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Detienen a un espía alemán acusado de ser un agente doble que vendía secretos de Estado a Rusia

Detienen a un espía alemán acusado de ser un agente doble que vendía secretos de Estado a Rusia

El presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), Thomas Haldenwang, ya adelantó el pasado mes de octubre que los esfuerzos del espionaje ruso en Alemania se estaban intensificando de manera extraordinaria. «Hoy evaluamos el nivel de espionaje ruso contra Alemania al menos al nivel de la Guerra Fría, si no significativamente más alto», advirtió, al tiempo que anunciaba un manifiesto refuerzo del trabajo de contrainteligencia que acaba de dar esta semana un importante fruto: la detención de un agente doble, empleado del Servicio Federal de Inteligencia alemán (BND) e informante para Rusia.

El ciudadano alemán Carsten L. ha sido detenido en el marco de las investigaciones que está llevando a cabo la Fiscalía General Federal (GBA), con sede en Karlsruhe, que se encarga entre otros de los casos de terrorismo, espionaje o alta traición. La detención fue anunciada a través de un escueto comunicado de prensa de la Fiscalía, en el que informaba también que se habían llevado a cabo registros tanto en la casa y el lugar de trabajo del sospechoso como en el domicilio de otra persona no identificada.

Según el BND, también fueron allanados dos inmuebles pertenecientes al servicio de Inteligencia. «El sospechoso presentó información obtenida en el curso de su actividad profesional a un servicio de Inteligencia ruso», consta en el comunicado.

Carsten L. será acusado de alta traición por haber pasado a un servicio de Inteligencia ruso en el transcurso de este año información que constituye secreto de Estado. De acuerdo con el Código Penal alemán, los secretos de Estado son «hechos, objetos o conocimientos que sólo son accesibles a un grupo limitado de personas y deben mantenerse en secreto de una potencia extranjera para evitar el riesgo de daño grave a la seguridad externa de Alemania».

Discreción

Por consideración a las investigaciones en curso, el BND no comentará públicamente los detalles del caso hasta nuevo aviso, ha justificado su presidente, Bruno Kahl. «La moderación y la discreción son muy importantes en este caso particular. Con Rusia, estamos ante un actor cuya falta de escrúpulos y disposición a usar la violencia debemos tener en cuenta», ha subrayado. Fuentes del BND también han aclarado que el motivo de estas declaraciones podría ser la preocupación por posibles peligros para contactos e informantes del servicio secreto alemán en Rusia, que podrían haber sido traicionados por el presunto espía desde dentro de las filas del servicio de Inteligencia.

Kahl ha enfatizado que cada detalle del proceso que se higa público «significa una ventaja para Rusia con el fin de perjudicar a Alemania». Por tanto, en este caso, el éxito de la investigación depende de «que se haga público lo menos posible hasta que el Ministerio Público haya concluido su investigación». Según el Código Penal alemán, la alta traición puede ser castigada con una pena de prisión de al menos cinco años o cadena perpetua en casos particularmente graves como este. Tal caso existe, por ejemplo, si el perpetrador ha abusado de una posición de responsabilidad que lo coloca bajo una obligación especial de proteger los secretos de Estado.

Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, los servicios alemanes de Inteligencia han elevado sus controles internos

Fueron los propios servicios internos del BND los primeros que sospecharon que un empleado del servicio de Inteligencia alemán trabajaba para una agencia extranjera. Cuando se confirmaron los hallazgos, en el curso de investigaciones internas, se acudió a la GBA en Karlsruhe, que asumió la investigación. «Trabajamos de cerca y en confianza con las autoridades investigadoras para esclarecer a fondo el caso», ha garantizado Kahl, que considera que «se trata quizá de los mayores casos de espionaje en la historia de nuestros servicios secretos». «Si se confirma la sospecha, aquí se ha asestado un golpe importante contra el espionaje ruso», escribió a modo de felicitación en Twitter el ministro federal de Justicia, Marco Buschmann, «esto demuestra lo vigilantes que tenemos que estar».

Alta vigilancia

Lo cierto es que desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, los servicios alemanes de Inteligencia han elevado sus controles internos. El 18 de noviembre, un reservista del Ejército alemán fue condenado a un año y nueve meses de prisión en Düsseldorf por espiar para Rusia. En abril, fue posible asestar un «golpe sensible» a los servicios rusos cuando el Gobierno federal expulsó a 40 funcionarios de la Embajada de Rusia en Berlín, que en realidad trabajaban como espías del Kremlin y fueron desenmascarados por la BfV.

Sin embargo, el hecho de que un empleado del servicio de Inteligencia exterior alemán BND haya estado espiando para Rusia eleva ahora el nivel de espionaje a un nuevo grado de gravedad. La última vez que surgieron sospechas de alta traición por parte de un empleado del BND fue en 2014. El funcionario Markus R. fue detenido por haber espiado para los servicios de inteligencia estadounidenses y haber una cantidad considerable de documentos a los Estados Unidos durante varios años. Fue condenado a ocho años de prisión en 2016.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.abc.es

Publicado el: 2022-12-23 06:34:21
En la sección: Internacional

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