El nombre de una persona es solo uno de los muchos aspectos que pueden influir en su vida. Y aunque el éxito puede depender de una amplia variedad de factores, no es descabellado pensar que algunos nombres pueden facilitar la comunicación y la interacción social y, por tanto, ser beneficiosos en algunas situaciones.
Sin ir más lejos, una investigación reciente de investigadores estadounidenses revelaba que los directores ejecutivos que tienen nombres más corrientes (o más cortos) obtienen mayores beneficios económicos y no económicos, aunque no sean más competentes. El trabajo se basó en el análisis de un total de 6132 directores ejecutivos de grandes empresas que cotizan en bolsa.
Momento en que una mujer de negocios da una presentación a sus compañeros
Por otra parte, en 2012, un estudio de la Universidad de Melbourne, y de la Universidad de Nueva York, sostenía que tener un nombre sencillo y fácil de pronunciar añade más probabilidades de granjearse amigos y favores en el entorno laboral.
En esta ocasión los investigadores analizaron cómo algo tan sencillo como la pronunciación de los nombres puede influir en la impresión que causamos sobre los demás y la toma de decisiones.
En concreto, demostraron “el efecto de la pronunciación del nombre”, es decir, cuando las personas con nombres fáciles de pronunciar son juzgadas más positivamente que las que tienen nombres más difíciles de vocalizar.
En primer lugar, los investigadores revelaron que las personas con nombres más pronunciables tenían más probabilidades de ser favorecidas para ascensos laborales o cargos políticos: “Los candidatos políticos con nombres fáciles de pronunciar tienen más probabilidades de ganar una contienda que los que no los tenían”, según un análisis basado en un simulacro de votación.
Otra de las conclusiones de la investigación fue que, por ejemplo, los abogados con nombres más fáciles de recordar ascendían más rápidamente a puestos superiores en las jerarquías de sus bufetes. Estos resultados se basaron en un estudio de campo a partir de 500 nombres y apellidos de abogados de EE.UU.
En este sentido, Adam Alter, coautor de este trabajo, señaló que probablemente este efecto también se dé en otros sectores, así como en muchos contextos cotidianos. «Cuando podemos procesar una información con facilidad, cuando la entendemos mejor, nos gusta más”, en sus propias palabras.
Por su parte, el autor principal de la investigación, Simon Laham, dijo en su momento que ciertos rasgos sutiles de los que no somos conscientes afectan a nuestras decisiones y elecciones. “Esto no se debe únicamente a la longitud del nombre o a lo extranjero o inusual que suene, sino a lo fácil que sea pronunciarlo”, argumentaba.
Según el científico, estas circunstancias pueden tener implicaciones importantes sobre los prejuicios y la discriminación en nuestra sociedad. En su opinión, “es importante ser conscientes de los prejuicios sutiles que influyen en nuestras decisiones y juicios sobre los demás. Esta perspectiva puede ayudarnos a eliminar los prejuicios, lo que nos llevará a tratar a los demás de forma más justa y objetiva”.
Los investigadores realizaron estudios tanto en laboratorio como en un entorno natural utilizando una serie de nombres de procedencia anglosajona, asiática y de Europa occidental y oriental.
A su vez, esta investigación se basa en trabajos anteriores que sugerían que las empresas con nombres más simples tienden a obtener mejores resultados justo después de su aparición en el mercado que las que tienen títulos complejos.
Correlación entre el nombre y el éxito
Pero hay otros estudios que aseguran que el tipo de nombre influye en el éxito de las personas durante su vida. Por ejemplo, según un equipo de la Universidad Marquette de Malwaukee (Wisconsin, EE UU), el hecho de tener un nombre común se asocia con mayores posibilidades de ser contratado por una empresa.
De la misma manera, usar la inicial de un segundo nombre puede incrementar la percepción que tienen los demás sobre nuestra capacidad intelectual y competencia profesional, según un estudio publicado en 2014 por la revista European Journal of Social Psychology.
En la misma línea, un grupo de investigadores concluía en 2013 en la revista Psychological Science que personas con nombres o apellidos grandilocuentes o que suenan procedentes de la nobleza (Rey, Conde…) a menudo tienen más puestos de responsabilidad en las empresas.
Sin embargo, es importante resaltar que no hay evidencia científica sólida que respalde la idea de que las personas con determinados nombres tengan automáticamente más éxito en la vida que otras. Además, el éxito es un concepto relativo y complejo que depende de otros factores como las habilidades de la persona, su educación, las oportunidades, el esfuerzo personal, las circunstancias personales o incluso la suerte.
De hecho, cualidades como la determinación, la habilidad para establecer relaciones interpersonales, la perseverancia o la formación, son elementos mucho más importantes en la determinación del éxito.
Referencias:
- Sue H. Moon et al. ‘What’s in a name? Leader’s names, compensation, and firm performance’. Journal of Financial Stability (2022)
- Simon M. Laham; Adam L. Alter et al. ‘The name-pronunciation effect: Why people like Mr. Smith more than Mr. Colquhoun’. Journal of Experimental Social Psychology (2011)
- Adam L Alter. ‘Uniting the tribes of fluency to form a metacognitive nation’. Personality and Social Psychology Review (2009)
- John L. Cotton et al. ‘The “name-game”: affective and hiring reactions to first names’. Journal of Managerial Psychology (2008)
- Wijnand A.P. van Tilburg et al. ‘The impact of middle names: Middle name initials enhance evaluations of intellectual performance’. European Journal of Social Psychology (2014)
- Raphael Sillberzahn, Eric Luis Uhlmann. ‘It pays to be Herr Kaiser: Germans with noble-sounding surnames more often work as managers than as employees’. Association for Psychological Science (2013)
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.es
Publicado el: 2023-09-27 10:00:00
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