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«Que el asesino de mi hijo reconociera su culpa me ayudó a seguir adelante»

«Que el asesino de mi hijo reconociera su culpa me ayudó a seguir adelante»

Este verano (concretamente el próximo 19 de agosto) se cumplirán nueve años del asesinato del fotoperiodista americano James Foley (Evanston, Illinois, 1973) a manos de una célula terrorista conocida como ‘Los Beatles de Isis’, pertenecientes al autodenominado Estado Islámico (Daesh). Este grupo fundamentalista yihadista aterrorizó amplias zonas de Irak y Siria, obligando a millones de ciudadanos a huir o vivir bajo su sanguinario ‘califato’. Entre 2014 y 2017 se convirtió en la organización más temida del mundo. El asesinato de Foley -secuestrado mientras cubría la guerra civil de Siria-, transmitido en redes sociales, se convirtió en una imagen que dio la vuelta al mundo: el fotoperiodista independiente aparecía arrodillado con un mono naranja en el desierto. Detrás de esta trágica puesta en escena estaba un hombre de pie con la cara tapada y con un cuchillo con el que posteriormente le degollaría.

James Foley tenía 40 años. Sus captores exigieron un pago por su rescate de más de 100 millones de euros o la liberación de varios terroristas, pero Estados Unidos no aceptó lo que consideraba un chantaje. El Daesh declaró que la ejecución era en represalia por los ataques aéreos de Washington sobre sus posiciones en el norte de Irak. Tras la decapitación, la célula terrorista torturó y acabó también con la vida de los activistas de derechos humanos Kayla Mueller y Peter Kassig, y el periodista Steven Sotloff.

Siete años más tarde de este crimen, Elshafee El Sheikh, de 33 años, y Alexanda Kotey, de 38, fueron capturados y posteriormente condenados por un tribunal norteamericano por su participación directa en la muerte de James. Ambos fueron en su día ciudadanos británicos.

No era la primera vez que James vivía una situación de secuestro. Junto con otros colegas de profesión fue detenido en marzo de 2011 en Libia por el régimen del coronel Muammar Gadaffi. Serían liberados 44 días después. Más tarde describió cómo, tanto él como sus compañeros cautivos, rezaban el rosario para mantener sus esperanzas.

Cara a cara con el asesino

Diane Foley (73 años), madre del periodista estadounidense, decidió dar un paso al frente para entrevistarse cara a cara en Virginia, durante cuatro horas, con Kotey, también conocido como Jihadi George, el asesino de su hijo. Una experiencia que ha compartido con ABC, rememorando ese y otros momentos vividos tras el asesinato de Jim (como era conocido familiarmente). Diane es una mujer de fuertes convicciones religiosas. La James W. Foley Legacy Foundation está logrando mantener vivo el espíritu de su hijo y sirviendo de herramienta para promover la defensa de los periodistas en zonas de conflicto armado. En 2024 se cumplirán 10 años del asesinato de Jim y del inicio de la fundación.

«La fundación para el legado de James W. Foley está dedicada plenamente a defender la libertad de los ciudadanos estadounidenses detenidos injustamente o secuestrados en el extranjero -explica-. Al mismo tiempo, promueve la seguridad de los profesionales mediante la incorporación de programas en las propias escuelas de periodismo ofreciendo formación sobre estos temas».


Imagen fija de un video de un militante del Estado Islámico enmascarado sosteniendo un cuchillo hablando junto a James Foley


Reuters

-¿Este proyecto está ayudando a mantener vivo el espíritu de Jim?

-Sí, nuestro lema es «inspirar coraje moral persona a persona». El propio Jim ya habló de su aspiración a convertirse en un periodista de coraje moral en uno de sus últimos discursos en la Universidad de Marquette (Milwaukee, Wisconsin) tras su liberación del cautiverio libio. Un libro escrito por Colum McCann y por mí misma recoge vivencias comunes. Se llama ‘Madre americana’ y se publicará a principios de 2024 en Reino Unido y EE.UU -esperemos que también en España-. En octubre celebramos la Carrera por la libertad de James W. Foley en la que todo el que quiera puede unirse virtualmente para concienciar sobre la seguridad de los periodistas y la libertad de los rehenes. Además, cada año organizamos unos premios con su nombre para reunir en Washington a familias de rehenes detenidos injustamente o retornados con el fin de concienciar sobre el problema.

