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ya paga 1 billón en intereses, más de lo que gasta en Defensa

ya paga 1 billón en intereses, más de lo que gasta en Defensa

EEUU está ante un verdadero problema con su deuda. El país norteamericano ha acudido a la misma de forma agresiva para mantener su gasto público a pleno pulmón e impulsar su economía. Un sólido crecimiento ha permitido que los niveles pasivo no se extiendan de forma crítica, pero EEUU ya está pagando esta ‘fiesta de la deuda’, que ha venido de la mano de unos tipos de interés desatados. El país norteamericano ahora está pagando cerca de 1 billón de dólares al año solo en intereses de la deuda, siendo este el segundo mayor gasto de todo su presupuesto, superando incluso al coste de Defensa.

Los últimos datos de la Reserva Federal muestran que el gobierno ya se deja 1,026 billones de dólares en pago de intereses. Es decir, solo en hacer frente a estas facturas, la Casa Blanca se deja casi cuatro veces el PIB de Portugal y cinco veces el de Grecia. Respecto a su evolución, el país ha duplicado esta partida respecto a los mínimos de 2021, donde apenas suponía 500.000 millones de dólares en un avance incontenible. En enero de 2022 estos costes apenas suponían 635.000 millones y a comienzos de 2023 ya estaba en los 873.000 millones. Sin embargo, a pesar de que la negociación del techo de la deuda de EEUU puso este problema en el foco político, la realidad es que estas alzas han sido incontenibles. Los mercados temen que Washington destine cada vez más de su presupuesto solo a ponerse al día con sus acreedores y su economía acabe lastrada por ese peso.

Actualmente, de los 6,1 billones de gasto realizado en 2023, el pago de la deuda supone ya el segundo mayor gasto de todo el presupuesto solo por detrás de lo que se invierte en Seguridad Social (1,4 billones, el 21% del presupuesto). Sin embargo, el hambre de deuda y unos tipos de interés altos durante un periodo largo de tiempo podrían provocar que ascendiera al principal gasto de la potencia mundial. Sin embargo, incluso quedándose en las cifras actuales, el pago de intereses ya ha superado a partidas que parecían imbatibles, como el presupuesto de Defensa de EEUU, que está en el entorno de los 816.700 millones de dólares.

No solo se trata de los máximos históricos del país norteamericano, que sostenidamente profundiza en ellos desde 2021, sino que supone un desafío que ha llamado la atención de todos los expertos y las agencias calificadoras de deuda. En ese sentido Fitch rebajó por sorpresa este verano la calificación de triple A hasta AA+ en una decisión sin precedentes. El motivo principal que esgrimía ya por aquel entonces era cómo la carga de deuda del gobierno estaba poniendo en riesgo su economía. «Los tipos de interés más altos y el aumento de los volúmenes de deuda aumentarán la carga de intereses, mientras que la población envejece» y crecen otro tipo de costes públicos como «la atención médica».

El país ha vivido durante estos años uno de los mayores déficits de su historia para hacer frente primero al covid y posteriormente para reactivar su economía a través de un potente programa de gasto público. A pesar de que este gasto extraordinario se ha ido diluyendo con el paso de los años, el déficit se ha mantenido en niveles altos en 2023 debido a unos menores ingresos (una caída del 3,6% del PIB) tras un 2022 muy bueno. Sin embargo, a pesar de que los grandes programas de gasto han caído, este se ha mantenido en buena medida por golpes extraordinarios como el gasto de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos tras la crisis bancaria, que obligó a asegurar una línea de liquidez ante los colapsos de la banca regional. Esto se suma a los mayores costes de deuda que ya están emergiendo en los presupuestos tras una emisión de deuda imparable y unos mayores tipos.

Y este déficit no ha llegado precisamente en un buen momento. La Reserva Federal empezó con las subidas de tipos en 2022 pero la mayor parte del endurecimiento se dio en 2023. Con 525 puntos más en solo un año y medio, la institución monetaria ha llevado el precio del dinero al rango de 5,25% a 5,5% en uno de los ciclos más agresivos de su historia. De este modo, el banco central buscaba enfriar la economía para detener la inflación.

Ahora lleva tras seis meses con el ‘precio del dinero’ en lo más alto, esto supone un verdadero coste adicional para que el gobierno pueda endeudarse. Además, con los buenos datos del PIB y mercado laboral, los mercados están cada vez más resignados con unos tipos altos durante más tiempo. La salud económica de EEUU permite al presidente de la institución monetaria, Jerome Powell, mantenerse en esta zona para asegurarse de vencer la inflación sin temer una recesión o grandes consecuencias económicas.

Y mientras pedir más dinero se ha vuelto mucho más caro, EEUU ha procedido a uno de los mayores endeudamientos de su historia. La deuda pública federal se encontraba en los 28,1 billones de dólares en 2021 y, desde entonces, no ha dejado de subir hasta los 34 billones actuales. Es decir, su pasivo se ha incrementado un 17,9% en los dos años en los que era más caro hacerlo. A diciembre de 2023 la deuda total de Estados Unidos ya supone el 124% de su PIB.

El ex secretario de la cámara de Comercio Peter George Peterson explica en un reciente informe que «el aumento de los tipos de interés por parte de la Fed encarece los costes de endeudamiento» y «a pesar de que EEUU se endeudó a coste muy barato durante la pandemia, la situación ahora ha cambiado con los movimientos (del banco central)». En resumen, gracias a los mismos, «el crecimiento del coste de los intereses se ha convertido en una preocupación troncal» e incluso con las bajadas de tipos, «las previsiones de la CBO (Oficina de Presupuestos del Congreso) apuntan a que EEUU tendrá que pagar 71 billones de dólares en los próximos 30 años».

