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Óscar 2023: se estrena Los espíritus de la isla con Colin Farrell – Cine y Tv – Cultura

Óscar 2023: se estrena Los espíritus de la isla con Colin Farrell - Cine y Tv - Cultura

La amistad de Colin Farrell y Brendan Gleeson trasciende la pantalla; se parecen: son estupendos actores con una idea compleja de su labor, son comprometidos con lo que hacen y se ríen sin pudor el uno del otro. Su primer encuentro fue por allá en el 2007 cuando coincidieron en Perdidos en Brujas (In Bruges), con la dirección de Martin McDonagh, una comedia de criminales en la que compartieron todo su humor negro dentro y fuera del set. Quince años más tarde se vuelven a encontrar en una tragicomedia (más dramática que otra cosa), plena de cinismo en el ocaso de una amistad y con el trasfondo de una guerra civil: Los espíritus de la isla (The Banshees of Inisherin).

(Le sugerimos: ‘Encanto’ ganó los tres Grammy a los que aspiraba, en la ceremonia pretelevisada)

«Me interesaba poner ese espejo de la guerra civil mientras vemos cómo una simple disputa entre dos hombres puede agrandarse en algo cada vez peor», comentó el director y guionista a la agencia Efe sobre la película que se estrena en Colombia el jueves 2 de febrero, que opta por nueve premios Óscar en las categorías principales y que fue la gran ganadora de los pasados Globos de Oro.

Colin Farrell y Brendan Gleeson en la película de Martin McDonagh.

Foto:

Searchlight Pictures

No se puede avanzar mucho de lo que sucede en Los espíritus de la isla entre Pádraic Súilleabháin (Farrell) y Colm Doherty (Gleeson), el primero un hombre del campo, dulce e ingenuo, y el segundo, un hombre preparado y prestigioso compositor e intérprete del violín, que son amigos desde hace décadas hasta que Colm decide dejarle de hablar a Pádraic sin mayores explicaciones, justificando que no quiere seguir siendo su amigo. El fin de la amistad pone en jaque no solamente a Pádraic, sino al pequeño pueblo y acaba en una serie de situaciones inverosímiles y atroces, tal como la guerra que sacude a Irlanda en esos años 20 y que mantiene en vilo a los pobladores que escuchan las explosiones a lo lejos.

Colin Farrell (La langosta, The Batman) y Brendan Gleeson (la saga de Harry Potter y Calvary) , irlandeses de pura cepa, conversaron acerca de su amistad y de la importancia que tuvo para los personajes de la película.

Han trabajado juntos en dos películas. ¿Fue instantánea la conexión entre ustedes?

Brendan Gleeson (B.G.): Sí. Nos conocimos en un hotel de Chelsea. Llegué y tenían un guion en el que estaba muy interesado, y quería hablar con Colin, nos reunimos y fue algo que se dio muy rápido, al menos eso pensé yo. Recuerdo haber pensado: ‘Este tipo es impresionante’. Y no fue al azar, había algo, un valor agregado de alguna manera: estábamos en la misma escena y era genial porque no había ningún tipo de exigencia.

La verdad, nos hemos visto en pocas ocasiones a lo largo de los años…
Colin Farrell (C.F.): Es una relación que no necesita una explicación, ni entender por qué, ni cómo o lo que sea, simplemente se dio. Me han preguntado si existía algún código entre nosotros en Los espíritus de la isla, después de todo el tiempo que pasamos en Perdidos en Brujas y me di cuenta de que sí teníamos un código basado en absolutamente nada más que un tipo de relación elemental, sabes. Lo cual es encantador.

Los diálogos son geniales, cosas como ‘Él no está aquí así que me siento cómodo diciendo esto una barbaridad suya’…

C. F.: eso es así, incluso, por fuera del set.
B. G.: déjame decirte que estaría encantado de decirlo delante de ti también…
C. F.: Y a mí no me soprendería escuchar lo que fuera.

¡Exacto! Hay algo de eso que les gustaría compartir, es decir, ¿de alguna manera se sorprendieron con este reencuentro mágico en la pantalla?

C. F.: He trabajado con muchos actores increíbles, de verdad que son actores increíbles, pero no sientes que se nutren de ti en la forma que tu sientes que nutres de ellos. Eso es todo. Sabes a lo que me refiero, ¿verdad? Y honestamente, yo me preparo y planeo cosas de antemano, y me pregunto qué pasa con eso o si tal vez tomo esta dirección y pienso lo que sucedería si voy a llevar esto a la escena, y todas esas tonterías… Todo eso puede salir volando por la ventana, a veces lo aplicas, pero siempre hay que estar abierto al cambio, y estar abierto el cambio es ser afectado e informado por lo que la otra persona está haciendo. Y dicho eso, Brendan es simplemente la mejor pareja de baile del mundo.

