Al estilista para estar acicalados #Mascotas

Norma Pérez

Xavier Contreras y Gustavo Silva coinciden en que las mascotas son como niños y que cada uno de ellos requiere una atención especial de acuerdo a sus características. Ambos son responsables de que sus clientes regresen a sus hogares limpios, arreglados y perfumados.

Se dedican a la peluquería canina y trabajan en sus respectivos locales en Rubio; desde su experiencia realizan todo el proceso que se requiere para que los perros mantengan un pelo saludable y una apariencia óptima.

Una gran responsabilidad

“Con peluquería canina tengo aproximadamente ocho años. Aprendí observando a mi ex pareja. Empezamos los dos juntos, yo bañaba y secaba los perritos y ella los afeitaba. Demoré como tres años de aprendizaje hasta que comencé a realizar todo el proceso, pues es una gran responsabilidad”.

Xavier Contreras Niño se encontraba brindándole sus cuidados a Muñeca, una perrita anciana con algunos achaques propios de su edad. Para ella, un tratamiento acorde a su condición. Con sumo cuidado le cortaba el pelo para después darle el baño y secado respectivo, que la dejarían lista para las festividades decembrinas.

Por su afinidad con los animales, quería estudiar medicina veterinaria pero no fue posible, por lo que se graduó de bachiller y comenzó a trabajar.

“Salí del país hacia Perú y allí trabajé en una veterinaria con una doctora; si ella tenía que hacer alguna cirugía, yo la ayudaba en la peluquería y así adquirí la experiencia necesaria. Estuve año y medio y después decidí regresar a Venezuela. Tratamos de montar un negocio, pero con la xenofobia fue muy complicado”.

A su retorno abrió la peluquería canina en la capital del municipio Junín, donde tiempo atrás había incursionado en esta área; desde ese momento han transcurrido varios años. Sus numerosos clientes hacen que trabaje de lunes a sábado, ocho horas diarias.

“El proceso para acicalar una mascota varía de acuerdo a cómo se encuentre: Si es un perro que está relativamente limpio, primero le corto el pelo, después lo baño y hago el secado; pero si está muy sucio hay que bañarlo primero y después realizar el resto de pasos”.

Se hace un nuevo retoque, limpieza de oídos, arreglo de patitas y drenaje de glándula anal. El baño se recomienda una vez al mes, mientras que el mantenimiento completo puede ser cada mes y medio.

Se encarga de mascotas de todos los tamaños; comenta que algunas veces son muy nerviosos, por lo que debe calmarlos para poder efectuar un buen trabajo: “Ellos son como niños, y hay que hablarles para que se tranquilicen, porque entienden. No es recomendable sedar a un animal, porque les puede ocasionar daños a su salud”.

Utiliza diferentes tipos de implementos para hacer los cortes de cabello: tijeras, cepillos, máquina de afeitar. Al final, Dayana, hermana de Xavier, los adorna con lacitos y corbatas para un toque de coquetería.

A este joven también le gusta el baloncesto y forma parte de un equipo. “Quisiera hacer muchas cosas, pero hace falta presupuesto y tiempo”.

“Me gusta trabajar con las mascotas porque son muy nobles, cada uno tiene una personalidad distinta. Son incondicionales, nunca dan la espalda, en la felicidad y en la tristeza, siempre están con nosotros”.

Cambio radical

La peluquería canina de Gustavo Silva tiene una particularidad. Su área de trabajo está expuesta al público, y quienes transitan por el lugar pueden observarlo cuando realiza sus labores.

“Las personas pueden ver lo que hago, que no maltrato a la mascota, que los mantengo en su jaula individual hasta que llega su turno. Lo hice de esta forma, para que la gente tenga la oportunidad de mirar cómo trabajo”.

Desde hace cuatro años es estilista de mascotas. “Siempre me han gustado los animales, hice un curso en San Cristóbal y comencé a laborar en esta área”.

Caraqueño de nacimiento, desde hace unos treinta años viajaba al estado Táchira con regularidad para visitar a la familia de su esposa. En la capital manejaba una empresa de desechos patológicos, pero ante la crisis económica tomó la decisión de radicarse en esta parte del país e incursionar en otra área.

“Abandoné la empresa porque las cosas cambiaron, no se cumplían las normas y decidí salir de ese negocio”.

Fue un cambio radical para él, pero se encuentra muy a gusto con su trabajo de atender a sus clientes, de los que dice, necesitan cuidado y cariño.

“La empatía es mutua, si los tratamos bien ellos responden de igual manera. Esto es más difícil que cortar el cabello a un niño. Hay que tener mucha paciencia”.

Abre las puertas de su negocio a las ocho de la mañana porque “el que quiere a sus perros viene a que los arregle. Por el trato siempre regresan, si están asustados, les hablo, les doy agua, los dejo tranquilos hasta que se calman. Es como cuando se deja a un niño en una guardería”.

Con respecto a la máquina que utiliza, explicó que es diferente a la que usa con los humanos, pues el pelo del perro es como lana. Hay que amolarlas cada cierto tiempo, y eso debe hacerse en Cúcuta. El champú que se le aplica, medicado o normal. Y el último detalle, un lacito.

“La mirada del perro me dice cómo debo manejarlo, para ellos son mis cuidados”.

Para las festividades

Tanto Xavier Contreras y su hermana Dayana como Gustavo Silva, se sienten satisfechos al final de la jornada. Lo más importante es ver desfilar a los perritos muy arreglados.

En estas festividades lucen lacitos y corbatines de los colores navideños. Verde y rojo. Porque también comparten en familia.

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