Respecto a lo que hay detrás de estas cifras, esto significa que estar al día con los acreedores se convertiría, de facto, en el gasto número 1 de la Casa Blanca, con cerca del 35% de todos los ingresos federales dedicados a este objetivo. La Seguridad Social y el gasto en defensa tendrían un rol secundario en las próximas décadas, obligando a los sucesivos gobiernos a focalizar su atención en esta partida y renunciando a inversiones adicionales que desarrollen su economía.

También ha mostrado su preocupación Brian Moynihan, CEO de Bank of America, que ha definido esta situación como «la crisis más predecible que jamás se haya vivido». Por su parte, Jamie Dimon, presidente de JP Morgan, también ha hablado al respecto del tema alegando que si la situación sigue en esta dirección «va a acabar en una rebelión global por la deuda». El propio presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó que hay un serio problema con los niveles actuales en una reciente entrevista con la CBS, alertando de que «ya es hora de tener una conversación entre adultos sobre cómo lograr que el gobierno federal vuelva a tener una política fiscal sostenible».

‘Aluvión’ de vencimientos

Sin embargo, el enorme incremento de la deuda puede vivir su batalla más complicada este 2024. El motivo es que el Gobierno de EEUU se encuentra con que el 31% de toda su deuda toca a su fin en 2024. Es decir, Washington tiene que pagar de golpe 7,6 billones de dólares, según datos de Apollo. No se veía una oleada de vencimientos tan grande desde el año 2021, cuando gracias a unos tipos más bajos se pudo asumir con tranquilidad el pago. Ahora la situación es diferente y, con los tipos de interés muy elevados, si EEUU quiere acudir al mercado de deuda para asumir el pago de los créditos que tocan a su fin, deberá hacerlo a un mayor precio. Todo esto mientras financia también un déficit de 1,5 billones de dólares para el año 2024, según las estimaciones del CBO.

Desde Goldman Sachs explican que esta situación puede hacer entrar al país en un bucle. Candice Tse, analista de la firma norteamericana explica que el desafío, más allá del corto plazo, es salir de la espiral de déficit que puede acabar asfixiando a la salud económica del país. «La sostenibilidad de su deuda se ha visto en riesgo en los últimos tres años con los enormes déficits que se han visto desde 2020″. Sin embargo, esto solo ha puesto de manifiesto una realidad que EEUU lleva viviendo desde hace 20 años, «el país vive estacionado en el déficit».

Desde el año 2000, la república norteamericana solo se ha anotado dos superávits mientras que desde 2002 siempre ha incurrido en más gastos que ingresos. A pesar de que no son comparables a los 3,1 billones de déficit de 2020, los 2,75 billones de 2021, los 1,37 billones de 2022 y los 1,7 billones de 2023, la realidad es que «tan solo ha habido cinco superávits presupuestarios en los últimos 50 años», señalan desde Goldman. En ese sentido, esta tendencia «creciente» es el factor clave para explicar la situación actual de deuda en la que se ha encontrado el país.

El déficit seguirá

Tse insiste en que, viendo los gastos de la administración pública y las proyecciones oficiales «lo más probable es que estas brechas presupuestarias solo empeoren en el futuro». La experta se adhiere a las estimaciones del CBO, que creen que EEUU tendrá un déficit de entre el 5,8% y el 10% del PIB durante los próximos treinta años. «Compartimos la preocupación que existe por esta situación pues creemos que la salud financiera del país quedará dañada por una elevada y creciente carga de deuda». Los expertos de Goldman concluyen que «cuantos más recursos haya que dedicar al pago de intereses menos inversiones en crecimiento productivo habrá».

Desde Morgan Stanley alertan de un «círculo vicioso» de déficit si la Fed sigue con los tipos altos más tiempo. «EEUU seguirá pagando más para financiar la deuda, lo que hará cada vez más complicado que los reduzca». En ese sentido remarca que, con «la deuda más alta de la historia desde la Segunda Guerra Mundial», creen que «el gasto en intereses podría duplicarse la próxima década y la oferta de la demanda (en la emisión de bonos) podría ser cada vez más desequilibrada para el mercado del Tesoro».

Por su parte desde SwissRe remarcan que también creen que la tendencia no tendrá un cambio en el corto y medio plazo. «En los próximos años, la emisión de deuda estadounidense aumentará drásticamente para cubrir las crecientes necesidades de gasto y los mayores gastos por intereses». A pesar de que no ven una situación «insostenible», Mahir Rasheed, economista senior de la firma remarca que «hay gastos estructurales que van a seguir en aumento (jubilaciones)». Sin embargo, el reinado mundial del dólar ofrece a EEUU «flexibilidad para abordar sus preocupaciones crediticias, dado que tienen el ‘ancla monetaria’ más segura de todos los mercados, lo que le ofrece estabilidad ante riesgos inesperados».

Queda por ver si EEUU es capaz de detener la escalada de su deuda gracias a un PIB en crecimiento y un mayor control del gasto. Desde la propia Casa Blanca quieren llegar a un acuerdo presupuestario que recorte el déficit nuevamente hasta los 1,59 billones de dólares. En cualquier caso, este se perfila como el gran desafío que puede marcar por completo el desarrollo de la economía más grande del mundo.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2024-02-13 22:38:01
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas

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