-Sin duda, lo más doloroso para una madre es que asesinen a su hijo. ¿Ha sido capaz de perdonar a los autores de esta atrocidad?

-El perdón es un proceso continuo con la ayuda de Dios. Tuve la oportunidad de hablar con Alexanda Kotey y escuchar su admisión de culpabilidad, lo que fue de gran ayuda.

-¿Cree que debería cambiar la política de gobiernos como el de Estados Unidos y otros países a la hora de pagar rescates por periodistas que han sido secuestrados o amenazados de muerte?

-Personalmente, creo que deben utilizarse todas las herramientas de negociación para liberar a un ser humano de un cautiverio injusto. De alguna forma, el rescate puede utilizarse como señuelo para identificar a los captores y exigirles responsabilidades. Así que sí, en mi opinión creo que hay fórmulas de utilizar el rescate para liberar a las víctimas y detener a los captores.

-¿Qué recuerdo o imagen de su hijo, para muchos un héroe, le ha quedado para el resto de tu vida?

-La bondad y la compasión de Jim por los demás me inspiran a ser una persona con coraje moral.

-¿Es cierto que las últimas horas de vida de Jim las pasó en oración y preocupándose por los otros rehenes?

-Yo no estaba allí, pero los otros prisioneros que fueron liberados me cuentan que rezaba a diario varias veces al día y que, por lo general, era amable y animaba a los demás, a menudo intentando acabar con cualquier discusión que pudiera surgir.

-¿Recibió algún mensaje de su hijo a través de sus compañeros rehenes?

-Nunca recibimos una carta o llamada telefónica de Jim tras su captura. Pero Daniel Rye Otteson, con absoluta generosidad, memorizó una carta de mi hijo dirigida a nosotros que compartió a través de una llamada tras su liberación del cautiverio.

-En febrero de 2015, el Estado Islámico publicó en su revista digital ‘Dabiq’ fotografías de 21 trabajadores cristianos coptos egipcios que habían sido secuestrados en la ciudad de Sirte, Libia. Fueron decapitados. Ahora son considerados mártires. ¿Qué opina?

-En efecto, creo que fueron mártires en el sentido de que fueron señalados y brutalmente asesinados a causa de su fe en Dios.

-¿Alguna vez se ha arrepentido de que su hijo trabajara en zonas peligrosas, de conflicto bélico, arriesgando su vida?

-Por supuesto, ojalá Jim siguiera con nosotros. Pero admiro su valentía y su predisposición para arriesgar su vida con el objetivo de dar a conocer el sufrimiento del pueblo de Siria.

-¿Cree que la opinión pública y los políticos se han vuelto más partidarios de la necesidad de colaborar en los procesos de secuestro de periodistas o de personas de otras profesiones?

-Sí, por fin el Gobierno estadounidense es consciente de su deber moral de priorizar el retorno de sus ciudadanos. Sin embargo, la negociación con los captores es muy difícil, se ha complicado enormemente desde que el 90 por 100 de los secuestradores son ahora de naciones como Irán, China, Rusia, Siria y Venezuela en lugar de terroristas, delincuentes o piratas. Las negociaciones con otras naciones son muy complejas y, a menudo, interfieren directamente en nuestra política exterior y nuestra economía.

-¿Cómo le gustaría que recordaran a su hijo?

-Me gustaría que Jim fuera recordado como un periodista estadounidense de profunda compasión y valor moral.

-¿Qué frase eligió para el epitafio de la tumba de Jim?

-Miqueas 6:8: «Actúa con justicia, ama con ternura y camina humildemente con tu Dios».

Fuente de TenemosNoticias.com: www.abc.es

Publicado el: 2023-07-11 22:18:32
En la sección: Internacional

Publicado en Multimedia