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Cinco escritoras que triunfaron con seudónimo masculino

Cinco escritoras que triunfaron con seudónimo masculino

Hasta hace poco solo se ha contado la mitad de la historia de la humanidad: nos ha faltado la mujer. Este silencio se ha extendido a todos los ámbitos del pasado, incluso a la historia de la literatura, a pesar del importantísimo aporte que han realizado las mujeres escritoras en todas las épocas. Debido al rechazo social y otros límites que imposibilitaban la labor de las mujeres más allá de la esfera del hogar, muchas se vieron obligadas a utilizar nombres falsos masculinos para poder publicar con un mínimo de posibilidades sus obras. 

Mary Anne Evans (George Eliot) por François D’Albert DuradeWikimedia

George Eliot = Mary Anne Evans

Una de las figuras clave en la Inglaterra del siglo XIX, Mary Anne Evans (1819-1880), adoptó el seudónimo masculino de George Eliot por razones similares a las de muchas contemporáneas: ser tomada en serio como escritora. De su obra Middlemarch: un estudio de la vida en provincias (1872) se ha llegado a decir que es la novela más importante de la literatura inglesa.

Eliot desarrolló también una prolífica actividad en el mundo intelectual de su época, como editora de la revista Westminster Review, y se rebeló contra la moral establecida: durante veinticuatro años, vivió con el filósofo y crítico George Henry Lewes, que estaba casado. El escándalo social pudo haber influido en la decisión de ocultar su verdadero nombre.

Su virtuosa pluma se apoyaba en una incansable dedicación al estudio de la literatura y la insaciable curiosidad que hacían de ella una lectora voraz. Lejos de seguir los cánones reservados a las mujeres victorianas, a Mary Anne le interesaba más Shakespeare y la mejora de su escritura, la cual plasmó en siete novelas, una docena de obras poéticas y otros trabajos literarios en los que se pueden leer sus temas más característicos: el realismo, las intuiciones psicológicas y un ambiente rural tal y como ella misma conoció al criarse en la Inglaterra provincial.  

J. K. Rowling en 2010Daniel Ogren / Wikimedia

Robert Galbraith = J. K. Rowling

Pues sí, la escritora más famosa y rica de nuestros días también usa un seudónimo masculino. Robert Galbraith es el nombre con que publica los libros protagonizados por el detective Cormoran Strike, que se inauguró con El canto del cuco (2013) y al que han seguido otros dos títulos, El gusano de seda (2014) y El oficio del mal (2015).

Claro que el motivo de este pseudónimo difiere del caso anterior: lo decidió así para iniciar una serie sin sentir el peso del éxito mundial de Harry Potter, aunque su verdadera identidad no tardó en filtrarse. Aunque también es cierto que la firma con las iniciales J. K. y no con su nombre, Joanne, fue otra manera de esconder su sexo por indicación de su editor, quien creyó que una novela de magia no tendría éxito si el autor era una mujer.

Karen Blixen en 1957Wikimedia

Isak Dinesen  = Karen Blixen

Siempre será recordada como la autora de Memorias de África (1937), pero la danesa Karen Blixen (1885-1962) ya había revolucionado la vida literaria tres años antes con la publicación en Estados Unidos de su primer libro: Siete cuentos góticos. En contra de la opinión de su editor, insistió en firmarlo como Isak Dinesen.

Isak era el nombre del personaje bíblico, y Dinesen, su apellido de soltera. Blixen también publicó bajo los seudónimos de Pierre Andrézel y Peter Lawless obras que consideraba menores. Esta abundancia de alias no significaba que huyera de la fama: una vez fue reconocida como escritora, disfrutó de ella al máximo.

De todos modos, continuó usando el nom de plume Isak Dinesen para sus narraciones, que escribía primero en danés y luego en inglés.

Retrato de la escritora y novelista Cecilia Böhl de Faber (1796-1877) por Valeriano Domínguez Bécquer.Wikimedia

Fernán Caballero = Cecilia Böhl de Faber

De no ser por su biografía tan agitada, Cecilia Böhl de Faber (1796-1877) no habría considerado sacar a la luz las obras que había escrito durante toda su vida.

Tras enviudar de un militar y un marqués, en 1849 publicó por entregas La gaviota para contribuir a la economía familiar, ya que su tercer marido, el pintor Antonio Arrom de Ayala, no podía trabajar debido a la tuberculosis.

El alias llegó como un modo de asegurarse la difusión, y también como precaución para protegerse de su padre, que consideraba a las mujeres inútiles para el trabajo intelectual. La gaviota fue el principio de una fructífera carrera, considerada la puerta de entrada de la novela española en el realismo decimonónico.

Retrato de Amandine Aurore Lucile Dupin por Eugène DelacroixWikimedia

George Sand = Amandine Aurore Lucile Dupin

Famosa por su relación con Chopin,  Amandine Aurore Lucile Dupin, baronesa de Dudevant (1804-1876), tuvo una vida muy intensa. El sobrenombre lo tomó después de publicar la novela Rosa y blanco (1831), escrita a medias con su entonces amante Jules Sandeau. La firma escogida, J. Sand, evolucionaría a George Sand.

Su carrera literaria abarcó sesenta novelas, treinta obras de teatro y cincuenta cuentos, además de una abundante correspondencia con Flaubert, Balzac, Chateaubriand, Mérimée o Alfred de Musset, estos dos últimos también parejas suyas.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.es

Publicado el: 2023-10-16 12:34:45
En la sección: Muy Interesante

Publicado en Humor y Curiosidades