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Darién: madre migrante busca llevar a su niña genio al país de las oportunidades – Otras Ciudades – Colombia

Darién: madre migrante busca llevar a su niña genio al país de las oportunidades - Otras Ciudades - Colombia

“Yo solo quiero que mis hijas tengan una vida digna”. Esa es la razón de Katherine Osorio, una migrante venezolana de 32 años, para tomar la peligrosa ruta del Darién hasta Estados Unidos.

Ella llegó el 13 de septiembre a las playas de Necoclí, Antioquia, con sus hijas de 9 y 14 años, huyendo de un intento de feminicidio en Ecuador, a donde había migrado antes en busca de oportunidades. Ahora, viviendo en la calle, inició a trabajar en la reventa de agua y artículos de supervivencia en los alrededores del muelle que controla la empresa de lanchas El Caribe S.A.S para conseguir los 1.050 dólares que necesita para cruzar a Acandí.

Su meta en EE. UU. es que su hija Antonella, la mayor, diagnosticada con síndrome de Asperger, podrá mostrarles a todos el genio que es.

Katherine tuvo que dejar Barquisimeto en el 2017 por su activismo opositor contra el régimen de Nicolás Maduro. Las amenazas de los colectivos represores ya no se centraron solo en ella, sino en sus hijas y el miedo le ganó.

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Las playas de Necoclí, en barrio El Caribe, están totalmente ocupadas por migrantes venezolanos que no tienen dónde más vivir.

Foto:

Jaiver Nieto / CEET

En junio de 2017, llegó a Medellín con sus dos hijas y consiguió un arriendo con el poco dinero que obtuvo de vender lo que tenía en Venezuela y comenzó a trabajar como asistente de cocina.

Tomó unas varitas de incienso me atrapó entre sus piernas y me las apagó en la mano con la que tenía agarrado el celular

Estuvo tres años así, pero con su novio decidieron ir a Ecuador para ganar dólares y poder llegar a los Estados Unidos más rápido. Sin embargo, ya en Santo Domingo, Ecuador, comenzó a vivir un calvario. Su pareja comenzó con el maltrato y los celos.

El acoso, los abusos y maltratos fueron creciendo, a tal punto que a principios de este mes de septiembre cayó la gota que rebosó la copa.

“Tomó unas varitas de incienso, me atrapó entre sus piernas y me las apagó en la mano con la que tenía agarrado el celular. Ni así lo solté, porque sabía que me lo iba a romper y no tenía para otro”, narra Katherine.

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Katherine Osorio

Katherine Osorio sobrevivió a un intento de feminicidio por parte de su pareja en Ecuador y salió huyendo a Necoclí para cruzar el Darién.

Foto:

Jaiver Nieto / CEET

Luego de quemarle las manos, se fue algunos minutos y Katherine aprovechó para recoger algunas de sus cosas y decirles a sus niñas que empacaron, que se iban.

Pero el hombre regresó con un tanque de gasolina y le arrojó el combustible encima. La quería quemar viva.

En medio de los gritos y el escándalo llegaron algunos vecinos del sector hasta el lugar y detuvieron al agresor. La mujer agarró el dinero que pudo y se fue con sus hijas al terminal.

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Katherine Osorio

La meta de Katherine en este momento son los 1.050 dólares que le costará la lancha para cruzar a Acandí con sus hijas.

Foto:

Jaiver Nieto / CEET

Acá se vive muy mal, pero lo prefiero al infierno que viví en Ecuador y sé que vamos a salir pronto

Tras 4 días de viaje en la ruta Santo Domingo-Tulcán-Ipiales-Medellín-Necoclí, llegó a este último municipio sin saber lo que le esperaba.

“Para mí sí fue sorpresa lo que vi al llegar acá, porque en los videos que suben a TikTok e Instagram no muestran esta parte del camino. Acá se vive muy mal, pero lo prefiero al infierno que viví en Ecuador y sé que vamos a salir pronto”, dice la mujer.

Explica que es una mujer trabajadora y con los 40 mil pesos que le quedaron en efectivo ya compró una cava hielera, “mañana (18 de septiembre) voy por una bolsa de hielo y unas botellas de agua y condones para empezar a venderle a los demás migrantes y los turistas que salen del muelle”, dice.

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Un ángel la acompaña

Le pusieron a escribir su nombre como primera tarea en clase y escribió el suyo y el de sus 28 compañeros que se habían presentado minutos antes

Katherine está dando todo de sí misma por sus hijas, especialmente por Antonella. Ella, según el Centro de Atención Integral para Personas con Autismo (CAIPA), tiene síndrome de Asperger y muestra una capacidad intelectual superior.

“A los 4 años llevé a mi hija al preescolar y nos dimos cuenta de que era diferente. Le pusieron a escribir su nombre como primera tarea en clase y escribió el suyo y el de sus 28 compañeros que se habían presentado minutos antes cuando la clase comenzó. La profesora quedó impactada y me llamaron para que hablara con ellos”, cuenta, con un brillo especial en su mirada, Katherine.

A Antonella le hicieron exámenes psicológicos y neurológicos y se le diagnosticó autismo y Asperger. En un principio Katherine, que desconocía de qué se trataba, se preocupó y pensó que era una enfermedad, pero con el tiempo y la asesoría del CAIPA logró establecer un plan educativo acorde al nivel intelectual de su hija.

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Katherine Osorio

Katherine considera que algo positivo en medio de tanta miseria es que Antonella ha desarrollado muchos sus capacidades sociales en la playa.

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Jaiver Nieto / CEET

Antonella tiene una memoria prodigiosa, se graba en su mente con alto nivel de detalle todo lo que ve y escucha. Sabe mucho de historia del mundo y de música. Su madre contó que sabe tocar violín, chelo y piano, y le gustaría dedicarse a la música. Lamentablemente, ha perdido mucha práctica y desde hace años no puede ir al colegio.

“Por eso mi prisa por salir de acá y llegar a un país donde ella pueda desplegar todo su genio y su ángel y convertirse en la persona fuera de serie que es”, insiste, y agrega que sí resalta como positivo entre tantas vicisitudes que su hija ha logrado socializar mucho y ha perdido el miedo a relacionarse.

“Ella se está sintiendo bien acá, a pesar de todo, y ve esta etapa de su vida como un paseo, igual que muchos niños acá, incluyendo a su hermana. Pero yo sí les expliqué que esto es una travesía que nos dolerá mucho y nos pondrá en riesgo”, agrega.

Ya les enseñó a sus hijas Reanimación Cardio Pulmonar (RCP) por si se presenta alguna eventualidad en la selva, además de todas las técnicas de supervivencia que ve en los videos de TikTok.

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Cuando salió de Venezuela en 2017, a su llegada a Medellín, intentó contactar con instituciones como Acnur, Una Mano Amiga al Migrante y otras ONG en Panamá y Costa Rica para que la ayuden por su condición de migrante por temas políticos, pero nunca le contestaron de ninguna parte.

Desde el 18 de septiembre está trabajando de sol a sol. Se levanta a las 3:30 a. m. a comprar lo que revenderá y permanece recorriendo los muelles bajo el inclemente sol de Necoclí, donde el promedio de temperatura durante el día no baja de 31 grados Celsius, para conseguir los dólares que necesita.

Está decidida a conseguirlo por este método, pues se considera una mujer de honor y no hay propuesta criminal que la vaya a desviar de su camino, por más que esto pueda hacer que su travesía sea más larga y dura. Sin embargo, todavía no ha perdido la esperanza de que alguna de las organizaciones a las que les solicitó ayuda vea sus mensajes o conozca su historia y le brinden algún apoyo.

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DUVÁN ÁLVAREZ DE LAS SALAS
Enviado especial de EL TIEMPO
En X: @Duvan_AD

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2023-09-23 23:48:48
En la sección: EL TIEMPO.COM – Colombia

Publicado en Colombia