B. G.: (se ríe a carcajadas)

C. F.: Es verdad, siento que me observa y se nutre de mí y sé que lo observo y me nutro de él, así que somos una dupla muy atenta de lo que está sucediendo.

Brendan Gleeson  es famoso por la saga de Harry Potter y por su papel en la cinta ‘Calvary’.

Foto:

Searchlight Pictures

B. G.: Sí, quiero decir que tienes que aprender cómo hacerlo por tu cuenta porque otras personas no lo harán, no puedes depender de ello, pero para mí es la única manera de trabajar. Y cuando encuentras a alguien que tiene la misma mentalidad es fantástico. Solo nos miramos mutuamente en una de las escenas y dije: ‘Necesitamos mantener la distancia entre los do’, posiblemente sea lo mejor y eso duró, yo diría, como segundo y medio. Los dos dijimos al unísono: ‘en realidad, no, no hace falta’. Y nos dimos un abrazo.

C. F.: Yo realmente estaba un poco nervioso cuando leí el guion de Los espíritus… porque pensé que había pasado un tiempo. Leer los diálogos de Brendan es muy divertido y es más divertido verlos después, pero hay algo en el medio, cuando le das vida a esos momentos que no siempre son divertidas, o no tanto, a veces te ponen en rincones oscuros y te piden que busque la manera de salir de ellos con honestidad, así que yo no estaba seguro de cómo lograrlo y sé como Brendan se mete en su papel y cuánta integridad tiene cuando se involucra con el material, así que pensé: ‘tal vez él nos guíe’. Creo que él lo sacó a relucir pensando en que yo lo necesitaría. Trabajamos desde un lugar tranquilo.

B. G. : No es que no lo hagas, es que te tomas tu tiempo, te das tu espacio en el escenario.

C. F.: si, he hecho había días en que no conversábamos mucho. No dejamos de hablarnos porque los personajes no lo hacían, nada de eso, es solo que a veces te alejas de manera natural porque estás en la esquina tratando de hacer la escena, ponerte en situación y todo eso.

La película se rodó en una remota isla irlandesa.

Foto:

Searchlight Pictures

B. G.: yo también diría que había una cierta disposición con Martin (el director). Por ejemplo, él tenía una idea muy clara de lo que tenía en mente, pero también busca actores que sabe que aportaran ciertos elementos que quizás no están en la historia, siempre deja un espacio para que sean incluidos. Es posible que llegado el momento sean el camino a seguir, así que hay cierto margen de maniobra, por eso cuando se reexamina el trabajo, me encanta poder decir quiero probar algo que me enfoque por un camino ligeramente diferente. Así que solo te sales de la pista y vas descendiendo por la cuesta y cada vez estás en el mismo tobogán.

Háblenos de las locaciones, a primera vista parece un wéstern irlandés, enmarcado en unos paisajes hermosos.

C. F.: Fue mágico.

B. G.: Creo que Martin planteó esta película como un wéstern, estamos en el oeste de Irlanda, así que es muy apropiado, pero es la cantidad de diálogos emocionales, las palabras en sí las que marcan la diferencia, son las que jamás encontrarás en un wéstern (risas). Así que no hay duda de que tiene aspectos del género: la amplitud y severidad de la implacable naturaleza del paisaje, es realmente duro ganarse la vida en estas tierras, no puedes comer paisaje como dicen.

C. F.: creo que he tenido dos experiencias grandiosas en mi vida, una personalmente física y la otra topográficamente física. Los espíritus… es topográficamente física, en el pasado tuve que subir mucho de peso, ahí fue la física. En 20 años viví esas dos ocasiones en las que sentí que cuando decían corte al final del día y regresaba a la habitación del hotel no dejaba la película atrás, que no dejaba el set. Y por eso fue extraordinario estar rodeado de gente como Brendan, sentir que en estos dos meses y medio de verano en el oeste seguía viviendo la historia aun cuando no estaba rodando. Me quede en una casa de campo, vivía solo, era un paraíso, la vida era muy sencilla, el trabajo era estupendo, me acostaba a las 9:30 de la noche al finalizar y me entusiasmaba el trabajo al día siguiente y lo que íbamos a estar explorando. Era una dicha.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2023-02-06 10:24:37
En la sección: EL TIEMPO.COM – Cultura

Publicado en Cultura