En vida fascinaba tanto con su belleza que su brutal asesinato lo hace aún más horrible. Por su crueldad despiadada y su sangriento sadismo, el crimen de la modelo Abby Choi conmociona estos días a Hong Kong. Como si estuvieran viendo una película de terror gore, los hongkoneses descubren cada jornada escabrosos detalles sobre la muerte de Abby Choi. Esta modelo de 28 años, y madre de cuatro hijos, desapareció el 21 de febrero tras ser vista por última vez en su edificio de lujo de Kadoorie Hill, donde su exmarido, Alex Kwong, y su antigua familia política tienen otro piso.
Tras denunciarse su desaparición, la Policía descubrió gracias a las cámaras de seguridad que se había subido a una furgoneta conducida por el hermano de su exesposo, que era su chófer. Para averiguar qué había ocurrido, le interrogaron a él y a sus padres, ya que no pudieron localizar al exmarido, también de 28 años. Como los tres contaron versiones contradictorias, los agentes sospecharon enseguida y accedieron al GPS de la furgoneta.
Rastreando sus movimientos, y ayudados por las cámaras de seguridad en calles y edificios, descubrieron que el vehículo, tras recoger a la modelo, se había dirigido a un pueblo del distrito de Tai Po llamado Lung Mei Tsuen. Allí se personaron decenas de agentes, que fueron preguntando puerta a puerta hasta descubrir el 24 de febrero una casa sospechosa que resultó ser de los horrores.
Casa de los horrores
La Policía localizó las costillas y el cráneo de la modelo dentro de dos ollas
En una vivienda de tres plantas que había sido alquilada a principios de mes, la Policía halló en su primer piso restos de la modelo, que había sido descuartizada. Sin muebles y con las paredes forradas con tela, allí también había una sierra eléctrica, una trituradora de carne, cuchillos, un martillo, chubasqueros negros, viseras protectoras para la cara y el bolso de la joven. En el frigorífico hicieron otro macabro hallazgo: sus dos piernas.
De inmediato, la Policía arrestó a los padres del exmarido y a su hermano, en cuya furgoneta descubrieron restos de sangre. Al día siguiente, fue capturado el exesposo, Alex Kwong, en un muelle de la isla de Lantau cuando iba a recogerlo una lancha para huir. Llevaba encima medio millón de dólares de Hong Kong (60.000 euros) y varios relojes de lujo valorados en cuatro millones de dólares HK (casi medio millón de euros).
El domingo 26, dentro de dos ollas grandes requisadas en la casa de los horrores, los agentes encontraron las costillas y el cráneo de la modelo, que presentaba un agujero de 6,5 por 5,5 centímetros por el fuerte golpe con que la mataron. Las ollas, rellenas de grasa, rábanos y zanahorias, también contenían carne humana, mientras que los huesos de la joven estaban en otro recipiente.
Tanto el exesposo como su padre, de 65 años, y su hermano, de 31, han sido acusados de asesinato y su madre, de 63 años, de obstrucción a la justicia. Además, han caído otras tres personas: una masajista de 47 años, supuesta amante del padre, por alquilar la casa del crimen, así como un marinero de 41 y una ‘influencer’ de 29 por ayudar al intento de fuga de Kwong. Según el periódico ‘South China Morning Post’, todo este horror se debe a que la modelo iba a vender una casa de lujo que había comprado durante el matrimonio para su familia política, que se negaba a marcharse. Ahora, pasarán el resto de su vida en otro lugar mucho peor: la cárcel.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.abc.es
Publicado el: 2023-03-10 20:29:14
En la sección: Internacional