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En defensa del tacto como herramienta de aprendizaje amoroso | nytimes.com

En defensa del tacto como herramienta de aprendizaje amoroso

Esa noche, al igual que todas mis noches como asistente, me quedé hasta tarde para limpiar las notas y prepararme para la próxima semana. Siempre era la primera en llegar y la última en salir, lo que me dejaba poco espacio para socializar, y mucho menos para salir con alguien.

Pero, sobre todo, me sentía fracasada. A finales de mi década de los 20 años, había dejado una lucrativa carrera en el mundo de la tecnología para convertirme en asistente de escritores, y me preocupaba no estar causando una buena impresión en la sala, no estar compartiendo lo suficiente ni ser vulnerable como los demás. La realidad es que no tenía nada que compartir.

No estoy segura de lo que me pasó, pero antes de darme cuenta, estaba recorriendo los contactos de mi teléfono, tratando de averiguar a quién quería dirigirme para tener esta experiencia fabricada.

Y entonces lo vi, Matt, un chico que conocí en mi anterior lugar de trabajo, un colega de negocios al que le gustaba la música; un ñoño tecnológico con gafas y calvo. Al principio no me pareció guapo, y tampoco estoy segura de qué le atrajo de mí, teniendo en cuenta que me vestía con recato y me cubría el pelo con un hiyab.

No quiero decir que las mujeres que usan hiyab no sean atractivas. Algunos incluso nos encuentran más intrigantes por el “misterio” (fetichistas del hiyab). Pero en aquel momento, me sentía profundamente insegura y no creía que nadie quisiera estar conmigo. Además, me oponía a todo el asunto del sexo antes del matrimonio, así que no pensé que eso fuera propicio para salir con un no musulmán.

No hace falta decir que había descartado a Matt a pesar de sus coqueteos, hasta este mismo momento.

Pensé que Matt sería agradable, seguro, muy seguro. Él no conocía a nadie en mi comunidad y apenas usaba las redes sociales, y yo ya no trabajaba en su vecindario, por lo que no habría forma de que esto me causara problemas, lo cual era mi mayor preocupación. A pesar de querer esta experiencia, también busqué preservar mi reputación de chica musulmana intachable.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.nytimes.com

Publicado el: 2022-07-30 05:00:06
En la sección: NYT > The New York Times en Español

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