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Resistencia bacteriana (III): «Doctor Google», el mal uso y la pandemia aumentaron sabiduría de las bacterias

Resistencia bacteriana (III): «Doctor Google», el mal uso y la pandemia aumentaron sabiduría de las bacterias

«Estamos en una situación incontrolada de automedicación con antibióticos. Se están vendiendo antibióticos hasta en la calle», alerta Juan Félix García, infectólogo pediatra

La vecina te recomienda la amoxicilina para ese dolor de garganta que te hace la vida triste. Te tomas un par, y cuando sientes el antes y el después, la abandonas. ¿Cómo es que se llama el antibiótico que te tomaste para esa molestia al orinar?, le preguntas a tu hermana. Corres a comprarlo, usas las pastillas que consideras necesarias y en el lapso que te parece pertinente. Tú mejoras a medias, pero la bacteria aprende completo.

La automedicación, una indicación errónea y el incumplimiento de las pautas terapéuticas permiten a los microbios organizarse contra sus adversarios. Es como tener informantes que te cuentan qué pasa en el cuartel del ejército enemigo.

«Estamos en una situación incontrolada de automedicación con antibióticos. Se están vendiendo antibióticos hasta en la calle», alerta Juan Félix García, infectólogo pediatra. Si tienen o no el principio activo, poco parece importar.

García explica que la mayoría de las infecciones infantiles son causadas por virus, pero las familias las abordan con antibióticos por ignorancia o temor. «La enfermedad respiratoria en la mayor parte de los casos es viral, y sin embargo, el paciente va a consulta y sale con indicación de antibiótico», plantea.

La mayoría de las personas con dolor de oído se automedican, «y la automedicación pasa por el uso del antibiótico, porque es como si el antibiótico quitara el dolor de oído, quitara la fiebre, quitara todo el malestar». Esa molestia es producto de los virus, mas se contrarrestra con antibióticos.

En casos de infección urinaria «la familia decide, en casa, que se debe tratar con antibiótico; va a una farmacia, o a un sitio de dispensación de medicamentos, y pregunta qué es bueno para la orina, y le dan un producto», relata García. «Si existen pautas para el uso racional de los antibióticos, ante un niño que tenga fiebre y molestia para orinar se debe recurrir al examen de orina». Esto no es más que una ilusión, porque en los hechos no hay chequeo médico ni pruebas diagnósticas. Si el paciente mejora, a los dos días «papá o mamá suspenden el tratamiento, aunque el antibiótico se debe usar por 10 días».

El infectólogo pediatra lamenta que se imponga el «doctor Google», la búsqueda de información por internet que no es completa ni formal. Ejemplo de ello es lo que sucede con las diarreas: «La mayoría son virales y duran dos o tres días, pero la familia decide utilizar el antibiótico» aunque no es necesario. «

La pandemia: un golpe de suerte

La pandemia fue un golpe de suerte para las bacterias. «No sabíamos cómo tratar a los pacientes con COVID-19. Eso generó investigación en medicamentos que ya estaban aprobados. Esa es una estrategia de salud pública: tomas los antibióticos que ya están aprobados para ampliar sus indicaciones», señala Patricia Valenzuela, presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología. Se probó con la azitromicina y se encontró que no dio resultados.

Pero en 20% de pacientes con COVID-19 que se hospitalizaban porque necesitan oxígeno, y en 10% que pasó a terapia intensiva, «se comenzó a usar antibióticos porque se pensaba que ese deterioro podría ser por una infección del ambiente hospitalario, y se hizo sin tener la evidencia microbiológica». Eso ocurrió en Venezuela y en el mundo. Valenzuela no lo justifica, pero entiende que, ante la incertidumbre, era muy difícil tomar la decisión de dejar a los pacientes sin tratamiento.

En menos de 15% de los casos había coinfección con bacterias, recuerda el infectólogo Santiago Bacci. «Tratamos de difundir que no se se usaran los antibióticos para una infección viral, pero no lo logramos».

“Las tasas de infección asociadas a dispositivos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) aumentó, especialmente la neumonía asociada a ventilador; pero también creció la resistencia bacteriana, sobre todo de Klebsiella pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa, asociadas al uso de antibióticos y a la mayor necesidad de ventilación mecánica”, explica el doctor Roncancio.

Esa resistencia impacta en la mortalidad. “Algunos estudios señalan que hasta el 50% de los pacientes con infección grave por SARS-CoV-2 han fallecido en los hospitales por causa de resistencia bacteriana y no necesariamente por la infección por la COVID-19”, recuerda el doctor Gustavo Roncancio, especialista en enfermedades infecciosas, investigador asociado del Grupo de Investigación en Microbiología Básica y Aplicada (Microba) de la Universidad de Antioquia, en una nota de la OPS.

https://www.paho.org/es/noticias/17-11-2021-impacto-covid-19-resistencia-antimicrobiana#:~:text=Esa%20resistencia%20impacta%20en%20la,COVID%2D19%E2%80%9D%2C%20recuerda.

El boca a boca le ha quitado peso a estos medicamentos. «La gente piensa que fiebre es igual a antibióticos, aunque los antibióticos no les hacen nada a los virus», reitera. Estas palabras suelen caer en saco roto.

Se necesitaba -y formalmente se necesita- récipe médico para adquirir antibióticos, explica María Eugenia Landaeta, infectóloga y jefa del servicio de infectología del Hospital Universitario de Caracas. «Pero con los delivery y con los cambios que hubo en pandemia es posible comprar el fármaco sin récipe».

En equipo y con la cabeza puesta

Valenzuela remarca que todos debemos colaborar para combatir la resistencia bacteriana. «Va desde la manera de hacer agricultura, de producir en las granjas y la ganadería; el pollo, los animales de granja. Hay que educar a las personas para no caer en la automedicación, respetar la dosis y el tiempo que se manda el antibiótico. Eso es por algo».

Entre los médicos el trabajo en equipo siempre será más fructífero. «Eres neumonólogo, pero llama al infectólogo para saber qué hacer. O el cirujano, traumatólogo, urólogo pueden hacer equipo con el infectólogo para un mejor abordaje»

Las infecciones virales «no se tratan con antibióticos ni por si acaso: ni dengue, ni influenza, ni COVID-19, enfatiza Landaeta.»Esa idea de antibióticos por si acaso hay que desterrarla de la mente». Las dosis deben ser las adecuadas, al igual que el tiempo de tratamiento.

Fuente de TenemosNoticias.com: contrapunto.com

Publicado el: 2023-11-25 00:01:00
En la sección: Nacional – Contrapunto.com

Publicado en Nacionales

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