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Guterres, en la apertura de la ‘semana grande’ de la ONU: «El mundo está desquiciado»

Guterres, en la apertura de la 'semana grande' de la ONU: «El mundo está desquiciado»

Antonio Guterres, el secretario general de la ONU, abrió y cerró su discurso de este martes ante la Asamblea General de la ONU, en la inauguración de su Debate General, el gran cónclave anual de la comunidad internacional, con dos casos que explican el momento de extrema dificultad que vive el planeta. Quizá sin quererlo, daba cuenta también del mal momento que vive la ONU.

Guterres arrancó su discurso con la situación en Libia, con los miles de muertos en Dema por las inundaciones, en un país ya arrasado por un conflicto que se eterniza. «Son víctimas muchas veces. Víctimas de años de conflicto, víctimas del caos climáticos, víctimas de líderes -lejos y cerca- que han sido incapaces de encontrar la vía de la paz», dijo Guterres.

El secretario general de la ONU dio un discurso grave, en el que repasó las innumerables crisis que vive el planeta -guerra, hambre, desigualdades, clima, derechos humanos- y que cerró un ejemplo de la «determinación» que puede mostrar la ONU para cambiar las cosas: el plan de rescate de un petrolero que podía haber derramado petróleo en el Mar Rojo.

Ese éxito -«la acción liderada por la ONU salvó el Mar Rojo», celebró Guterres- palidece en la comparación con la situación en Libia, con la incapacidad de la comunidad internacional, empezando por la ONU, de estabilizar el país.

Lo reconoció el propio Guterres: «Nuestro mundo está desquiciado, las tensiones geopolíticas crecen, los desafíos globales se acumulan. Y nosotros parecemos incapaces de unirnos en la respuesta».

Un elefante burocrático

En lo que se refiere a la ONU, esa incapacidad de respuesta se ve en un bloqueo evidente de su capacidad de actuación y en una organización que es un elefante burocrático, al que le cuesta actuar.

El mejor ejemplo en los últimos años ha sido la invasión de Ucrania por parte de Rusia, un asunto que captará buena parte de la atención de esta ‘semana grande’ de la ONU por la presencia en su sede en Nueva York del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

Pese a las condenas de Guterres y de la Asamblea de la ONU, el poder de veto de Rusia en el Consejo de Seguridad ha bloqueado cualquier intento de actuar contra una violación flagrante de la integridad territorial y de la soberanía de un país miembro.

La guerra ha evidenciado la fragmentación de la comunidad internacional y la marginación de la ONU en la toma de decisiones globales. Cada vez hay más actividad en grupos como el G7, el G20 o los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), que se ha ampliado con seis nuevos miembros. La creciente ambición global de China y su alianza con Rusia, las exigencias del llamado ‘sur global’ está cambiando la configuración de las relaciones internacionales.

Guterres reconoció esta tendencia de un «mundo multipolar», que ha traído «nuevas oportunidades para la justicia y el equilibrio en las relaciones internacionales». Pero también advirtió de que, en el pasado, una combinación de muchas potencias y ausencia de organizaciones multilaterales «tuvo como resultado la Primera Guerra Mundial».

Lo más urgente

La necesidad de reformas en la ONU, en especial en su órgano de poder, el Consejo de Seguridad, se discute desde hace años. Guterres lo considera ya urgente: «La alternativa a las reformas no es el ‘statu quo’, sino más fragmentación».

Guterres repasó las muchas crisis que vive el planeta, pero no dedicó el mismo énfasis a todas. Sobre Ucrania, volvió a denunciar la agresión de Rusia, pero no fue tajante en su propuesta para acabar con el conflicto. Solo dijo que «no debemos parar en el trabajo por la paz, una paz justa en línea con la Carta de la ONU y la legislación internacional».

Guterres se explayó en uno de sus frentes prioritarios: el cambio climático. Exigió a los países del G20 que «corten su adicción a los combustibles fósiles», exigió cambios radicales -«no más producción sucia, no más soluciones falsas, no más financiación del negacionismo climático»- y redobló su apoyo a los activistas climáticos: «A todos los que trabajan, se manifiestan y apoyan la acción climática real, quiero que sepáis que estáis en el lado correcto de la historia. Estoy con vosotros. No me rendiré en esta lucha por nuestras vidas».

Menos tiempo empleó en otras sombras que acechan al planeta: las violaciones a los derechos humanos, la igualdad de las mujeres, la situación de migrantes y refugiados, las amenazas de tecnologías como la inteligencia artificial, la desinformación o la pobreza extrema, que afecta todavía a 1.200 millones de personas.

Para ello, exigió «determinación» a la comunidad internacional, para cerrar divisiones, para mantener la dignidad de las personas, para hacer realizar el desarrollo sostenible y para reformar el multilateralismo. Pero esa determinación, en el seno de la ONU, parece cada día un poco más lejana.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.abc.es

Publicado el: 2023-09-19 11:22:11
En la sección: Internacional

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