la vía principal no tenía control remoto ni semáforos que funcionaran

En 2017 y bajo el mandato del Gobierno de izquierda radical de Syriza, la empresa ferroviaria estatal griega fue vendida a la empresa italiana ferroviaria Ferrovie dello Stato Italiano Group. La privatización de la compañía fue una de las imposiciones por parte de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional en el memorándum firmado en 2010, en plena crisis financiera. La operación se consideró un éxito para el Erario griego. Alexis Tsipras, entonces primer ministro, llegó a afirmar que, con la venta, «Grecia se ha librado de un enorme peso».

Pero la realidad ha sido otra, y bastante más cruda. Los sindicatos del sector llevan años protestando por el retraso de las obras de modernización de los sistemas de seguridad en toda la red. La línea de trenes entre Atenas y Salónica, las dos ciudades con más habitantes del país y donde se ha producido el fatídico accidente, es la arteria principal de una red ferroviaria que cuenta con sistemas de seguridad de hace tres décadas. Según Vasilis Zanoyannis, portavoz de los trabajadores de Trainose al periódico ‘Kathimeriní’, está línea no cuenta con sistema de control remoto y los semáforos, aunque existen, no funcionan.

A pesar de que era conocida por todos estas carencias y que los sindicatos proclamaran insistentemente que «todos los Gobiernos pasados y también el actual tienen otras prioridades que no son la seguridad de los ciudadanos», las obras llevaban años de retrasos sin que nadie hiciera nada. En declaraciones de ayer por la tarde, el primer ministro griego afirmó que investigarán las razones por las que los trabajos de renovación de los sistemas de seguridad se han retrasado. Según parece, los semáforos y los sistemas de control remoto tendrían que haber sido instalados en 2016. Desde 2018, esta ha sido una de las críticas reiteradas por los sindicatos del sector.

Desde que la gestión de la red ferroviaria está en manos privadas, la prensa griega se ha hecho eco en multitud de ocasiones de la compra por parte de la empresa italiana que gestiona la empresa Trainose de trenes viejos suizos en dudoso estado de mantenimiento.