«Me han presionado hasta el límite para convertirme en un arma contra mi padre»

Para el acusado, según lo señaló en la tarde del lunes en sus redes sociales, con la acusación, «hoy inicia la lucha de mi vida, sabía que la Fiscalía de Barbosa no era de fiar y hoy lo demostraron. Me han presionado hasta el límite con la única intención de convertirme en un arma contra mi padre. Decidí levantarme y no arrodillarme ante el verdugo». Pero otro es el entender de la Fiscalía, tras casi dos meses de espera por el aporte de información de Petro Burgos sobre el origen de los dineros que llegaron a sus manos para la financiación de la campaña presidencial de su padre, Gustavo Petro, y de la cual se habría quedado con una parte y la otra aún se debe verificar si entró o no a la campaña.

Con la radicación de la acusación ante los Juzgados Penales del Circuito Especializado de Barranquilla, el proceso sigue su curso, mientras Petro Burgos mantiene la prisión domiciliaria y el beneficio de moverse por Barranquilla. Así lo explica en penalista y catedrático Francisco Bernate: «Es un paso adelante en el proceso, cumplidos los términos de ley. En este caso, se resuelve en la acusación pues las negociaciones nunca se dieron, no llegó a buen puerto. Presentado el escrito de acusación, le corresponde al juzgado especializado de Barranquilla fijar la fecha de acusación, que se debe definir en lo que queda de este año. Luego empiezan las fases propias del proceso, donde esta esta inicial de la audiencia de acusación, seguida por la audiencia preparatoria y, una vez definidas las pruebas, el inicio del juicio oral. Pero estos juzgados tienen una carga impresionante, por lo cual puede tomar años, unos cuatro o cinco, e inclusive el proceso puede subir a la Corte Suprema, a lo cual le suma unos dos. Lo importante es que, cerrada la etapa de negociación, empieza el proceso».

A pesar de los términos, el tercer abogado de Petro Burgos, Stewing Arteaga se declaró sorprendido por la decisión de la Fiscalía, acusándola de estar politizada y no entender cuál es el apuro si, a su juicio, la negociación sigue en pie. Sin embargo, Arteaga aclaró a Caracol Radio que solo desde hace una semana es el abogado de Nicolás Petro Burgos y «realmente, sobre el punto de qué tanto se avanzó no tengo la mayor información».

Lo enredado del tema llevó a que sus dos abogados anteriores renunciaran a llevar el caso, en especial por cuenta de los vaivenes de Petro Burgos. El primero, Juan Trujillo Cabrera renunció a defenderlo, a finales de julio pasado, cuando Nicolás Petro optó por colaborar con la justicia, a pesar de que inicialmente se había declarado inocente, junto con su hoy expareja Daysuris Vásquez, quien sí continúa colaborando con la justicia. Y hace poco menos de un mes, el 1 de septiembre renunció su otro abogado, David Telasky Ayala, argumentando «motivos de índole personal». Cada cual, con sus motivos, pero lo cierto es que el cambio de abogado ha implicado dilatar el proceso que, de ser una estrategia, la Fiscalía ya le puso un punto final.

Así se cierra una etapa sin mayor impacto político –si ese fuera el interés en tiempos de elecciones municipales y departamentales– pues lo que realmente cambiaría el juego del poder político regional es que Nicolás Petro Burgos cumpla y cuente la realidad de los dineros que recibió para la campaña presidencial. Todavía le queda el principio de oportunidad y tiempo de sobra para llegar a nuevos arreglos. Este es apenas el inicio del culebrón.