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Los 80 años del Tec de Monterrey: cómo fueron los festejos de una institución que le cambió el rostro a México

Los 80 años del Tec de Monterrey: cómo fueron los festejos de una institución que le cambió el rostro a México

Fernanda Reyes, estudiante de 7mo semestre de Derecho, y Rodrigo Ayala, estudiante de 5to semestre de Finanzas, fueron los maestros de ceremonias de la fiesta por los 80 años del Tec

De las 3.000 personas que están en el auditorio Luis Elizondo, en el campus del Tec de Monterrey, más de la mitad lleva la playera oficial: azul eléctrico, cuello blanco, letras blancas. Algunos, además, llevan un lazo amarillo por la campaña de prevención del suicidio joven. Mientras la gente ocupa su lugar, en las pantallas hay imágenes del Tec, sus campus, sus edificios, las esculturas, los lugares icónicos. Suena música de los 80: una Cindy Lauper inoxidable insiste en que las chicas sólo quieren divertirse. Se respira un aire de complicidad y alegría: de pertenencia. El Tec festeja 80 años de historia y todos —todos— se sienten parte.

A la hora precisa se apagan las luces y una animación muestra a un joven Eugenio Garza Sada sentado en su escritorio que sueña con fundar un instituto tecnológico en México que pueda emular al MIT, donde él estudió. Dicen que cuando empezaba a buscar financiamiento para construir el Tec, hubo quienes le decían que iba a ser muy costoso. Garza Sada no se dejó amedrentar: más costoso sería que el país no tuviera una educación de calidad o que los estudiantes debieran seguir sus carreras en el exterior.

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Ahora Garza Sada planta una semilla que florece en una rosa y luego surge un bosque y ahí aparece el edificio del CETEC (Centro de Tecnología Avanzada para la producción), al que, por su forma y cariñosamente, todos llaman “El Servilletero”. El público explota en un aplauso. A ese edificio le siguen varios más. El campus tiene tantos edificios —y cada año se construyen nuevos—, que son pocos los que pueden dar el número con precisión: veintitrés. En la animación aparece la fachada del edificio de la rectoría y el mural “El triunfo de la cultura” de Jorge González Camarena. Surge un nuevo aplauso, pero ahora atronador. Ese es el tono de la fiesta: una que parece hecha para enorgullecerse de ser parte de una familia.

Dos estudiantes entran en sincro y se paran en medio del escenario. Son quienes harán las veces de maestros de ceremonia. Todo el acto es por y para los alumnos. Agradecen a las autoridades, quienes, cada vez que son nombrados, se levantan de sus asientos a saludar. Llamativamente no ocupan la primera fila, sino que están mezclados entre los estudiantes. Ahí está Ricardo Saldívar Escajadillo (presidente del Consejo Directivo), David Garza Salazar (presidente del Tec), Juan Pablo Murra (rector de Profesional y Posgrado) y Mario Adrián Flores (vicepresidente de la Región Monterrey), que definitivamente gana el aplausómetro.

De izquierda a derecha: Laura Yeomans, profesora de la EIC, Luis Domínguez, estudiante del Tec, y Daniel Martínez, profesor de la EAAD
De izquierda a derecha: Laura Yeomans, profesora de la EIC, Luis Domínguez, estudiante del Tec, y Daniel Martínez, profesor de la EAAD

Un grupo de estudiantes-bailarines forman el lema “Somos Tec”. Luego, cada uno de ellos repasa los hitos de la institución década a década: los primeros 350 estudiantes, el primer egresado, la primera estudiante mujer, la mudanza al campus actual, la llegada de la primera computadora a fines de los años 60, la impresión de los títulos en femenino, la apertura de nuevos campus —hoy son 29— en los demás Estados. En la pantalla gigante, mientras tanto, se muestran los hechos históricos que sucedían cuando el Tec crecía. La música va de Bill Haley a las Spice Girls, de los Beatles a Bee Gees. El recuerdo cierra con un llamado a que el futuro permita construir “un legado que trascienda”. Para este momento, ya muchos de los chicos de playeras están llorando.

Antes de que suba Ricardo Saldívar Escajadillo, un nuevo video muestra a los rectores y directivos de universidades nacionales y extranjeras saludando el aniversario: la UNAM, la UdeM, la Universidad Iberoamericana, el Instituto Politécnico Nacional, también la Universidad de los Andes, UCLA, la Universidad de Singapur, la de Hong Kong, de Zúrich, de Edimburgo, de Washington.

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Saldívar Escajadillo da uno de los pocos discursos formales del evento. La pantalla subraya sus palabras. Dice: trascender. Dice: agradecer. Dice: la educación lo puede todo. Dice: esta ciudad no se entiende sin el Tec. Dice: el Tec es pensar en grande. Dice: el Tec es excelencia académica.

Ahora el acto se llena de signos y símbolos. Suenan ocho campanadas que representan el paso del tiempo y con cada una, un estudiante en nombre de los de distintos Tecs del país destaca un valor de la institución: compromiso social, espíritu emprendedor, visión global, orientación a la acción. Con la última campanada el tiempo se acelera y un profesor holograma desde 2030 habla con un estudiante del presente. A la sensación de pertenencia se le suma la de confiar en el porvenir.

Hay nuevos discursos y más presencia de estudiantes y un ensamble de música pop canta para la ocasión. Luego se canta el himno nacional y ya es el tiempo de las selfies, los aplausos y los abrazos. Cuando todo termina y el público comienza a abandonar el auditorio, un grupo de mariachis guían, bajo el sol abrasador del mediodía, el camino hacia los gazebos donde se han montado los puestos de comida. Allí esperan los rectores y decanos, que se han puesto el delantal de cocineros. Son ellos quienes sirven los chilaquiles a los estudiantes. Como una familia.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.infobae.com

Publicado el: 2023-09-07 03:55:16
En la sección: Infobae.com

Publicado en Internacionales