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«Mi primera noche en prisin no dorm y llor» | elmundo.es

"Mi primera noche en prisin no dorm y llor"

Actualizado

Menores migrantes, juzgados y encarcelados como adultos a su llegada a las costas de Italia

Un barco abandonado en una playa de Sicilia despus de transportar a migrantes y refugiados.KATE STANWORTH

Cuando Musa, de 16 aos, lleg a tierra despus de un peligroso periplo por el Mediterrneo pas su primera noche en prisin. «No pude dormir aquella noche. Llor mucho porque era la primera vez que estaba en la crcel. Y ni siquiera saba por qu estaba all», recuerda. Su viaje haba comenzado antes, en Senegal, atravesando frica hasta Libia para desde all intentar llegar a Europa. Lo consigui, pero el alivio de saberse por fin a salvo pronto mud en una traumtica experiencia que aun hoy revive con pesadumbre cuando lo entrevistamos en Ballar, un cntrico y multicultural distrito de Palermo.

«Esto no puede ser. He llegado a Italia y termino directamente en una celda. Slo tengo 16 aos», pens aquella noche. Europa no era como la haba soado este joven con la inocencia intacta. Era agosto de 2015. Musa -cuyo nombre real ocultamos para proteger su identidad- pasara dos aos en la crcel, acusado de trfico de personas. Y todo pese a que era menor de edad y no tena que estar all.

«Cuando me detuvieron, no saba nada. Estaba en el puerto, con mis amigos, intentando tomar un autobs. Una persona se me acerc. En italiano, me dijo: ‘Ciao’. Le intent responder en francs, pero no nos pudimos entender», relata. «Vinieron otras tres personas y me preguntaron: ‘De dnde eres?’. Les dije: ‘De Senegal’. Me preguntaron cuntos aos tena. Les dije: ‘Tengo 16, nac el 12 de abril de 1999’. Me dijeron que les acompaara. Me tomaron fotos y me introdujeron en un coche. El viaje dur ms de dos horas y cuando me llevaron a una oficina, no saba qu tipo de sitio era ni con quin hablaba», rememora sobre el ‘shock’ que supuso su llegada y detencin en la isla de Sicilia.

La polica municipal le interrog y trajeron una traductora de francs para explicarle que dos personas le haban acusado de conducir el bote que llev al grupo de migrantes hasta Italia. «Puedo verles?», pregunt Musa. Le dijeron que no. «Pero… es la primera vez que he estado en contacto con el mar. No soy un capitn. No s navegar… En Senegal yo era estudiante, nunca he estado en una playa», se excus. Pas toda la noche en el interrogatorio. A la maana siguiente, lo llevaron a prisin. «No saba que me llevaban a la crcel. Ni siquiera lo saba cuando entr. Pens que era un centro de recepcin». Tard en darse cuenta de que estaba entre rejas: «Cuando pasaron dos das y vi que siempre cerraban con llave la puerta tras de m».

El caso de Musa no es el nico. En la ltima dcada, ms de 2.500 migrantes han sido detenidos en Italia bajo cargos de «trfico de personas» y «ayuda a la inmigracin ilegal», delitos que pueden acarrear largas penas de hasta 20 aos de crcel. La mayora de estas personas no forman parte de ninguna mafia o red ilegal: son simples migrantes que slo suean con un futuro mejor o refugiados en busca de un lugar donde vivir en paz. La ONG Arci Porco Rosso, con sede en Palermo, denuncia que cientos de personas inocentes estn encarceladas esperando juicio y que Italia utiliza las leyes contra el trfico de personas para criminalizar a simples migrantes y refugiados en un intento de usarlos como cabezas de turco.

«El delito bsico del que se acusa a los conductores de embarcaciones es el artculo 12 de la Ley de Inmigracin, que castiga a cualquiera que favorezca la entrada irregular de inmigrantes de cualquier manera. La idea es que al conducir la embarcacin se est favoreciendo esta entrada ilegal y por tanto infringiendo el art. 12», explica Maria Giulia Fava, asesora legal que ha investigado estos casos. «Dependiendo de lo que suceda durante el viaje, si hay muertes, violencia, tambin pueden ser acusados de homicidio, masacre… Tambin pueden ser acusados de asociacin para delinquir, si la Fiscala sostiene que forman parte de una organizacin de contrabando», aade.

Aunque reconoce que en Palermo la cifra de menores encarcelados por este motivo no es muy alta, ha encontrado varios casos impactantes. «Nos encontramos con muchos tipos diferentes de historias. Por ejemplo, los menores que no son reconocidos como tales [por las autoridades] y tienen que luchar, como Musa, para serlo. Hallan grandes dificultades porque eso les permite caer en un sistema jurdico diferente al de los adultos, que es menos punitivo», dice la abogada.

Preguntado por EL MUNDO, el Ministerio de Justicia italiano responde que no puede proveer informacin sobre juicios o detenciones. Pero s facilita datos sobre cuntas personas estn cumpliendo crcel por cargos de trfico de personas. Son 952 presos, de los cuales 562 tienen condenas en firme, a fecha de 22 de marzo de 2022.

Cheij Sene, activista senegal
Cheij Sene, activista senegals que pas dos aos en la crcel, en Palermo.KATE STANWORTH

‘Salv las vidas de esa gente’

Cheij Sene estuvo dos aos en la crcel acusado de conducir el bote que le trajo a l y a un puado de migrantes a la costa italiana. Cheij era pescador en su Senegal natal y asegura que esa experiencia le ayud a salvar vidas cuando tuvo que ponerse a los mandos de la patera con la que atravesaron el Mediterrneo. «Salv las vidas de esa gente. No tuvimos otra opcin», afirma. Tras su paso por la crcel, la vida de Cheij es hoy distinta: se dedica al activismo dentro de la comunidad migrante en Palermo. «Ahora slo quiero luchar por la libertad y los derechos de otros migrantes que estn injustamente encarcelados».

A Musa no le permitieron llamar a su familia en Senegal en nueve meses. Fue juzgado como adulto y condenado por trfico de personas. Su apelacin lleg en la primavera de 2017. Cuando fue presentado ante el juez, ste rechaz procesarle. «Esta persona es menor de edad y yo no soy juez de menores», dijo. Le llevaron de vuelta a la crcel y tres das despus, un guardia le condujo hasta la puerta: «Hoy te tienes que ir a casa». Musa respondi desconcertado: «Qu quiere decir? A casa, dnde?». Cerraron la puerta tras l. Con una bolsa de basura negra en la que llevaba sus pocas pertenencias, encontr un campamento donde otros migrantes le ayudaron. Hoy vive en Cefalu, un turstico pueblecito cerca de Palermo, donde trabaja como cocinero en un hotel. Tras pasar dos aos en la crcel, todava hoy espera una decisin judicial sobre su apelacin. El trauma de vivir con esa incertidumbre acecha sus das.

* Este reportaje forma parte de Lost in Europe, un proyecto periodstico transfronterizo financiado por Investigative Journalism for Europe (IJ4EU) que investiga la desaparicin de menores migrantes en Europa

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2022-08-21 17:12:29
En la sección: Internacional // elmundo

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