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Detalles del caso Matías, el joven paisa que perdió sus extremidades por una bacteria – Medellín – Colombia

Matías Uribe

“¿Cómo le dices a tu hijo de 14 años que perderá todas las extremidades?”, pregunta Catalina Gutiérrez entre lágrimas al contar la tragedia de su hijo Matías Uribe, afectado por una bacteria en Estados Unidos.

El drama de esta familia antioqueña radicada en suelo norteamericano comenzó en junio pasado en lo que eran unas lindas vacaciones familiares en Orlando, Florida.

Matías, sus padres y su hermano de 9 años visitaron los famosos parques, fueron a la playa, conocieron lagos y ríos y pasaron unos agradables días de descanso, que fueron el preludio a una tragedia para el joven antioqueño.

Cuenta Catalina que posterior al viaje su hijo comenzó con un enrojecimiento completo en el cuerpo, como una especie de sarpullido o insolación, seguido de una fiebre alta.

“Cuando empeoró tuvimos que hospitalizarlo y nos dijeron que tenía una neumonía y ya luego nos dijeron que lo teníamos que trasladar de urgencia en helicóptero a otro hospital porque necesitaban equipos más especializados”, dice la mujer.

(En contexto: La tragedia de Matías, el niño paisa que perdió todas sus extremidades por una bacteria)

Una bacteria causó que el joven perdiera sus extremidades

Desde allí todo se puso peor, Matías sufrió un paro cardíaco y los médicos duraron siete minutos intentando reanimarlo hasta que por fin lo lograron.
Internado en un hospital de Nashville, a Catalina le dijeron que su hijo había sufrido una falla multiorgánica y que había que hacerle una terapia ECMO para salvarle la vida.

“El 30 de junio nos dijeron que lo que tenía era el síndrome de choque tóxico que eso es producido por la por la bacteria del estreptococo del grupo A. Esta bacteria le entró al torrente sanguíneo y causó la afectación. Que es muy raro que pase, pero pasa”, cuenta la mujer.

¿Cómo se contagió? Esa fue la primera pregunta que hizo Catalina, debido a que eso la tenía carcomida como mamá, si hizo algo o dejó de hacer algo, pero los doctores le indicaron que le pudo haber pasado a cualquiera.

“Ojalá yo pudiera tener la respuesta de esto para poder prevenir que a otro papá le pase algo así, no quisiera ver a nadie en esta situación, pero no la tengo”, dice la mujer.

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Después de la cirugía salimos muy esperanzados, pero en menos de una semana los médicos nos dijeron que la pierna izquierda también estaba comprometida, al igual que las manos

Por 12 días el joven estuvo en esta terapia, además de estar entubado y bajo diálisis. Todo esto, aunque logró salvarle muchos órganos, por desgracia Matías no recibió el suficiente flujo de sangre en sus extremidades, por lo que la única opción era la amputación.

“Después del día 14 nos dijeron que la pierna derecha estaba comprometida y que había que amputarla. Firmamos los papeles porque sabíamos que era la única forma de salvarle la vida. Después de la cirugía salimos muy esperanzados, pero en menos de una semana los médicos nos dijeron que la pierna izquierda también estaba comprometida, al igual que las manos”, narra la mujer.

Aquella noticia fue devastadora para la familia Uribe Gutiérrez. Recuerda Catalina que lo primero que hizo fue imaginarse el futuro de su hijo y todo se veía negro.

“Es un niño de 14 años, o sea, apenas estaba empezando su vida y nunca ha tenido ni una novia. Apenas estaba empezando a salir con una niña y bueno, era como ese proceso de ver a mi hijo en esta nueva etapa. Pero ahora todo iba a cambiar”, recuerda la mujer.

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Matías Uribe

Una bacteria causó que el joven perdiera sus extremidades

Dice Catalina a que Matías optaron por contarle todo, desde la decisión de la primera amputación hasta lo que ocurriría después con el resto de sus extremidades.

“Eso fue en un lapso de ocho días y…de verdad ha sido un proceso tan extremadamente doloroso. En la primera amputación los médicos y una sicóloga le explicaron el procedimiento y él estuvo muy tranquilo. Yo le dije ‘papi ¿tú estás entendiendo lo que ellos te están diciendo? que van a remover -porque yo les pedí el favor que no le dijeran amputación- tu pierna derecha porque no le llegó suficiente fluido. Y él me dijo ‘ok mami, todo está bien’”, recuerda Catalina.

Sin embargo, ocho días después, cuando le contaron que también debían amputarle las otras tres extremidades, fue un golpe durísimo para el adolescente.

– Matías escúchame, esta es la forma de salvarte la vida, esas partes no se pueden quedar, porque si se quedan van a seguir enfermando tu cuerpo y eso es lo que no queremos, entonces te las van a remover.

