, consumir y producir. El tiempo apremia, pero la acción colectiva puede desencadenar un cambio transformador. La elección es nuestra: ¿seguimos traspasando límites o nos comprometemos a preservar, como decía Carl Sagan, el único hogar que hemos conocido? La respuesta determinará no solo nuestro destino, sino el de las generaciones venideras.

Referencias:

  • Cao, J. et al. 2023. Live birth of chimeric monkey with high contribution from embryonic stem cells. Cell, 186(23), 4996-5014.e24. DOI: 10.1016/j.cell.2023.10.005
  • Richardson, K. et al. 2023. Earth beyond six of nine planetary boundaries. Science Advances, 9(37), eadh2458. DOI: 10.1126/sciadv.adh2458
  • Rockström, J. et al. 2009. A safe operating space for humanity. Nature, 461(7263), 472-475. DOI: 10.1038/461472a

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.es

Publicado el: 2023-11-17 14:00:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades