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¿Qué hacer si encuentro un pollo de pájaro o una cría de ave?

¿Qué hacer si encuentro un pollo de pájaro o una cría de ave?

Desde la primavera hasta el final del verano, una gran cantidad de aves se encuentran en período de cría. Parejas de aves de especies muy diversas construyen y mantienen sus nidos, ponen e incuban sus huevos y alimentan a sus crías hasta que puedan valerse por sí mismas.

En ocasiones, en su ansia por recibir comida o movido por la curiosidad de conocer el mundo más allá del nido, un polluelo sale de su cómodo alojamiento y cae al suelo. Si tiene suerte, y se libra del ataque de gatos ferales (¿Qué ocurre si los gatos se escapan de casa?) u otros depredadores potenciales, tal vez se encuentre con una persona que sepa cómo actuar en esa situación, y facilite que siga recibiendo la atención y los cuidados parentales hasta que consiga independizarse. En este artículo tú, lectora o lector, puedes convertirte en una de esas personas.

Two baby birds open mouths in the nest.

El ave silvestre se mantiene silvestre

Lo primero que hay que comprobar es que el animal se encuentre en buen estado. Si está herido, lo mejor que se puede hacer para ayudar es avisar a las autoridades pertinentes. En España existen centros de recuperación de fauna silvestre por todo el territorio nacional, y, en caso de duda, el 112 puede poner al usuario en contacto al usuario con la autoridad que corresponda.

Lo siguiente que hay que recordar es que el ave silvestre debe mantenerse en estado silvestre. Este es el principio fundamental que nos debe guiar. El primer impulso que surge ante el encuentro con un polluelo en la calle, sobre todo entre amantes de la naturaleza, es acogerlo e intentar sacarlo adelante en casa. Sin embargo, este comportamiento tan humano resulta contraproducente. Por un lado, es muy difícil sacar adelante a un polluelo, lo más probable es que muera más pronto que tarde. Y por otro lado, incluso aunque se logre que sobreviva el tiempo suficiente para aprender a volar, su supervivencia en estado silvestre será, también, muy improbable. Al permanecer en casa durante un tiempo prolongado, el ave recibe una impronta de sus cuidadores humanos y pierde la capacidad de sobrevivir en el medio natural.

En general, lo ideal es que el animal tenga el menor contacto posible con el ser humano. No se le debe alimentar; ha de evitarse la tentación de ofrecerle migas de pan, galleta o alguna papilla hecha con leche. Son aves, no mamíferos, y necesitan proteínas. Hacerse cargo del animal ha de ser el último recurso, solo cuando su supervivencia sea imposible en estado silvestre. Esto puede suceder, por ejemplo, si se observa que el nido ha sido destruido, que sus padres han muerto o si pasadas unas horas no han regresado a buscar a su cría.

Pollo con plumón de cría, aún incapaz de revolotear. Necesita estar en el nido. — surachetsh/iStock

El polluelo desplumado

Si el polluelo está sano, hay que verificar, antes que nada, que lo seguirá estando. En ocasiones, al caer del nido se mojan el pico en un charco o con la vegetación, o se les puede adherir algún tipo de suciedad. Las fosas nasales deben estar secas y libres de cualquier objeto; si fuera necesario, se puede usar la esquina de un pañuelo de papel para retirar el agua o cualquier partícula.

El nivel de desarrollo del pollo es un punto clave en la actuación ante un encuentro. Los más pequeños, recién nacidos o cubiertos aún con el plumón, apenas pueden desplazarse y lo más probable es que hayan caído del nido por accidente. En tal situación, lo ideal es buscar el nido con la mirada. Si se consigue identificar sin dificultad y es accesible, se puede levantar el polluelo con sumo cuidado —son criaturas frágiles— y devolverlo a su hogar. Siempre que el contacto sea mínimo, los padres no lo rechazarán.

Si no es posible identificar el nido o no está al alcance, la tarea es más complicada. Habrá que elaborar un nido improvisado, con hierba y ramitas entretejidas, y colocarlo en un lugar elevado pero estable. Entonces, y de nuevo, con las máximas precauciones, se depositará al polluelo en el nuevo nido.