Dice Catalina que su hijo permaneció en silencio, mirándola.

– Aquí estamos tu papá y yo, aquí está tu familia, tienes mucho apoyo, hay mucha gente que quiere ayudarnos, vamos a buscar toda la ayuda posible para ti y vas tener lo mejor, vas a tener las mejores prótesis, vas a tener prótesis de manos, tú vas a volver a correr, vas a volver a caminar, vas a levantarte y vas a ser una persona independiente… ¿cómo te sientes?-.

– Quiero llorar- respondió él

– Ok…llora- dijo su madre

Las lágrimas de Matías colmaron su rostro y de su boca salieron preguntas que su madre no supo como responder, pues ni ella misma entiende.

-“¿Por qué me pasa esto a mí? Si yo he sido un niño bueno y nunca le he hecho daño a nadie…no es justo, un día estaba en unas vacaciones hermosas con mi familia y luego pasa eso ¿ por qué? mami”-

¿Por qué me pasa esto a mí? Si yo he sido un niño bueno y nunca le he hecho daño a nadie…no es justo

También con lágrimas en sus ojos, Catalina dice que le respondió a su hijo que esa situación no era justa para nadie y que lo más importante era que él seguía vivo, que su espíritu y su mente estaban intactas y su cerebro no sufrió ningún daño.

“Le dije: ‘tú eres un niño extremadamente inteligente y de esta vamos a salir, no solamente por tu fuerza, sino porque tienes un tienes un montón de personas detrás de ti, que te van a respaldar”, dice la mujer.

Ese día Matías lloró como nunca había llorado en su corta vida, pero dice su madre que solo fue ese día. En adelante sacó su fortaleza mental para no dejar que esta tragedia dañara sus planes de vida y su gran sueño de ser un ingeniero del MIT.

Destaca su mamá que tras calmarse, la siguiente preocupación de Matías no fue por él ni por su condición, sino por los altos gastos que tendría que incurrir su familia.

“Antes de que entrara la cirugía de sus amputaciones nos preguntó que cuánto costaban las prótesis, que si eran muy costosas. Aún en su situación, él estaba era pensando en nosotros”, dice Catalina.

Matías Uribe

Dice que su hijo tiene la vista en el futuro y que en lugar de quedarse pensando en lo que perdió ahora se enfoca en lo que viene, pregunta cuánto se demoran las prótesis en llegar, cuánto es lo menos que se demora la gente en empezar a caminar con dichas prótesis y dice que él se puede demorar menos.

Sabe que será un largo camino, con altas y bajas, pero que está dispuesto a no rendirse y a seguir luchando.

“La fuerza del espíritu de mi hijo es algo increíble, los doctores aquí en este hospital no pueden creer lo que han visto en Matías. Él toda su vida ha sido un niño muy especial, un niño superdotado, de hecho él está en el programa de niños superdotados desde quinto de primaria”, cuenta su madre.

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Lo que falta

Matías lleva 11 cirugías entre las de sus extremidades, de limpieza, de reconstrucción y de ponerle los injertos de piel.

Ya le hicieron este proceso de injerto en los brazos y se vienen unas dos o tres cirugías más para ese proceso en sus piernas.

Se espera que entre mes y medio y dos meses ya se surta la etapa de Matías en el hospital y pase a otro reto más.

Matías Uribe

Una bacteria causó que el joven perdiera sus extremidades

“Luego viene un proceso de rehabilitación, que es en Atlanta, que serían cuatro o seis semanas y luego comenzar el proceso de las prótesis que es otro reto, porque, aunque económicamente mi esposo y yo hemos trabajado para que a nuestros hijos no les falta nada, esto nos desborda porque son prótesis muy costosas. Por eso estamos pidiendo apoyo”, dice Catalina.

No es solo las prótesis, que una sola puede costar entre 30.000 y 50.000 dólares, también hay que adecuar la vivienda para la nueva condición de Matías y todo el proceso para la cicatrización de los injertos, que es vital en los dos primeros años.

“Yo voy a hacer lo que sea para darle a mi hijo lo que necesita, porque se lo merece… esto es tan doloroso…yo lo único que quiero es darle lo mejor a mi hijo, que no sienta que esto lo va a parar y yo jamás voy a permitir que esto lo pare, yo voy a hacer todo para que mi hijo sea una inspiración para este mundo”, dice Catalina.

Para quienes deseen ayudar a Matías y su familia, está la cuenta de ahorros Bancolombia: 342-524202-17 a nombre de Sandra Catalina Gutiérrez y también el GoFound #MiracleforMathias en este link https://gofund.me/e3820237

ALEJANDRO MERCADO
Redactor de EL TIEMPO
@AlejoMercado10

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2023-09-09 01:00:00
En la sección: EL TIEMPO.COM – Colombia

Publicado en Colombia