En cualquier caso, lo ideal es mantenerse a la espera, por si los padres regresan. Si lo hacen, y lo mantienen a su cuidado, todo está bien. Si esto no sucede, es el momento de contactar con un centro de recuperación de fauna silvestre.

Volantón con plumas empezando a desarrollarse. Necesita hacer excursiones y revolotear, basta con que esté en un sitio seguro. — v_zaitsev/iStock

El volantón

Si las plumas de las alas del ave encontrada se encuentran parcialmente desarrolladas, e intenta aletear torpemente —con o sin éxito—, entonces estamos ante un volantón, un pollo que está aprendiendo a desenvolverse. Caerse del nido, tarde o temprano, forma parte de su aprendizaje y se moverá por la zona, intentando revolotear. Es el proceso natural, y ese torpe aleteo es imprescindible para fortalecer la musculatura de sus alas y, finalmente, aprender a alzar el vuelo. En estas situaciones, lo más probable es que los padres estén cerca vigilando —seguramente asustados de ver cómo un ser humano de tamaño descomunal presta atención a su polluelo—.

Así que, lo mejor es observar el entorno. ¿Está el animal en un lugar peligroso? Puede que esté en la acera, a merced de pies de peatones descuidados, perros domésticos, gatos o quizá en la carretera, donde la rueda de un coche pueda suponer su final. O, por el contrario, en una zona ajardinada, entre matorrales y malezas. Este contexto es importante.

Si el polluelo se encuentra en un entorno peligroso, al alcance de depredadores o de elementos que pueden hacer peligrar su vida, habrá que buscar el refugio más cercano. Puede ser un arbusto, un parterre con vegetación… entonces, y de nuevo extremando precauciones, se intentará llevar al animal hacia la zona segura, tocándolo lo menos posible. Si el animal es capaz de revolotear, tal vez sea suficiente animarlo a moverse en la dirección adecuada. Si no consigue elevarse, se le puede agarrar y colocar. En este punto, la precaución debe ser máxima con las plumas de las alas. Es preferible asirlo por el pecho o desde abajo, para evitar dañarlas. Plumas rotas no le permitirán aprender a volar.

Si, por el contrario, el animal ya se encuentra en un lugar seguro, lo mejor es dejarlo donde está y despreocuparse. En cuanto las personas se alejen, los padres volverán a sus labores de enseñanza.

El vencejo es un caso especial. — intek1/iStock

El vencejo, un caso especial

Estas instrucciones deberían ser suficientes para la mayoría de las aves. Pero, en la avifauna española hay un caso particular que merece especial atención: el vencejo. Es un ave de vuelo ágil, que se caracteriza por unas alas finas y afiladas, patas muy cortas con cuatro dedos dirigidos hacia adelante, pico corto y boca muy grande; pasa la mayor parte de su vida en vuelo, y para despegar necesita dejarse caer desde cierta altura.

Para un vencejo, caer al suelo puede suponer el final de su vida. Por eso, si se encuentra uno, lo mejor es colocarlo en un lugar elevado. Una repisa, la rama de un árbol… Debería ser suficiente cualquier punto con cierta altura, pero nunca lanzarlo al aire.

Pueden suceder dos cosas. Que el animal se deje caer y alce el vuelo, en cuyo caso, el trabajo está hecho, o bien que vuelva a caer torpemente al suelo. Si se da esta situación, es posible que tenga algún problema que le impida volar, y la opción más sensata, de nuevo, es avisar a las autoridades competentes.

Referencias:

  • Recher, H. F. 2012. Wildlife Search and Rescue: A Guide for First Responders. Pacific Conservation Biology, 18(3), 219. DOI: 10.1071/PC130219
  • SEO/BirdLife. 2019, mayo 28. Escuela AvesdeBarrio: Pollito ¿huérfano? AvesDeBarrio.
  • SEO/BirdLife. 2022, mayo 26. He encontrado un pollito en el suelo, ¿qué debo hacer? SEO/BirdLife.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.es

Publicado el: 2023-07-15 07:00:00
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades